|CAPITULO 41|Te Extraño|

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Todos sonreímos y caminamos fuera de la cabaña hasta el centro del campamento en donde habían miles de buses de segundos pisos y casi todos los integrantes del campamento, tal cual como el día en que habíamos llegado.

Comenzaron a llamar por lista a las personas hasta qué nombraron a Camila, Milagros y Marcos que vivían cerca.

Todos nos abrazamos los unos a los otros diciendonos cosas lindas y prometiendonos juntarnos en cualquier día del año.

Los vi alejarse con lágrimas en sus ojos mientras me quedaba con Belen, Pablo y Tincho.

Los microfonos sonaron nuevamente y llamaron a Pablo.

—No quiero irme–Bromeó Pablo.

Tincho lo abrazó dandole palmaditas en la espalda diciendole que lo vería entrenando afuera del campamento. Luego me abrazó a mi y dijo: "Voy a llamarte si sé cualquier cosa sobre el idiota" Refiriendose a Agustin. Sonreí en silencio.

Belen era la última ya qué su madre es dueña del campamento y se va al final. Nos despedimos de ella con un abrazo simple, no iba a extrañarla de todas formas y caminé junto a Tincho al bus del cual nos habían llamado. Iba subiendome y escuché mi nombre detrás.

—Espera, espera–Volteé a ver a Zabdiel, su voz era reconocible ahora.

Retrocedí unos pasos y lo miré.

—Ven aquí, abrazame–Dijo abriendo sus brazos.

Lo abracé un largo rato mientras el me deseaba lo mejor y que quizás afuera nos ibamos a ver o el próximo año en el
campamento.

—Gracias–Sonreí mirandolo.

—Cuídate–Besó mi frente y se alejó.

Subí al bus sentandome en el mismo lugar de siempre, a un lado de Tincho. Nos fuímos la mitad del camino conversando y la otra mitad escuchando música o durmiendo. El viaje se me hizo muy largo, hasta que finalmente el bus se estacionó y todos comenzaron a bajar en orden. Al estar abajo saque mis maletas de entre medio y me dediqué a divisar a mi madre.

—¿Ves a alguien?–Preguntó Tincho mirandome.

—No–Respondí entrecerrando mis ojos tratando de ver más allá. Ví a una señora agitar su mano, mamá.

—Ahí está–Reí.

Él sonrió mientras ella se acercaba. Nos dió un gran abrazo a ambos.

—¿Qué tal el campamento este año?–Preguntó emocionada.

—Debo contarte miles de cosas–Respondí.

Tincho sonrió y vió a sus padres.

—Ahí estan mis padres–Dijo—Me voy.

Volteé a mirarlo y lo abracé con fuerza, el también a mi que llego a levantarme los pies del suelo.

—Voy a extrañarte mucho–Dije.

—No me extrañes mucho, asegurate de haberte acostumbrado a mi rostro por qué ire a visitarte seguido.

—Eso espero.

—Asi es hermanita–Besó mi mejilla, luego mi frente y se marchó.

Mi madre me ayudó a llevar las maletas al auto, las guardamos y me senté de copiloto y ella manejó. La media hora de viaje a casa le conté toda la historia de Agustin y yo..Claramente omitiendo que tuvimos sexo o cualquier tipo de contacto sexual.

Al bajarnos del auto, ella sonrió con tristeza.

—No debes ser egoísta _______. Ahora estás pensando en que el es un egoísta qué no piensa en ti y qué es un tal por cual–Bajo mi maleta pasandomela y luego ella tomó la otra—Pero tú no sabes lo qué le pasó estando en su casa y debes pensar en el.

Eres Mío Imbécil (Agustín Casanova y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora