Capítulo 3

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La primavera es una de las estaciones más hermosas del año, después, que el invierno cesa, con su nieve característica. Viene de vuelta, el color verde, sea de los arboles o plantas, las flores aparecen con sus enigmántes olores, o simplemente, los animales que terminan con su etapa de invernación.

Ahí me encontraba caminando hacia la casa de mis padres. Hace exactamente dos días, fue mi cumpleaños número 19 y concreta mente, ayer empezó un sueño, completamente extraño. Estaba parado, frente a una puerta grande de plata tallada con símbolos raros, representados en cuatro círculos: uno de ellos, posicionado de mi lado izquierdo, abajo, casi tocando el borde de la puerta. Era de un color azul o celeste,con algo que parecía una gota de agua o algo por el estilo, pero cuando intentaba ver el que estaba arriba, me despierto.

Fue ese mismo sueño, estos dos días seguidos, necesito respuestas por eso, me dirijo con mis padres. Siempre tuve una buena relación con ellos, para mi son las mejores personas que puedan existir, solo con ellos, me muestro como soy. Son personas que harían todo, si es lo correcto.

Mi padre una persona honorable, un hombre guapo, pero claro no tanto como yo,pelo rubio, ojos marrones con una nariz no tan gruesa, tez clara, cara definida. Pero por otra parte, mi madre una mujer extremadamente hermosa, ya entiendo lo que le vio mi padre a ella, pelo castaño con ondulaciones, ojos verdes, tez blanca, nariz fina, como si fuera un ángel.

Casualmente había llegado, en cuanto mi padre abrió la puerta:

- Hola hijo, ¿Que te trae por aquí?- Me dijo él,  muy alegre a decir verdad.

- Yo también, me alegro de verte padre. - Hablé con cierto sarcasmo. Aunque era verdad, todo el mundo se alegra de verme. - No puedo pasar tiempo de caridad con mis padres.

- Diría que no. - Dijo con cierto humor en su voz. - La ultima vez que nos visitaste, fue para decir que te ibas de casa.

Es verdad, eso fue hace un año atrás. Podía notar algo de enojo en lo que me decía.

- También me alegro de verte padre. - Expresé.

Entramos a la casa, no la recordaba así, solitaria, como si le faltara algo o alguien. Siempre estaba iluminada , como si desprendiera  una gran luz. Pude visualizar a mi madre en la cocina, obviamente no me vio, así que decidí decirle:

- ¡¿ Quien extraño al hijo mas perfecto del planeta ?!. - Exclamé, se asusto al principio.

- ¡ Oh, por Dios, Adam volviste !. - dijo corriendo hacia mi, con una gran sonrisa.

- Por supuesto que si, ¿Quien mas sino?. - hablé.

Me abrazo como si nunca me hubiese visto.

- No, pero me sorprende verte por aquí. -Sus ojos, estaban fijos en mi, con cierta preocupación. - ¿Paso algo?.

Me conocen demasiado bien, a decir verdad. Mi cabeza, no dejaba de repasar, una y otra vez ese sueño, como si fuera un recordatorio.

- Necesito decirles algo. - Susurré, ya esta situación, me desbordaba. - Es algo importante supongo.





Creatores Elementis I = Descubriendo mi Ser ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora