Noche oscura, solitaria, solté una risa alta, ante las ocurrencias de mi acompañante, quien era un árabe de ojos tornasol, barba algo larga. Quien había pagado por mis servicios, recomendada por Dalia, quien le facilito, alguna manera de vernos y encontrarnos en este lugar. Este era muy atento, muy divertido, adinerado y coqueto. Un hombre perfecto en muchos aspecto, porque también era caballero... todos lo eran hasta que....
Me devoraba con la lengua, mientras sus manos eran ahora las manos de un pulpo que se me metían por todos lados, mientras estábamos en un reservado, tenía un aliento a menta, la verdad estaba siendo una genial noche. Este se removió encima de mí, golpeando sus caderas contra las mías, excitando, recostándome su miembro, contra mi sexo, metí la mano por dentro del bolsillo de la cartera de mano que traía sacando un condón, pero no era de las que me entregaban o me tomaban. Me levante, y este me miro acostado entre aquellas sabanas, sin camisa, desnudo para mí. Aun estaba vestida así que aquello me hacía sentir poderosa, a este hombre le subía y bajaba el pecho acelerado. Dios mío, pero que rico...
Pasee de un lado a otro moviendo las caderas mientras este me miraba eclipsado. Con un antifaz, algo pequeño de plumas negra con dorado, que combinaba con mi vestido dorado algo perlado. Corto ancho, rápido de quitar además sin ropa interior abajo, directo al grano. Este me vio con ojos inyectados de deseo, viendo menear mis caderas mientras caminaba a uno de las mesas de aquel lugar sacando unas esposas, alzándolas para que las viera y alce una ceja sonriéndole, este mordió su labio divertido y aun en tacones negro, me subí a la cama con cuidado, tomando cada uno de sus brazos y esposándolo a aquella cama. Dejándolo indefenso ante mí.
- Es algo incomodo-. Murmuro pero su cuerpo, su expresión decía lo contrario. me senté sobre su regazo y aquel soltó un gemido ante su miembro desnudo acomodándose entre mis piernas y mi sexo desnudo rozándolo, mientras él podía notar mi húmeda.- olvídalo...- dijo perdiendo el control-. Hazme lo que quieras pelirroja.
- Ama...- le murmure alto explicándole como quería que me dijeran y este me miro asintiendo.
- Lo que me pidas ama...- me musito y le sonreí, queriendo jugar con él. Lo haría sufrir, gritar se iba acordar de mí el resto de su vida.
- Uy eso suena muy rico-. Dije con perversismo y este me miraba tan fijo.
- La mascara...
- NO, no, no...- dije divertida negándome. - ¿Quien manda aquí?-.le pregunte divertida, moviéndome encima de él.
- Yo...-. Dijo y reí muy alto. Mirándolo juguetona. Me quite el vestido lentamente dejándolo aun, para dejarle ver mi cuerpo completo desnudo.
- ¿Quién manda aquí?-. Volví a preguntar y lo vi dudar entendiendo mi juego.
- Por supuesto que tu, mi ama-. Me soltó sin más haciéndome sonreír complacida. Alce el condón para que lo viera, mientras los escalofríos me tomaban el cuerpo. Excitada. Abrí con mis manos aquel condón, sin preámbulos, tampoco es que quería alargarlo más, con cuidado y maestría le coloque el condón mientras este veía todo lo que hacía y nos mirábamos con aquella perversión que daba el momento. Baje aquel condón por su falo endurecido, erecto para mí. Mientras, sonreía mirándolo y este me miraba tan embelesado que si le pedía sus números de cuenta y la clave de sus tarjetas me la daría sin pensar y realmente ver un hombre así tan dado, tan rico, tan poderoso, tan enloquecido, por mí, me hacía sentir poderosa, quizás por eso venia el gran apodo de ama, porque a todos los hombres le hacía lo mismo, no dejaba que me tocaran, los motivaba, los batuqueaba y los hacía correrse, pero no me corrían a menos que fuera algo muy desenfrenado y ya tanto de lo mismo no me causaba euforia, pero si me excitaba y me complacía de alguna manera que ni yo entendí.... me alce para comenzar a introducirme su miembro, lentamente mientras este gemía y yo me hundía, empalándome completamente en él. Este soltó un alto gemido. Mientras comenzaba a mover mis caderas contra él y este abría los ojos en par-. Dios mío... mujer. ¿Dónde has estado toda mi vida?-. Murmuro luchando mientras me movía sobre él-. Suéltame... suéltame...- me pedía con clemencia y negaba con la cabeza.
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Diablo (COMPLETA)
RomanceLoreen Grace es una chica que tiene una doble vida. En el día es una inocente chica y por las noches una mujer conocida en los bajos mundos que vende su cuerpo a cambio de dinero, ofrece placer detrás de una máscara, una mujer temida y respetada. Qu...