Una semana después y se encontraba sentada en una de las mesitas de madera que había en la feria. Sus amigas habían ido por algodón de azúcar y Marinette se había quedado a cuidar el puesto. El parque de diversiones era magnifico. Todas parecían estar pasándolo bien, a excepción de Marinette, que llevaba todos estos últimos días deprimida. Aun recordaba el rostro de Chloé, tan roto y en verdad parecía muy golpeada por las palabras que le había dicho Marinette. La ojiceleste se arrepentía mucho.
Lo peor de todo es que después de aquella pelea se había encontrado con la rubia. Al igual que otras veces, la había fastidiado con sus amigas, sólo que había algo diferente. Cuando la estaba insultando, no tuvo ni una vez la oportunidad observar sus ojos fijamente, Chloé siempre parecía evitarlos o de alguna manera la insultaba desde lejos, sin querer acercarse.
Ya comenzaba a desesperarse, porque Marinette quería ver ese color azul marino que le quitaba el aliento. Se sentía cómo una necesidad, una ridícula y patética necesidad de ver sus ojos para poder estar en calma consigo misma. No había ayudado en nada el nuevo pensamiento acerca de la rubia: querer besarla (Sofocada la niña)
La quería besar y eso la asustaba, era otra necesidad que le hacía temblar de pies a cabeza cada vez que la veía. Observaba el rostro de Chloé y sin poder evitarlo los ojos se le iban a su boca, tenía los labios más hermosos del mundo y Marinette solamente tenía unas desesperantes ganas de morderlos y besarla hasta que le dolieran sus propios labios.
Suspiró ¿Qué leches le estaba sucediendo? No creía que fuera muy normal, el soñar todos los días con la misma chica y desear besarla. Más si no era su amiga, más bien lo contrario. Era la chica que le hacia la vida imposible y allí estaba Marinette, suspirando por la rubia (¡Masoquista!)
Cada vez... cada vez más las palabras de Chloé hacían eco en su mente "¿No será que estás enamorada de mí?" Y en verdad, Marinette intentaba convencerse de que no era así, imposible. No, era una locura.
- ¿Mary, estás bien? -preguntó Lila, acercándose a su amiga.
Llevaba una gorrita de oso en la cabeza, que había ganado en unos juegos.
-Si, claro -mintió, sabia con antelación que, si le contaba a sus amigas respecto a su problema, ellas comenzarían a delirar.
- ¿Quieren ir a las tazas giratorias? -preguntó Aurore al llegar, había rastros de azúcar en sus labios.
- ¡Será divertido, vamos! -animó Lila, jalando a Marinette y a Alya de las manos, hasta llegar a la atracción y se montarse en ella.
Estaban bajándose de los carritos cuando vieron a lo lejos al grupito del salón, parecía la realidad despotricara sobre la suerte de Marinette. Todo le salía mal, y para joder más las cosas allí estaba Chloé, igual de hermosa que siempre. Llevaba un vestido negro y un gancho en su cabello, reía mientras iba de la mano con Adrién y entrelazaba su brazo con el de Nathaly. Quería besarla, quería besarla, que la tierra se tragara a Adrién. Esa era una gran idea rondando en su cabeza. Soltó un gran suspiro y tomó a Lila de la mano, quería alejarse de ellos a como diera lugar.
-Lila, ¿quieres ir a la montaña rusa? -preguntó con una sonrisa a su amiga, ella parecía feliz.
- ¡Claro!
-Vamos todas-dijo alegremente Alya y las cuatro de fueron a la atracción, dejando a los otros atrás.
Marinette logró respirar tranquila por unos segundos, eso hasta que fueron a comprar palomitas de maíz y casualmente allí estaba Chloé. Tenía que ser una cruel broma de la escritora, ¿no?3
De inmediato los ojos de Chloé la vieron, pero apartó la mirada, sin dejar a Marinette ver sus ojos azules por más de un segundo. Bufó irritada y se rio un poco, al ver cómo Aurore intentaba darle de comer palomitas, lanzándoselas, pero estas chocaban en su nariz.
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Rivales | Chloenette
FanfictionMarinette comienza la secundaria sintiendo las burlas del grupo de los populares, entre un grupito de chicas que la fastidian conocerá a la porrista Chloé Bourgeois. Desde el primer encuentro entre ellas se desatará una gran rivalidad y guerra sin...