Se acercaba la Primavera, tan rápido, que no nos dábamos cuenta en donde estábamos. Si en Primavera, Verano, Otoño o Invierno. Cada una de las estaciones, me recordaban a él. Todo me recordaba a él.El día en que se lo llevaron, se repite en mis sueños una y otra vez. Tal vez si no hubiésemos ido ese día a ese lugar, no se lo hubiesen llevado. Todo fue mí culpa. Nunca pasa nada bueno, cuando personas se preocupan por mí. Eso lo aprendí con el tiempo.
Habían pasado meses, desde el secuestro de Adam. Ninguna maldita pista había. María y Roberto estaban devastados, aunque ellos no lo querían demostrar frente a mí. Lo sabía por escucharlos, en las noches llorar tan bajo, que sus llantos acompañaban al viento. Era muy injusto.
No me medi la fuerza, con la que golpeé la mesa, en donde me encontraba. Ellos levantaron sus cabezas de golpe, de los mapas regados por toda la Biblioteca.
- Emily... - Empezó a hablarme ella con su dulzura.
- No, María. Ahora no. - No quería que me dijera siempre lo mismo.
Ella me había repetido que lo íbamos a encontrar. Cuantos más días, semanas, meses pasaban, esa esperanza se hizo añicos. Me decía: "Algún día lo encontraremos, no sientas culpa por algo que no hiciste tú. Cuando él aparezca devuelta, necesitará tú fuerza". Era esa misma frase, cada vez que me sentía frustrada, lo cual pasaba a menudo.
- Voy a buscar más mapas. - Habló él interrumpiendo, el silencio incómodo que se formó.
Ni me di cuenta, cuando abandonó el lugar. Dejándonos a ella y a mí solas.
- Oh, Emily. - Dijo mirándome con lágrimas en sus ojos. - Se que es estás preocupada, crees que yo no lo estoy. ¡¡¡Mí pequeño fue secuestrado por los Venatores hace meses. Intenté con todas mis fuerzas para que no pasará de nuevo, pero el destino vuelve!!!
Odiaba verla en ese estado. María es una de las personas más fuertes y gentiles que conocí. Pero que este sin fuerza, culpandose. No puedo simplemente verla así.
- María... - La abrasé con todas mis fuerzas.
Las lágrimas se apoderaban de mí rostro, aunque quisiera contenerlas. Odiaba admitirlo, pero sin Adam era un mundo gris. Sus bromas me hacían falta. Su sonrisa arrogante. O tal vez sus palabras sin sentido. Él me gustaba. No lo quería aceptar, pero era así. Él me gusta.
Pudo darle alegría y confianza a mí vida. Una vida no tan feliz. Me hizo ver el mundo distinto. Hasta quizó celebrar mí cumpleaños, aún cuando sabía, que no me gustaba festejarlo por mí pasado. Tenía miedo, mucho miedo de lo que le puede estar pasando.
Había pasado un tiempo, desde que volvimos a concentrarnos. De la nada Roberto se levantó, con una mirada de esperanza. Ni María ni yo entendía, porque seguía mirando ese mapa así. Hasta que dijo:
- Sé dónde tienen a Adam.
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Creatores Elementis I = Descubriendo mi Ser ©
FantasyUn invierno en el que la nieve se hacia ver, las carreteras, calles, veredas, casas, cubiertas por esas finas capas de copos de nieve, que aparecían del cielo nublado. Nunca creerás que algo imposible, irreal, inimaginable, sucedería, me sucedería. ...