Cap. 11. La gran batalla

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Peter p.o.v

Algo me roza la mejilla y despierto de mi sueño, abriendo los ojos lentamente y maldiciendo al que me haya despertado, una figura hecha de pétalos de cerezo se alza en la carpa que compartimos Edmund y yo (multimedia), en un ágil movimiento, me levanto y desenvaino la espada pero la figura ni se inmuta.

-Atención mis príncipes- dice la figura- os traigo malas noticias de vuestras hermanas...

Aveline p.o.v

Un spriggan hecho de pétalos de cerezo me despierta, anunciándome la dolorosa muerte de Aslan. Salgo de la carpa y voy al encuentro de Oreious y Edmund, que al parecer están esperando que Peter les confirme el fallecimiento de Aslan. Miro a Oreious y éste me hace una ligera reverencia, pero sus ojos constan de un dolor que parece irreparable.

-Es verdad- dice Peter saliendo de la carpa- se ha ido.

-Entonces dirígenos tú- digo casi gritando, Peter desvía su mirada hacia mí- hay un ejército esperándote, listo para seguirte. Listo para alzarse con la victoria.

-No puedo- dice Peter en un susurro.

-Aslan creía que sí, yo lo creo Peter- digo acercándome a él, Peter y yo nos quedamos mirando en silencio, no decimos nada, nuestras miradas lo dicen todo.

-El ejército de la Bruja se acerca ¿Qué ordenáis señor?- pregunta Oreious, rompiendo el contacto visual entre Peter y yo.

-Digo que luchemos- dice Peter sonriendo, tras unos segundos de silencio, aunque no se le ve muy convencido.

Oreious y Edmund se marchan, dejándonos a Peter y a mí a solas.

-Ya lo sabía- digo tumbándome en la hierba.

-¿Ya lo sabías? ¿El qué?- dice Peter muy confundido, sentándose a mi lado.

-Sabía lo que le iba a pasar a Aslan, me lo contó ayer cuando Jadis se fue, lo siento, no me dejaba decíroslo hasta hoy- digo agachando la cabeza, Peter pone un brazo en mi lomo y un escalofrío me recorre el cuerpo, pero no una sensación mala, sino más bien buena, electrizante.

-Tranquila... ¿Alguien más lo sabe?- dice Peter mirando a las carpas.

-No, solo tú, eres en el que más confío en estos momentos- sonrío y Peter me acaricia el lomo.

-Es mejor que sea así, no creo que pase, pero los narnianos pueden interpretarlo como traición y...no quiero que mueras. No quiero perderte tras todo lo que hemos pasado.

-Yo tampoco, por lo menos no antes de la batalla, tengo muchas ganas de matar a esa maldita Bruja de una vez por todas y volver a ser yo...- digo mirando a Peter.

-Preparémonos para la batalla pues- dice Peter levantándose.

(...)

Una inmensa ladera, dos bandos, la batalla está a punto de comenzar. Peter y Oreious, el mayor de los Pevensie subido en su blanco unicornio, yo a su lado y tras nosotros, el ejército narniano.

Mentiría si dijera que no estoy nerviosa, mi cuerpo no para de temblar, casi no me tengo en pie y mi corazón va tan rápido que parece que se va a salir de mi pecho. Miro a Peter, lleva una hermosa armadura roja y plateada, un yelmo plateado, su espada y su escudo, me distrae un grifo que pasa volando. La batalla está a punto de iniciarse, miro al ejército de la Bruja, confío en que acabaremos con él y que no mueran muchos narnianos, ni los Pevensie.

Echo un vistazo hacia atrás y contemplo casi en lo alto de una colina a los arqueros, liderados por Edmund. El grifo da una vuelta y se posa a nuestro lado.

-Ya llegan alteza- dice el grifo- y nos superan en número y armamento.

-Sí...yo llevo viéndoles desde hace rato, ventajas de ser un lobo- digo sacando mis garras.

-Los números no ganan las batallas- dice Oreious.

-Ya- dice Peter, este me mira y yo le susurro un <<tranquilo>>, Peter asiente y vuelve a mirar al frente, ya que empieza a sonar un cuerno- pero seguro que ayudan.

El ejército de la Bruja, va apareciendo cada vez más rápido, todavía no veo a su líder, que de momento parece ser un imponente minotauro, la verdad es que las criaturas que componen su ejército son verdaderamente agraciadas.

Gruño cuando ya distingo a la Bruja, subida a un carro de plata y oro, tirado por dos osos polares, su indumentaria consiste en un vestido de color marrón, recubierto de pelaje en la zona del pecho y en la cabeza lleva la parte superior de un cráneo de lo que parece ser un ciervo, el pelo lo lleva suelto y liso, en la mano lleva su bastón de hielo, con el que me convirtió en un animal. El ejército se para y la Bruja se pone a la cabeza.

Peter mira durante unos instantes al ejército, después desenvaina su espada, alzándola en dirección a la Bruja

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Peter mira durante unos instantes al ejército, después desenvaina su espada, alzándola en dirección a la Bruja. Suenan unas trompetas y de seguido los gritos narnianos. Veo a los del ejército de la Bruja correr hacia nosotros y dirijo mi mirada a Peter.

-No te mueras- dice sonriendo.

-Vaya, lo mismo digo- le respondo. El ejército se acerca cada vez más y nosotros seguimos parados- Peter, creo que tienes que dar una orden.

Peter me ignora y sigue mirando al frente. Cuando quedan unos 300 metros para que llegue el ejército, Peter hace un movimiento con su espada, haciendo que decenas de grifos echen a volar.

Los grifos sueltan las piedras que llevan en las garras, aplastando a muchos soldados. La batalla ha comenzado. Ya noy hay vuelta atrás, es hora de mi venganza.


La maldición (Peter Pevensie y tú) Las Crónicas de NarniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora