Mundo de cabeza - Finn W

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Ya estábamos listos, ambos en jeans y zapatillas, decidimos ir cómodos par ver a donde nos llevaba mi madre, esto era plan de ella. 

Cuando salimos y fuimos al salón estaban mis padres vestidos casi parecido a nosotros bastante sport por así decirlo. 

-Donde vamos, se puede saber? - mis padres sonrieron y mi madre negó con la cabeza. 

Una vez dentro del auto nos abrochamos los cinturones, mi madre voltio la cabeza para vernos y nosotros estábamos nerviosos. Volvió la cabeza, Finn estiro la mano para tratar de encontrarse con la mía y ahí estábamos, tomados de la mano pero cada uno con su cinturón y un espacio por medio que nos separaba. 

Había pasado unos 40 minutos que estábamos dentro del auto hasta que mi padre se destino a largar un "al fin llegamos" y si, logramos ir a uno de los parques mas grandes que tenia mi ciudad, por suerte se les ocurrió a ellos de traernos, porque tratar de venir solos es una locura, deberíamos viajar alrededor de dos horas en el trasporte publico, y si es que anda bien.

Finn tenia una felicidad que su cara lo decía todo. Mis padres estaban haciendo la fila para sacar los tickets y poder entrar.
- Amelí, estoy feliz de poder compartir todo esto contigo. Después de mucho tiempo estoy consciente de que estoy siendo feliz
Su sonrisa era enorme, de oreja a oreja le invadía la felicidad. Me abraza fuerte y no hago mas que seguirle el abrazo con mas amor que él podía transmitir mediante ese hermoso abrazo.
- Yo estoy feliz de que hayas aceptado mis disculpas, te quiero Finn, te quiero.
Mi cabeza quedo en su cuello mientras podía sentir su perfume hermoso.

Mis padres tenían por fin los tickets y nos dispusimos a hacer la fila para poder entrar al parque.
- Tienes miedo a las montañas rusas como Amelí? 
Él ríe y me mira
- Le tienes miedo? - niego con la cabeza, pero claro, algo de terror causaban en mi- Yo no -dice contestando la pregunta generada por mi padre- para nada, es mas me encantan. Subiría todo el día hasta aburrirme.

Iba hablando con mi padre y yo atrás de él. Mirándole la nuca y sus rulos que la cubrían. No podía creer que ese chico este animadamente hablando con mi padre sobre las atracciones del parque y de las que se había subido en lo que una su corta vida.
- Es una belleza de persona Ame, sin miedo, nosotros te acompañamos para lo que sea hija
Sentí la mano de mi madre en el hombre y sentí su apoyo, su amor, su tranquilidad. Asentí sin mas, sabia que podía confiar en ellos sin problema.