Cap. 8. El campamento

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Aveline p.o.v

Lucho contra la corriente por salir, mientras el aire de mis pulmones se agota, dejo escapar unas burbujas por mi boca ¿Es esto el fin? Veo mi vida pasar ante mis ojos y mi mente se queda fija en un recuerdo, el sueño que tuve de Peter, la primera vez que lo vi.

Los pulmones me arden por la falta de aire y mis ojos se están empezando a cerrar cuando noto algo agarrarme del lomo, una mano, Peter. Nada hasta la orilla y me deja suavemente en el hielo, mientras yo intento recuperar todo el aire que había perdido en mi lucha contra la corriente.

-Gracias...- le susurro a lo que Peter me da una suave caricia en la frente. Me levanto y me sacudo el agua- ¿Y Lucy?

-¿Habéis visto mi abrigo?- aparece Lucy, toda empapada y tiritando de frío, sus hermanos corren a abrazarla.

-No te preocupes querida- dice el señor Castor- tu hermano sabe cuidar de ti muy bien.

-Además ya no creo que vayáis a necesitar tanta ropa- dice la señora Castor señalando a un cerezo, al que le empiezan a salir sus primeras flores. (multimedia)

A cada paso que vamos dando, el hielo se va derritiendo y va haciendo más calor, hasta que llegamos al campamento de Aslan. Un sitio enorme con un montón de tiendas de color crema y rojas  rodeados de muchos tipos de animales. Un cuerno suena y veo a un centauro al pie de una montaña. La gente se nos queda mirando y acto seguido sonríen, no cabe en mí tanta felicidad.

-¿Por qué nos miran todos así?- dice Susan entre dientes.

-A lo mejor te ven algo rara- dice Lucy y me río levemente.

Llegamos a una tienda, un poco más grande, blanca y amarilla, con detalles dorados. La gente se arremolina a nuestro alrededor y acto seguido se arrodillan, la carpa de la tienda se abre y de ella sale un imponente león, Aslan. Nosotros también nos arrodillamos.

-Bienvenido Peter, hijo de Adán- dice Aslan con su dulce voz- bienvenidas Susan y Lucy, hijas de Eva, bienvenidos castores, os doy las gracias y bienvenida de nuevo Aveline, hija mestiza de Eva y de un lobo- Aslan me hace un gesto y me acerco a él...

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-Bienvenido Peter, hijo de Adán- dice Aslan con su dulce voz- bienvenidas Susan y Lucy, hijas de Eva, bienvenidos castores, os doy las gracias y bienvenida de nuevo Aveline, hija mestiza de Eva y de un lobo- Aslan me hace un gesto y me acerco a él, me da una tierna caricia en la frente con su cabeza.

-¿De nuevo?- pregunta sorprendida la señora Castor.

-Sí, he estado aquí antes- digo volviendo con los hermanos Pevensie.

-¿Dónde está el cuarto hijo de Adán?- dice Aslan.

-A eso venimos señor, necesitamos ayuda- dice Peter.

-Hemos tenido un problemilla por el camino- dice Susan.

-La Bruja Blanca ha capturado a su hermano- digo yo.

-¿Capturado?- pregunta Aslan- ¿Cómo ha ocurrido?

-Nos ha...traicionado majestad- digo agachando la cabeza y todos los narnianos empiezan a murmurar.

-Entonces nos ha traicionado a todos- dice Oreious, un centauro al que conocí en uno de mis viajes y el que me enseño a manejar una espada.

-Cálmate Oreious- dice Aslan rugiendo levemente- quiero oír la explicación.

-La culpa es mía- dice Peter- fui duro con él.

-No...- susurro mirándole.

-Todos lo fuimos- dice Susan poniendo una mano en el hombro de Peter.

-Señor es nuestro hermano- dice Lucy.

-Lo sé querida, pero eso sólo empeora las cosas- dice Aslan- quizá sea más arduo de lo que pensáis.

(...)

Observo a Peter hablando con Aslan en lo alto de una colina, mientras le enseña Cair Paravel, la ciudad de los Cinco Tronos ¿Acaso yo debo sentarme en uno de ellos así? No queda muy bien, quedaría un poco extraño, cuatro humanos, o como llaman los narnianos, hijos de Adán y Eva y luego, un lobo, no se si soy capaz de sentarme en un trono así ¿Qué hago? ¿Me tumbo o intento sentarme como pueda? Sacudo la cabeza para intentar despojarme de esos pensamientos que no vienen mucho a cuento. Cuando Peter baja de la colina me acerco a Aslan.

-Oh, querida, deseaba hablar contigo- dice Aslan.

-Igualmente, Aslan ¿Soy yo la famosa hechicera de la profecía? ¿La protectora de los reyes?- digo mirando al sol, que ya se va ocultando entre las montañas.

-Así es Aveline- dice Aslan- pronto desarrollarás tus poderes sobre los cuatro elementos.

-¿Cómo? Con estas garras dudo mucho que pueda hacer algo- digo mirando a mis patas delanteras.

-Oh querida, tu maldición se romperá pronto, ya se está debilitando gracias a la llegada de los Pevensie...y de Peter- dice Aslan mirando a Peter, que está hablando con sus hermanas.

-Aslan ¿Qué insinúas?- digo sorprendida y Aslan me dirige una mirada divertida.

-Nada pequeña, tú solo ten en cuenta, que el amor se encuentra donde menos te lo esperas- ríe Aslan y después se marcha, me quedo anonadada mirando a Peter, hasta que oigo el cuerno de Susan pidiendo ayuda y salgo con el corazón acelerado en su búsqueda.

Bajo la colina corriendo y me encuentro a Peter.

-¡Susan!- grito,  el mayor de los Pevensie me asiente y salimos corriendo en dirección al río, nos encontramos a Susan y a Lucy subidas a un árbol, mientras que Maugrim y su manada intentan morderlas.

-¡Atrás!- grita Peter desenvainando su espada, los lobos nos miran y yo solo gruño sacando mis dientes.

-¡Venga!- dice Maugrim- ya hemos pasado por esto antes, los dos sabemos que no tienes valor.

Aslan tira a un lobo al suelo de un zarpazo, parte del ejército narniano aparece a nuestro alrededor.

-Dejad las armas, esta batalla es de Peter- dice Aslan.

-Quizá pienses que eres un rey- dice Maugrim- ¡Pero vas a morir como un perro!- Maugrim se abalanza sobre Peter y caen al suelo mientras Peter suelta un grito de dolor.

-¡No!- grito.

La maldición (Peter Pevensie y tú) Las Crónicas de NarniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora