—Mi niño, ¿qué haces?
—Nada, mami.
—No me mientas, mi niño. ¿Qué pasa? —Sasha lo decía con una sonrisa cálida, llena de amor hacia su pequeñito de ojos cuales océanos.
—Es solo que... —sus mejillas se inflaban, mientras que se pintaban de un hermoso color carmesí. —en la escuela se burlan mucho por mi cabello, mami, dicen que es raro...
—Mi niño, ¿qué te he dicho?, son solo niños que envidian tu hermoso cabello. Dime ¿cuántos omegas son los que te dicen eso?
—La mayoría
—¿Y alfas?
—Ninguno...
—Ves, pequeño... solo están celosos, todos saben que serás el omega más hermoso de todos.
—Pero aun así, se burlan de mi manera de hablar, también dicen que soy muy raro.
Habían pasado 6 años desde que Viktor había llegado a la vida de la hermosa omega de cabellos dorados, y sin dudar alguna, su pequeño era aquella esperanza de la que le había hablado Sergei hace mucho tiempo atrás.
El día que nació su pequeño, un alfa de cabellos obscuros, porte elegante y unos impactantes ojos azules, había ingresado en la habitación donde se encontraba la omega.
—¿Quién es usted?
—Mi nombre, pequeña, es Ivan Nikiforov. —A Sasha en esos momentos sus ojos se encontraban cuales platos. Reconoció inmediatamente aquel apellido, apellido que su hijo compartía con la persona que más amaba.
—Veo por la impresión de tu rostro que por mi apellido sabes quien soy.— Aquel alfa, únicamente con su porte, podría paralizar a cualquier omega, beta y alfa. —también puedo observar que en los registros que presentaste en la alta pusiste tu apellido como Nikiforov...
—Perdóneme, pero usted no tiene derecho de estar aquí.
—Perdóname tú a mí, pero tengo más derecho que nadie.
—Usted dejo a Alek solo al saber que era un beta. No, no tiene derecho de saber de nosotros.
—Creo que mi hijo no era tan inservible de lo que creí, dejando ya un acta de matrimonio firmada por él con su abogado, únicamente para que tuviera un apellido el pequeño y no llamarlo... mmm ¿cómo podría ser? ¿Un bastardo?
—¡NO SE ATREVA A LLAMAR A MI HIJO UN BASTARDO! —sus ojos se encontraban llenos de rabia y sus colmillos comenzaban a asomarse de sus labios.
—Mira... no vine a pelearme con una sucia Omega, simplemente vine a asegurarme que el primogénito de Alek fuera exactamente eso, un hijo de él y por lo que veo en los análisis, salieron positivos. Así que, por obligación, debo hacerme responsable de mi nieto.
—¡NO SE LO LLEVARA!
—Aparte de una niña, eres estúpida. No pienso llevarme al cachorro, estoy consciente de que los cachorros recién nacidos deben permanecer a lado de su madre, pero tienes que entender una cosa... No permitiré que un cachorro pobre y sin educación lleve el apellido Nikiforov. Si no aceptas, le quitare el apellido al mocoso, demostrando que los papeles de matrimonio que entregaron son falsos.
—Hágalo, no me interesa.
—Jajaja. Bueno si eso es lo que deseas.—El gran alfa se disponía a dirigirse a la puerta.— te daré una oportunidad para que lo pienses, solo recuerda, Rusia no es amable con los bastardos, y por el aroma del pequeño me percato que es un omega, su vida será desastrosa y a lo mucho que podrá aspirar a ser, será a una prostituta. Tu sabrás, te doy una hora.
Sasha se encontraba alarmada por lo que había dicho el padre del amor de su vida, ella recordaba todas las historias sobre omegas que no tenían un apellido, "Bastardos", niños los cuales ni siquiera les daban la oportunidad de asistir a la guardería, niños que terminaban en la calle muertos o vendiendo sus hermosos cuerpos por algo de comer; ella no deseaba eso para su pequeño, aunque no deseaba aceptarlo, aquella sociedad se encontraba corrupta y llena de injusticias.
Después de la hora, llena de pensamientos y maldiciones, entró aquel alfa nuevamente.
—¿Qué decidiste?
—Aceptaré que reconozca al pequeño...
—Buena decisión, y no te preocupes, los alfas que asesinaron a mi hijo ya lo pagaron.
—¿Qué?
—Era un Nikiforov, un beta, pero era el único heredero Nikiforov.
—Usted lo desheredó.
—Así es, pero tenía que tener hijos, ¿no?— apuntó al pequeño y se encaminó para salir de aquella habitación.
—Solo una pregunta, ¿Por qué desea a mi hijo? Es un Omega después de todo.
—Será un omega, sí, pero no deja ser el primogénito de Alek Nikiforov, Hijo de Iván y Nikolai Nikiforov, tu hijo, será el heredero de nosotros, y por supuesto estaré muy al pendiente de que su alfa sea digno y alguien respetable. Niña, tu hijo será el camino para muchas negociaciones.
—No permitiré que mi hijo sea vendido.
—Tu hijo, Mi nieto, debe de cumplir con el deber que conlleva su apellido, así que eso no cabe en ti.
Después de ese día Sasha se mudó junto a su pequeño, a la mansión donde sus "suegros " vivían. Se sentía extraña el encontrarse en una mansión como esa, era demasiado grande y llena de lujos, lujos que en su vida nunca podría haberse imaginado. Podría decirse que su vida se había vuelto más sencilla, pero esa no era la realidad, ya que Iván siempre le ponía en claro su lugar allí, llenándola de miradas de odio y comentarios hirientes.
—No le prestes atención a mi esposo, pequeña. Es un viejo gruñón, pero tiene un corazón muy bondadoso dentro de su caparazón.
—Me cuesta mucho creer eso, señor Nikolai...
—¡PRINCESA! No me llames asi, jajaja, sabes que las formalidades no me agradan tanto, más viniendo de la familia, dime Niko— sus ojos se abrieron cuales platos, la única persona que le llamaba de esa manera había sido aquel que aún rondaba por sus pensamientos y sueños...
—Prin..ce..sa...— se escuchó cual susurro.
—Así te llamaba mi hijo, ¿verdad?— la observaba con una sonrisa. –Mi hijo siempre me llamaba y hablaba de ti— la observaba con ojos cariñosos, una mirada que solo una madre podría regalarte— yo amaba demasiado a mi hijo, él era todo para mi, él y mi Iván. Cuando mi Iván se enteró que era un beta le rogué que no lo abandonara, que le diera una oportunidad, y al principio lo hizo, pero con el tiempo mi hijo se cansó del frio tacto de Iván, él siempre le recordaba lo inferior que era por su casta... Así que se fue.
—Yo no sabía eso...
—Lo sé, pequeña, él me contó que no deseaba preocuparte. Mi hijo en verdad era todo un caballero.
—Lo sé— una sonrisa se dejaba asomarse de sus labios, una sonrisa que por mucho tiempo no se había presentado.
—Veo que lo amaste demasiado, puedo verlo en tu rostro cada vez que pronunciamos su nombre... —se levantó del sillón donde se encontraba, tomando de la mano de la rubia— ven, quiero mostrarte algo
Se encaminaron a las escaleras, yendo por pasillos, encontrándose con cuadros donde se podía apreciar a una familia de 3 personas, en el se encontraba Iván con su expresión tan distintiva de él, Nikolai siempre con una sonrisa y un pequeño, un niño sumamente hermoso de cabellos oscuros y ojos azules, simplemente era la copia de su padre. Qué lamentable que haya sido un beta.
Caminaron lentamente, disfrutando de los cuadros donde se encontraba Nikolai con su precioso niño, cuando se pararon en una gran puerta donde el omega mayor se dispuso a abrirla.
—Este, princesa, era el cuarto de Alek.
No pudo contener sus lágrimas, la omega se encontraba con sentimientos, los cuales, no podía identificar, puesto que aquel aroma la llenaba de recuerdos y de emociones; entrar a ese cuarto, la hacía sentirse cerca de él.
—Puedes venir cuando quieras...— el omega mayor comenzaba a derramar lágrimas, pero su sonrisa nunca se desvaneció— él me hizo prometer que los cuidaríamos, él sabía que gente no estaba feliz de que se hubiera enamorado de ti, pero eso nunca le importó.—Tomó la mano de la joven— Iván podrá mentirte diciendo que tenía que proteger nuestro apellido, pero yo sé que también amaba a Alek, y perderlo fue un dolor que ninguno de los dos podríamos volver a soportar, así que deseamos que nuestro nieto sea feliz.
—Lo sé, pero no quiero que mi hijo sea vendido como ganado.
—No te preocupes por eso, princesa, ya nos preocuparemos de eso cuando el momento llegue.

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Mi camino hacia ti.
Фанфик[Omegaverse] Mi nombre no tiene tanta importancia, aunque ahora me encuentre en la élite de los omegas más cotizados, nunca podré olvidar de donde provengo. La razón por la que me he animado a relatar esta historia, es para que otros omegas no se s...