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Ser esclavo de tus propios deseos te lleva a cometer actos incapaces de hacer en plena consciencia. Mi celo siempre fue fuerte, más porque llamaba un alfa en específico, el cual se encontraba a muchos kilómetros de distancia; un alfa que deseaba que me completara, que me marcara, que me hiciera suyo y que nunca me dejara ir. Me sentía solo sin él, únicamente con mis metas de ser el mejor y mis amigos para pasar el rato, pero y ¿mi amor?. No es lo mismo un amigo que un destinado, una pareja, alguien que te hiciera sentir completo y pleno. Eso eres tú.

Mi celo también llamó la atención de varios otros y sin mi alfa y amigos cerca, pude haber cometido varias estupideces.

Nunca tuve miedo a demostrar mi sexualidad a las demás personas, soy un omega, pero también siento placer, siento lujuria y desde luego, tengo malos pensamientos, pues antes de omega, soy un humano. El sexo es una de mis necesidades físicas, no le temo, le tengo respeto, pero eso no siempre fue de esa manera.

 El sexo es una de mis necesidades físicas, no le temo, le tengo respeto, pero eso no siempre fue de esa manera

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—¿Yuuri? —no... no puedo creerlo, ¿estoy soñando?

—Hola, Viktor. ¿Cómo has estado? —no... esto...

—¡Vitya!, ¿quién es este apuesto alfa?

—¿Chris?... Chris... ¡Christophe!

—Vitya, ¿qué pasa?, ¿qué tienes?

—Joven Nikiforov, ¿está bien?

—¡No me llames así, Yuuri!... ¿Por qué?... ¿Cómo te atreves a regresar así como si nada y únicamente me dices "cómo estás"?

—Viktor...

—¿Por qué no me llamaste?... ni una carta... nada, ¡¿Por qué?!

—Estabas enojado conmigo, no podía... no quería molestarte.

—¡¿Molestarme?!... ahora estoy encolerizado, Yuuri.

—Viktor, yo...

—Solo... calla... —¿cómo se puede estar tan enojado y feliz a la vez? Necesito... necesito relajarme—. Yuuri, ¿podrías permitirme un segundo, por favor?

—Lo que necesites —estaba a punto de marcharme cuando un miedo me comenzó a invadir.

—Yuuri... solo no te vayas, ¿sí?... no tardaré.

—No te preocupes, no me iré a ningún lado —mis piernas comienzan a temblar... Dios, esa hermosa sonrisa. Esa sonrisa por la cual soñé tanto, esa sonrisa que extrañaba... ¿de verdad esto es posible?

Me encamino con bastante rapidez, temo regresar y que él no se encuentre allí, junto a esas hermosas rosas azules. No lo olvidó, de verdad nunca.... me olvidó.

Necesito un momento para estar a solas, para pensar y refrescarme; si no hubiera sido por Chris, creo que me hubiera desmayado... espera... ¿y Chris?

—¡Chris!

—Aquí estoy, Vitya. ¡Por Dios!, ¡¿qué diablos fue eso?!

—Chris... —no le di ni un momento más para resolver sus dudas, no puedo contenerme, necesito un abrazo, necesito a mi amigo. Me lancé a sus brazos, mientras que mis mejillas comienzan a sentirse húmedas—. Chris... está aquí, Yuuri, regresó...

—Viktor... ¿entonces por qué lloras?, ¿qué fue lo que ocurrió allá? —me abrazó con más fuerza—, ¿no estás feliz?

—¡Por supuesto estoy feliz!... simplemente, no supe qué hacer, ha pasado tanto tiempo. Estoy muerto de miedo, mis rodillas... me cuesta mantenerlas estables —me separé un poco para observarlo a los ojos—. ¡Quiero gritarle por haberse ido!, pero también quisiera abrazarlo por haber regresado... ¿Qué hago, Chris?

Siempre que se pone pensativo me sonríe ampliamente, mientras que sus ojos me muestran una clara idea de lo que quiere decirme. Chris siempre tiene la solución.

—Viktor, solo tú conoces esa respuesta —comienza a limpiar mis lágrimas con sus suaves manos—, pero si tanto lo extrañaste, no se que estás haciendo en estos momentos aquí conmigo —mis ojos se abrieron cuales platos—. Ve con él, déjate llevar y disfruta este momento. Estos escenarios nunca volverán a repetirse, Viktor —tiene razón, esto nunca se volverá a repetir de esta manera—. Imagina que estamos en una película. Sería sumamente sencillo pausar, retroceder y continuar con la función, pero la vida no es tan sencilla. Cometemos errores y seguimos adelante. No podemos estar siempre lamentándonos del pasado, solo existe un camino y es el de seguir adelante.

—Pero... y si, si se vuelve a ir.

—Eso nunca lo sabrás si no das el primer paso. ¿Recuerdas lo que siempre te he dicho?... no temas a amar, teme a nunca hacerlo.

—Tengo miedo.

—Y es muy normal, frentotas. Siempre lo tenemos, cuando le entregamos el corazón a alguien más.

Tener que abrir nuevamente mi corazón, entregárselo a la persona que no. Beka siempre estuvo para mí, como mi amigo y mi novio, nunca dudé de entregarle una pequeña parte de mí. Sara fue alguien demasiado especial para mí, la amé, pero nunca pude entregarle lo que más anhelaba de mí. Tengo la oportunidad de volver a hablar con él, con la persona que me quita el sueño y llamo en mi celo; el alfa que nunca dudaría entregarle todo de mí, pero aún hay un problema.

—Chris, no puedo entregarle mi corazón, no porque no quiera, si no porque él ya tiene el de alguien más.

—Viktor... todo sucede por una razón. ¿Por qué no permites darle una oportunidad?

—Hablaré con él, pero no prometo nada.

Arreglarme nuevamente fue sencillo, al parecer mi maquillaje no se estropeó del todo, aún sigo viéndome bien... ¿qué demonios estoy diciendo?, estoy apunto de hablar con él, con Yuuri, mi Yuuri... ¡No!... ¡NO, VITYA! Él, él no es tuyo.

Chris observa muy atento a mis movimientos, como me termino de arreglar y tomo rumbo hacia la puerta del baño. Tengo que tranquilizarme.

—Viktor.

—¿Qué pasa?

—Inténtalo. ¿Por favor?

—¿Por qué la insistencia, Chris? —observo como mi amigo se acerca a mí, me toma de la mejilla y me da un dulce beso en la opuesta. Un puro e inocente beso, sin malicia, sin lujuria; un beso, lleno de amor y amistad.

—Porque deseo verte sonreír, Vitya. Yo sé que aún hay cosas que no te atreves a decirme, pero sé que te mereces la felicidad que tanto anhelas.

Tal vez no fue la manera correcta de comenzar una nueva faceta en la vida de Yuuri. Desde que salí del baño, no puedo dejar de pensar en lo último que me dijo Chris, "merecer la felicidad que tanto anhelo", ¿acaso me la merezco de verdad?. La vida que desearía tener, es a lado de mi alfa, de mi Yuuri, pero eso no es posible, él tiene otros compromisos, otra vida y otra omega. No puedo dejar de tener eso en la cabeza, me siento decaído, pero mi omega interior está feliz, brinca de alegría en cada paso que doy hacia él.

Lo observo desde lejos, Dios mío... cómo ha cambiado, su cuerpo se encuentra muy bien tonificado, su cabello es tan obscuro como lo recuerdo y con ese sensual peinado hacia atrás, su piel tan blanca y suave a simple vista ¿cómo será al acariciarla? Supongo que cálida y aterciopelada, sus ojos... aunque se encuentran escondidos por aquellos ventanales azules, no dejan de ser los más preciosos que he visto en mi vida, podría tocar el paraíso con mis propias manos, solo por ver aquellas esferas con destellos escarlatas. ¿Me estaré volviendo loco?

—Viktor. ¿Te encuentras bien?, estás un poco rojo.

—Emmm, no te preocupes, todo está bien. Una disculpa por mi comportamiento hace rato, creo que me sobresalté un poco.

—No tienes de qué disculparte, yo no debí de aparecer así de la nada. Tienes razón, no tengo el derecho.

—Yuuri... no lo hagas, no digas que no tienes el derecho de aparecerte aquí. Eres la única persona que deseo que se encuentre aquí conmigo... —¡¿De dónde demonios saqué la voluntad para decir eso?!... calma, calma, que no note tu pánico.

—Jeje, gracias Viktor —aún sigue con esa manía de ponerse rojo.

—¿Seguro no quieres Borsh?

—¿Eh?

—¿Lo recuerdas, Yuuri? Sigues poniéndote rojo como tomate... yo pensaba que tenías fiebre, así que te ofrecía borsh todos los días que estuvimos juntos.

—Lo recuerdo muy bien, Viktor. Solo no pensé que tú lo recordarías también jejeje —su sonrisa es tan hermosa como la recuerdo, la menta que toca su cuello y cabellos, desearía que esa fueran mis manos... demonios, ¿por qué siento... siento este calor?

—Vitya...

—¿Disculpa?

—Desde pequeños te pedí que me llamaras Vitya. Somos amigos al final de cuentas, ¿no?

—Tienes razón.

Mi camino hacia ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora