La brisa apenas se sentía chocando mi cara, era un clima relajante. Aun así, cometió un gran error al desafiarme, nunca nadie lo había hecho y muchos menos alguien, con quien estuve conviviendo.
Era un patio gigante, que a unos metros, se encontraba ese árbol tan característico. Adam se situó frente a mi, nunca habíamos peleado cuerpo a cuerpo, aunque si habíamos usado nuestro elemento, uno contra otro. Él también estaba concentrado en sus pensamientos.
No me había dado cuenta, que llegó Maria a nuestro lado y nos dio la señal para que empecemos. Ocurrido aquello, Roberto y ella se situaron en el espaldar de aquel árbol. Mirando y seguramente evaluando, cada movimiento que podíamos llegar a hacer.
Nos estuvimos moviendo en círculos. Como si fuera una clase de baile, que se necesitaba girar en círculos. Aunque es ridículo.
- ¡Empiecen ya! -
Escuché aquel grito proveniente de Roberto. Como si nuestro cuerpos se activaran, comenzamos a pelear.
Pasaron alrededor de 15 minutos, cuando sabíamos que no iba a llegar a ningún lado, nuestra pelea. Ninguno estaba dispuesto a rendirse. De tanto movernos a pelear, habíamos llegado a estar cerca de ese árbol. Ni Maria Ni Roberto se encontraban ahí, estaban parados en el borde de la puerta.
De repente, sentí algo duro en mi espalda, estaba acorralada contra aquel Olivo. Adam había aprovechado mi distracción para dejarme indefensa. Mis manos las tenia agarradas encima de mi cabeza, su cuerpo casi tocaba el mio. Estábamos tan cerca, que a el oído dijo:
- Parece que gané, hermosa. - Su sonrisa ancha mostrando picardía y orgullo.
Al escuchar aquéllo, mi corazón se paró. Nunca me había vuelto a llamar hermosa, desde hace tiempo. Lo miré a los ojos, automáticamente pasó la misma corriente eléctrica, que intentó ignorar. No se cuánto podre.
Solamente sonríe y me acerqué tanto, que su aliento chocaba contra mis labios, estaban a milímetros de tocarse, si quería podía besar esos labios, que muy en el fondo deseaba. Pero me resigné a decir:
- Yo creo que no. -
Su respiración se cortó y su mirada reflejaba confusión. Había suavizado su agarre, así que aproveche y pegué con mi rodilla a sus partes intimas. Él calló al suelo, soltando una maldición. Le dí la espalda, con una sonrisa victoriosa, me dirigía a la casa. En los cuales, Maria y Roberto me miraban sorprendidos.
Nunca especificarón que no se podía tocar. - Pensé yo.
Sentí como me jalaban hacia atrás, cayendo al pasto tan suave, que pareciera estar en las nubes. Adam estaba encima mio, con una mirada tan profunda, que no sabia lo que pasaba por su mente. Ahora si sostenía su agarre. Mi manos las dejo igual que antes, excepto que apretó mis caderas a él. Ahora si, no tenia escapatoria ni la más mínima.
Se aproximó tanto, como yo lo había hecho hace un rato. Haciendo que mi cuerpo, se quede estático y dijo:
-Estamos a mano, linda. -
A lo lejos escuché: ¡Terminó el entrenamiento cuerpo a cuerpo!
Me ayudó a levantarme, haciendo que nos quedáramos muy cerca otra vez.
- Debes admitir que fue un empate.- Dije algo desanimada. No quería que él ,causara esa sensación en mi.
Estamos situados en el centro de la cocina.
- Si fue un empate. -
- ¿Estoy soñando? - Hablé confundida.
- No, mira. - Pellizcándome uno de mis brazos, haciendo que lo mirara de mal humor.
- No hacia falta la demostración. -
- ¿Entonces por qué lo preguntaste? - Ahora él se encontraba confundido y me mira con algo de humor.
- Porqué nunca aceptas nada, siempre quieres tener la razón. -
- No te acostumbres es la única que vez que lo haré. - Declaró, dicidido.
- Bueno, entonces lo aprovecharé. -
Con una sonrisa de satisfacción, salí de la habitación, aunque me pareció escuchar:
- Puedes aprovechar todo lo que quieras.
ESTÁS LEYENDO
Creatores Elementis I = Descubriendo mi Ser ©
FantasiaUn invierno en el que la nieve se hacia ver, las carreteras, calles, veredas, casas, cubiertas por esas finas capas de copos de nieve, que aparecían del cielo nublado. Nunca creerás que algo imposible, irreal, inimaginable, sucedería, me sucedería. ...