Por la madrugada, Beryl volvió de un sueño, con la piel erizada por las caricias de su acompañante. La música de fondo continuaba encendida. Al parecer, la lista de reproducción había terminado y vuelto a comenzar. Ese tema ya lo habían escuchado mientras comían.
«No estoy cansada. Podría dejar que él siguiera haciéndome esto hasta la salida del sol» pensó, sorprendida, acurrucándose junto a Diecisiete. «Nunca me había sentido tan llena de energía al estar enamorada de alguien».
Así, en medio de la excitación y pataleando para quitarse las sábanas de encima, admitió en su cabeza lo que le estaba pasando.
Él la penetró con suavidad, sin prisas. Ella se aferró a su espalda, recreándose en la respiración agitada de su amante sobre su cuello.
Desde la ventana, un grillo anunciaba más calor para el día siguiente, bajo el cielo lleno de estrellas.
El placer era una montaña rusa por la que ella subía con suavidad, expectante, dejándose arrastrar. Ya en la cima, a punto de caer, arañó los glúteos de él y se desarmó en un estallido de colores, llevándoselo por el mismo camino. Gritaron alguna incoherencia, se miraron y estuvieron en el vacío, juntos, por un instante. La coincidencia fue deliciosa.
Beryl grabó en su retina la vulnerabilidad que se había escapado en el azul de aquellos ojos, tomó en su piel la forma en que él apoyó su frente en la de ella al terminar. Lo recordaría por siempre. Aunque supiera que no había significado nada, más allá de lo físico.
—¿Cómo fue que te metiste en esto? —preguntó Diecisiete, cuando se echó a su lado.
—Lo dices como si estuviera haciendo algo raro —contestó ella, entre risas.
Él miró al techo. Parecía pensativo.
—Es raro, sí. Podrías estar en alguna ciudad grande, llenándote las manos de bolsas de compras y dejando que los hombres hagan fila por ti.
La bióloga no pudo evitar la carcajada al imaginarse así.
—¿Ese es tu concepto de las mujeres? Has visto demasiada televisión.
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El corazón del minotauro [17 - Dragon Ball]
FanficEste es un mundo en el que las bestias llevan sonrisas impecables y las criaturas indefensas tienen cuernos enormes. Un mundo en el que un corazón solitario vale su peso en oro para los cazadores furtivos. Él va en busca de dinero fácil. Encontra...