Capitulo 4 - Propuestas cautivadores

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Unos golpes varias horas luego me despertaron de mi delicioso sueño, los golpes eran sucesivos, fuertes. Me desperté bostezando descalza, me baje el suéter tapando mis nalgas y agarrándome un alto moño, donde se me escaparon algunos mechones de mi cabello liso, rojo oscuro. Me coloque mis gafas cuadradas grandes y camine sin mucho afán. Arrastrando los pies, descalzos. Seguramente sería Jess partiéndome la puerta, al ver la hora eran las 7:00 pm. Uno de los reloj que tenía en la pared, era ya de noche. Incluso para que Jess viniera, abrí la puerta de la casa, bostezando cuando mi vista cayó sobre un pecho, ancho con una camisa blanca, de botones. Alce mi vista aun sobre las gafas y me quede helada, insofacta si hubiera podido gritar lo hubiera hecho, tenía un par de ojos grises devorándome con la mirada, fijos en mi, mirándome de arriba abajo, ante solo su mirada sentí mi entrepierna calentarse. Esta mirada gris me escaneaba, como si me estuviera memorizando. El estomago me dio un vuelco de 360 °, sentí las manos temblarme, mientras me estremecía. Tenía un hombre mucho más alto que yo, con una camisa de vestir arremangada hasta los codos, con un reloj, carísimo de oro, pantalones jean negro y botas negras. De brazos cruzados frente a mi puerta, como un jodido dios griego. Tenía un rostro hermoso, aun la barba baja y el cabello algo despeinado pero igual tenía un aspecto elegante y salvaje. Hermoso. El Diablo había venido por su venganza.

¡Mierda!, tenía el rostro descubierto.

Hasta ese momento había caído en cuenta de eso. Tome aire y empuje mis lentes por el puente de mi nariz. Mientras cerraba unos segundos los ojos, pensando que era mi imaginación viéndolo allí.

Conserva la calma

Conserva la calma.

Hazte la desentendida

Hazte que no te están temblando las piernas de solo verlo y de miedo.

Vamos Grace, si se puede vale...

Esperen.... estoy asustada.

¿Qué hago?, ¿Qué hago?, ¿Qué hago?

Ah ya...

Ese hombre me hacia ser un manojo de nervios.

Tome la puerta para cerrarla, pero aquel hombre la detuvo con una mano, abriéndola de golpe entrando a mi casa, sin pedir permiso, echándome a un lado. Haciéndome bufar y rodar los ojos.

La primera idea fallida...

Cerré la puerta de golpe mirándolo, quien entraba y miraba mi casa con detenimiento.

- ¿Qué quieres?-. Pregunte mirándolo fijo. Sintiéndome desnuda sin una jodida mascara, antifaz o gorra. - ¿A qué debo tan honrada visita?

- ¿Puedo saber porque me huyes?- pregunto volteándose a verme. Sin importarle verme la cara o no. Sentía como las mejillas se me enrojecían. ¡Menuda mierda!

- Si te dicen que un hombre lleno de cólera, te está buscando, con dos guardaespaldas que parecen matones. ¿Qué harías?- le pregunte cruzándome de brazos.

- Me ha costado conseguirte.- dijo ignorando mi pregunta pero devorándome con la mirada, haciéndome tragar saliva.- Pero no hay imposibles, cuando quiero algo.

- ¿A qué has venido?- pregunte exasperada cruzándome de brazos a la altura de mi pecho.

- A pagar un favor....- musito serio y me quede mirándolo fijo, dando un paso hacia atrás. Negando con la cabeza y este me sonrió ¡Maldita sonrisa!, me quede embobada observándolo. Que rico estaba. Su sonrisa. No, que no sonría. Colirio para mis ojos. - te debo un orgasmo ¿No?- este dio un paso hacia mí y di dos pasos hacia atrás. Pegando mi espalda de la pared. Yo nunca tenia orgasmos, era de complacer, quizás literalmente le había trabajado gratis aquel hombre, porque quise. Me estaba arrinconando y eso no me gustaba. Me despegue de la pared dando varios pasos hacia él.

Diablo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora