Capitulo 6 - Hogar

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Al despertar, me removí en las sabanas sintiendo un peso tras mío, me queje un poco ante el dolor que aun me palpitaban en las nalgas, tenía un par de brazos, enrollados, uno por mi cuello, otro en mis caderas abrazando mi estomago y una respiración que me golpeaba el cuello, me erizaba la piel, me estremecía, bostece alto. Intentando quitármelo de encima pero este solo me apretó aun más hacia él. Tenía el cabello en la cara así que debí soplarlo. Sentí como James se removía tras de mí, despertándose y cuando sus manos me liberaron me levante de la cama, librándome de su agarre. Me voltee a verlo estaba sin camisa, tenía un ojo abierto hacia mí, mas barbudo que de costumbre, pero seguía viéndose, hermoso. Mordí mi labio, llevando las manos a mis nalgas y desviando la vista, caminando hacia el baño. Encerrándome allí. Me bañe, y cepille peinándome el cabello dejándomelo suelto. Al salir James estaba sentado, revisando su teléfono. Este alzo su vista mirándome.

-La chica ha despertado. Dalia quiere que vayamos-. Me explico frotándose la vista- ¿Qué se supone que harás con esa niña?-. Me pregunto dejando el teléfono a un lado. Ni siquiera quise responderle. Este se percato de ello.- ¿Aun estas molesta?-. Me pregunto y asentí con la cabeza mirando a otro lado, cuando este se levanto di varios pasos saliendo de la habitación, caminando escaleras abajo hasta la cocina donde me encontré a la Sra. Thompson y di gracias a dios de ver a otra mujer en esa casa.

-Buenos días...- dije con la voz algo ronca. Esta me miro sonriéndome.

-Buenos días, Srita. Loreen. ¿Que desea desayunar?-. Me pregunto pero camine hacia ella parándome en la nevera sacando un poco de leche y cogiendo del estante un poco de confley más un tazón.

-No te preocupes-. Dije cuando vi de reojo llegar a James- puedo servirme yo misma. - le dije de manera suave aun ronca.- gracias de igual manera. - tome el tazón llenándolo de leche y echándome confley de pie, descalza en la barra de la cocina.

-Hija siéntate o te caerá mal la comida-. Musito ella y negué con la cabeza, bajándome un poco más el camisón para que ella no notara las seguras marcas que James me había dejado y sentí un nudo en la garganta el cual me toco tragarme con confley y leche.

-Buenos días-. Dijo James.

-¿Qué va a comer?-. Pregunto e ignore lo que este le había pedido, sentí su mirada en mi espalda, mientras comía. Cuando me llego el sonido de mi teléfono. El cual había olvidado completamente, voltee a ver a James pero ni percatado de ello estaba. Me metí la última cuchara de comida a la boca dejando el plato en el lavamanos y caminando hacia fuera de la cocina, pasando por un lado de James, quien me siguió con la mirada pero lo ignore. Una vez fuera de allí apenas se cerró la puerta, corrí escaleras arriba como una potra, con rapidez, entrando a la habitación tomando el teléfono de mi cartera, entrando al baño, entrecerrando la puerta.

-¿Aló?-. Pregunte.

-Maldición... llevo días escribiéndote, llamándote- soltó Jess con seriedad y escuche la voz de mi madre al fondo.- ¿Donde estas?, fui a tu casa, pero no estabas.

-Lo siento, lo siento...- hablaba susurrando. - he estado demasiado full trabajando.- admití y era cierto. Algo así.

-¿Tanto como para no llamar a tu madre?-. Me grito mamá y reí imaginándomela encima de Jess queriendo hablar conmigo.

-¿Por qué susurras?-. Pregunto Jess.

-Bueno, es que donde estoy no puedo hablar alto Jess- admití divertida susurrándole por el recuerdo.

-¿Cuando vienes quiero verte?- grito mama y me quite el teléfono de la oreja negando. Reí suave.

-¡Mamá! Deja de gritarme-. Se quejo Jess y en ese segundo se me había olvidado la ira que tenia, el malestar todo de tan solo oírlos a ambos.

Diablo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora