Capítulo 29

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Habían pasado semanas, desde que me rescataron. Semanas, en las que estaba confundido sobre lo que había pasado. Primero cómo fue que escapamos, no había ninguna posibilidad de hacerlo. Estoy completamente seguro de haber visto a ese árbol tomar vida. Como si tuviera consciencia.

Emily no le tomó la suficiente atención a lo que había pasado, la entendiendo, estaba preocupada por liberarme. Creo que había un Elementis cerca.

Con ella, no hemos hablado desde el beso. Estaba tan preocupado con que estuviera bien, que de un momento para el otro, la estaba besando. No me olvido de eso, fue uno de los mejores momentos de mi vida. Sabía que estaba mal, yo estoy destinado a otra persona. No quiero hacerle daño y menos que me odié. Pero no puedo negar que me encantó besarla. Recuerdo su cara sonrojada, que poco se notaba por la iluminación de aquella noche.

No nos dirigimos la palabra desde entonces. Y si lo hacemos son palabras con ironía o solo para ser educados. Dado el caso, hoy es mi cumpleaños.

Ni Emily, ni mis padres me han deseado feliz cumpleaños. Todos mandaron a comprar comida, como si fuera para un viaje. Cuando llegue a mi casa, mi madre con lágrimas me recibió en brazos. Me dijo que no quería que sospechará la sorpresa. Mi padre y Emily también me saludaron. Aunque, el saludo de Em, fue un momento muy incómodo. No sabía cómo saludarme, me dieron ganas de reír por lo nerviosa que estaba. Yo tomé la iniciativa y la abraze. Fue como si, mi mundo volviera a vivir, tenerla entre mis brazos es la mejor sensación de todas.

- Hermosa... - Empecé a decir con curiosidad. - ¿Sabes dónde vamos?

- Realmente no lo sé, Adam. - Dijo mirándome con el ceño fruncido y separándose de mí. Eso dolió.

- ¿De enserio?

- Si me dijeron lo mismo que a tí. Solo que íbamos a un lugar.

- Entonces... ¿Por qué nos querrían ocultar eso?

- No lo sé. - Habló levantando sus hombros en forma de desconcierto. - Vamos, nos llaman.

Después de horas de viaje, lo único que veía era un bosque. Con tanta vida alrededor, que podía observarlo todo el tiempo. Se podía llegar a ver, un camino de tierra en el medio.

- No entiendo, ¿Qué hacemos aquí? - Pregunté.

- Todavía no llegamos a tu sorpresa, Adam. Hay que caminar. - Dijo mi madre en tono de fastidió.

Pasados unos minutos, cuando nos encontramos con un Templo. Se notaba que llevaba abandonado años. Sus puertas de maderas oxidadas y sus paredes con humedad, hacían notar lo viejo, que era ese lugar.

Mi padre se aproximó a la puerta principal, intentando abrirla. Cuando por fin lo logró, nos acercamos hasta donde estaba. Todos, absolutamente todos estábamos en silencio, hasta que él dijo con alegría y algo de nostalgia:

- Adam y Emily. ¡Bienvenidos al Templo Elementis!

Creatores Elementis I = Descubriendo mi Ser ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora