{8}Lux

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Trataba de memorizar las líneas de su libro de texto, el cual reposaba sobre sus rodillas. Aquellas piernas relajadas tocaban el agua que descendía por el pequeño riachuelo, los pececillos que la acompañaban a veces le hacían cosquillas en los pies. Tanto los Escudo de Luz como los Crownguards se hospedaban en una gran casa a las afueras del Placidium, excepto su hermano, quien había decidido quedarse con el resto de la Vanguardia en los barracones.

Un enorme pájaro azulado se acercó interrumpiendo la concentración de Lux. Dando pequeños saltitos depositó en el regazo de la muchacha un pequeño ramito de flores, y la miró con sus enormes ojos dorados. Cuando la chica tomó el ramito y le sonrió dio por hecho que la confianza ya estaba tomada, se escurrió hasta su regazo y apartando el libro a un lado se acurrucó, e inflando su plumaje comenzó a dormitar.

—No le aceptes los caprichos tan rápido que luego se acostumbra. —escuchó decir a Quinn a sus espaldas de manera jocosa. Lux se rio y comenzó a acariciar al ave. Había conocido a aquella muchacha cuando había entrado al ejército de Demacia y realmente con ella se había sentido muy a gusto. No había demasiadas mujeres en el ejército y Quinn había hecho de su novicia un cómodo paseo, dándole consejos y haciendo que su adaptación fuera de lo más rápida y confortable. La mujer de cabellos oscuros se sentó a su lado y alzando una ceja ojeó el libro que ella tenía sobre las piernas, en cuanto vio de que se trataba resopló sin entusiasmo. — ¿Otra prueba más?, ya has pasado una el mes pasado.

—Anad viene mañana, y según llegue me hará la prueba. La gente se queda tranquila si las hago, no me molesta en absoluto. —Quinn volvió a resoplar.

—No eres un criminal al que haya que controlar. A veces no sé en qué piensan para poner esas leyes.

— ¿Has venido con mi hermano?, ¿ocurre algo?— Cambió de tema la chica rubia.

—Sí, tiene que hablar con el príncipe. No lo sé, creo que hay problemas con la guardia de Jonia, con el líder, Zelos. La verdad no presté mucha atención, pero creo que le disgusta que haya soldados con "privilegios" digamos. Dice que el líder del ejército noxiano, Darius, se hospeda a parte y también los Escudo de Luz... y bueno tú también, así que está moviendo cielo y tierra para que estemos todos en los barracones. —Lux sonrió con alegría pues volver a estar con Quinn y con su hermano le agradaba. La otra mujer le sonrió de vuelta. —Val y yo queremos que vengas con nosotros. — Lux abrazó a la muchacha quien le devolvió el gesto dándole palmaditas en la espalda. —Además tengo que seguir dándote las clases de esgrima.

—Podrás seguir dándomelas durante mucho tiempo, no creo que aprenda demasiado rápido, soy exageradamente torpe. —Ambas rieron.

Otra figura se acercó saludándolas a ambas, se sentó al lado de Lux y cruzó sus piernas. Luego le tendió una especie de vaso a la mujer de luz que parecía contener una infusión de frutos rojos en frío.

—Me dijo Garen que te gustaba mucho. —Elián sonrió y con ello el positivismo de la pequeña demaciana pareció salir a flote. Asintió con alegría y le dio un sorbo a la bebida. El muchacho miró hacia Quinn y algo apenado se disculpó. —Quizás debería haber traído otra para ti, aunque no sé si te gustan, yo...

—Tranquilo. —Interrumpió la mujer. —Val y yo sabemos cuándo sobramos. —Tanto Lux como Elián se miraron confusos mas Quinn les guiñó un ojo a ambos con una sonrisa algo pilla. Valor sin embargo estaba muy a gusto en el regazo de la chica. —He dicho que VAL y yo sabemos cuándo sobramos. —El ave parecía ignorarla por completo y Lux soltó una risilla disimulada. — ¡Valor!— El águila se sobresaltó y la miró con recelo. — ¡Que nos vamos!, ¡diantres! — De mala gana la criatura se posó en el hombro de su dueña y ésta comenzó a soltarle un discurso a modo de reprimenda mientras se iba.

Lux Aeterna{#2} Darius x Lux |Corazón sin honor|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora