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Después de tu despedida, los meses me parecieron eternos, pues mi mejor amigo se había separado de mí. Decidí mudarme de institución, mis abuelos y mi madre estuvieron de acuerdo, te extrañé como nunca antes, tu sonrisa, tus abrazos y aquellas rosas rojas. Los mensajes y cartas nunca cedieron ante la lejanía. Aún cuento con tu amistad y eso me hace eternamente feliz, ya que puedo sentir el gran cariño que siento por ti; mas no puedo decir que es amor, pues mi corazón únicamente le pertenece a un hombre con anteojos de pasta azules, pero eso no quita el hecho de que al verte feliz con alguien más, logra despertar un sentimiento de dolor en mí.

No encontraba la mejor manera de terminar este dolor, necesitaba cambiar de aires y revitalizarme, mi primaria me recordaba a mi Yuuri, mientras que la secundaria a Ota, será que siempre estaré sufriendo por amor... yo... únicamente deseo amar a alguien.

—Nunca esperes a que alguien te ame, mi niño. Si esa persona es tu pareja de vida, él te amará de la misma manera en que tú lo ames. —Mi abuelito Niko siempre ha sido un hombre sabio. Sus palabras siempre estarán grabadas en mí, hasta que sea un adulto canoso. Cosa imposible para mí.

El instituto en el que me transfirieron era totalmente diferente al anterior, tienen bien marcada la diferencia entre castas, tanto que nuestros uniformes son diferentes a los alfas y a los betas. ¿Por qué ese empeño de diferenciarnos? ¿Cuál será el propósito de esto?.

Los métodos de aprendizaje son tan primitivos, que a los omegas nos hacen tomar clases especiales, sobre cómo cuidar la casa, a nuestro esposo y cachorros...¡¿qué demonios!?.

Aunque tengo que admitir que las demás clases son realmente impresionantes, arte, literatura e idiomas son realmente fascinantes, algún día deseo ser un traductor, solo espero que esta maldita sociedad no me la impida; ya nos han dicho, los omegas estamos destinados únicamente a ser madres. Solo tengo 14 años, pronto cumpliré 15, pero he decidido ser uno de los mejores, tanto en el patinaje y la danza, como en mi carrera y estudios. No permitiré que algunos cuantos me disminuyan por lo que soy.

Existen sociedades, que no permiten la libre expresión, nuestras castas se vuelven un tema sumamente fundamental para ellos

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Existen sociedades, que no permiten la libre expresión, nuestras castas se vuelven un tema sumamente fundamental para ellos. Soy un omega, sufrí demasiado por ello, pero nunca me he arrepentido de serlo. Las mejores personas que he conocido y algunas que hubiera deseado con todo el corazón conocer, fueron omegas que lucharon por tener algo y no ser catalogados por su casta o por tener un alfa que los abastecen.

Mi sociedad, a pesar de intentar ser más tolerable, aún no pueden avanzar a pensamientos innovadores, pues su intento únicamente se queda allí. Omegas muertos y algunos desaparecidos, esto es lo que se gana, únicamente por nacer siendo "una incubadora" o por intentar lograr un cambio.

Yo he sido acusado, señalado con el dedo y fuertemente criticado por "conocer más de lo que debería". ¿Por qué el odio que nos tienen?, ¿por qué?

Por las circunstancias en las que se me impusieron, comencé a demostrar cierta "rebeldía", encontrándome entre la espada y la pared en mi hogar. Mi madre, ante mi cambio de humor y carácter, continuaba con su poco interés y ahora era víctima de sus claros regaños. Comenzaba a sentir que no aceptaba mi manera de ser, por esa razón, nuestras peleas se volvían constantes y yo no aceptaba un no por respuesta. En esos momentos aún me encontraba herido por su manera tan fría y seca después de lo que ocurrió con Angelo, ahora sé, que ella no sabía cómo manejar con un omega adolescente y resentido como yo lo fui, aunque aún puedo llegar a serlo.

Mi camino hacia ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora