Capítulo 38

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A la semana siguiente Marinette ya estaba cansada de que las de primero la siguieran, se querían asegurar si estaba bien del brazo, pero ya era viernes así que podría descansar. La ojiceleste no comprendía su interés, pero ya estaba cansada de las sonrisas tontas que le daban, más aún cuando algunos chicos de segundo le preguntaron cómo había sido huir de Adrién, ella recordando aun como gritaba su nombre.

Había dejado a sus amigas en la clase de informática y estaba frente a su casillero sacando unos libros, secretamente esperaba encontrarse con Chloé, no le veía desde el almuerzo cuando la rubia le había sonreído toda la hora, aun se sentía en las nubes. Intentaba hacer toda esa ardua labor sin chocar su yeso con el metal, cuando cerró la puerta se encontró con una chica de cabello negro azabache, igual al suyo, que había visto antes, pertenecía al grupo popular, pero de las de primero. Le sonreía coquetamente mientras vestía el uniforme de deporte, Marinette sonrió por educación.

— Hola... Mmm.

— Kagami, es un placer ¿Marinette Dupain-Cheng? — preguntó dándole un beso en la mejilla y observándola con interés.

— Si, esa soy yo — dijo sin comprender y torció el cuello, juntando las cejas —. ¿Me buscabas?

Kagami río tímidamente y la miró pestañeando.

— Eres más adorable de lo que me habían comentado — confesó y Marinette abrió los ojos.

— ¿Te... te han hablado de mí? — preguntó aun sin creérselo, como de  una chica invisible ahora era conocida por media escuela.

— Claro, este año has sido el centro de atención en los problemas, aunque tienes antecedentes del año pasado con la guerra de comida — dijo riendo nuevamente, sus ojos brillaron con coquetería —. También cuando sucedió lo del capitán del equipo, dijeron que echaste una buena corrida.

— Ah, Adrién no podría haberme alcanzado si no fuera porque me distraje — dijo en broma mientras guiñaba.

— Si, todos hablan de eso. ¿Cuándo te quitaran el yeso? — preguntó acariciando extrañamente el brazo bueno de Marinette, la ojiceleste se sintió un poco incómoda.

— Bueno... dentro de otras dos semanas — arrugó la nariz al sentir un perfume muy conocido para ella ,—. Oye... tú de casualidad conoces... — no terminó de hablar ya que la menor estaba muy cerca de ella.

— ¿Si... ? — preguntó fingiendo inocencia y tomando la mano de la ojiceleste, Marinette quería concentrarse, pero el perfume de Chloé la confundía.

— Eh... bueno... conoces a... — dejó de hablar cuando escuchó un carraspeo a su espalda, casi de inmediato Kagami se apartó de Marinette con los ojos abiertos.

— Chloé — la azabache menor dijo su nombre como si se tratara de una profesora, Marinette volvió a verla y allí estaba la chica de la cual estaba enamorada.

Chloé vestía su uniforme de porrista, sólo que llevaba el cabello suelto y cruzaba los brazos, sus ojos azules parecían cuchillas sobre la joven niña asiática. (Marca territorio, dale)

Marinette no pensó, quería quitar esa expresión de enojo del rostro de Chloé, pero al verla no pudo evitar formar una sonrisa de amor hacia su chica.

— Bourgeois — dijo con una voz dulce logrando captar la atención de Chloé, que hace tan solo unos segundos estaba mirando a la niña que temblaba de pies a cabeza.

Chloé relajó su rostro, pero siguió con el fuego oscuro en sus ojos, observó a Marinette con una actitud irritada.

— Conque hablando con las de primero ¿Uh? — preguntó en un tono amargo, Marinette asintió con la cabeza, pero torció el cuello.

— Sí, estaba hablando con Kagami —dijo mirando a la chica tras ella y le sonrió, la de primero fue tan descarada que le devolvió la sonrisa, aunque esta se borró al ver el rostro de Chloé.

— Yo... bueno, quería decirte que Nathaly te busca, quiere verte en las duchas, ella es amiga de mi hermana y me pidió el favor — dijo evitando mirar los ojos furiosos de Chloé mientras observaba a Marinette —. Solo quería decirte eso, nada más — dijo lo último mirando a Chloé antes de despedirse e irse por el pasillo.

— ¿Qué la habrá pasado? Parecía asustada — comentó Marinette confundida por la actitud de la chica, luego pareció entender las palabras —. ¿Para qué querría verme Nathaly? ¿Por qué no te lo pidió a ti?

— Yo que sé, estaba ocupada — dijo rodando los ojos, aunque volvió la atención a Marinette —. ¿No que no te gustaban las altas? — preguntó en un tono cortante.

Marinette frunció el ceño, intentando captar la insinuación, la chica había sido amable, pero ella prefería a las chicas como Chloé.

— No todas son malas — dijo pensativamente y luego sonrió —. Tu hermana es encantadora.

— ¡Ja! Claro, supongo — dijo la rubia, apretando los dientes y actuando con la actitud diva que tanto caracterizaba a Taylor.

— ¿Estas enojada? — preguntó un poco divertida, Chloé río más fuerte y negó.

— Ya quisieras.

— ¿Cómo te va con tu novio? — preguntó la ojiceleste un poco disgustada ya que ayer los había visto juntos, no se habían besado, pero no estaba segura que duraría así por siempre.

— ¿Adrién? Él está perfecto, estamos de maravilla — mintió descaradamente y luego alzó la barbilla mientras mostraba una sonrisa hipócrita —. Besa mucho mejor que tú.

Marinette se tensó, pero sonrió con diversión.

— No parecías opinar eso la última vez — dijo logrando que Chloé pestañease, pero, pronto para su gusto, recuperó la arrogancia que la caracterizaba.

— ¿Ese beso tonto? Pues sólo lo hice para saber cómo era besar a una chica, nada más y fue patético... — comenzó a callarse cuando Marinette se acercó con los ojos celestes en fuego, la sujetó de la cintura con su mano sana y la apoyó contra los casilleros.

Al parecer era su posición favorita. Chloé colocó las manos en su estómago, pero sin intentar apartarla.

— ¿Ah sí? — dijo las ojiceleste con un tono venenoso en sus palabras —. ¿No te gustó?

— No me movió ni un pelo — afirmó sintiendo la respiración de Marinette quemarle los labios —. Para nada, creo que incluso deberías besarme otra vez para demostrarte que no es así.

Marinette entrecerró los ojos, pensándoselo, la miró con intensidad y Chloé se sonrojó.

Acercó el rostro y con su nariz acaricio la de la rubia, también rozándola por la mandíbula y sus mejillas. Le dejaba un rastro de besos calientes por el rostro y luego fue hasta su oreja y la mordió con suavidad, logrando un gemido ahogado de Chloé.

— Marinette... — dijo con la voz cargada de emoción y la ojiceleste río sobre su piel.

No la besó, siguió dándole pequeñas caricias en su rostro para luego juntar sus caras y apoyar su frente contra la suya, con sus labios prácticamente rozándose. Sus ojos estaban en los de Chloé. Se moría por besarla, pero prefirió sonreír cuando la rubia cerró los ojos, esperando el beso, y se separó de ella.

— Pues dile a tu novio que te bese, ya que él si logra moverte ¿Verdad?  — dijo burlonamente al ver como Chloé seguía apoyada de los casilleros, con los ojos cerrados.

Chloé abrió los ojos y observó a Marinette, antes de que su rostro se tornara rojo y mirara a la chica con furia, apretaba los puños y Marinette comenzó a reír.

— ¡DUPAIN! — gritó enojada dispuesta a darle un puñetazo en la nariz y antes de que pudiera, Marinette salió corriendo mientras sus carcajadas sonaban por todo el pasillo.

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Rivales | Chloenette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora