Capítulo 13

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No podía creer lo que me estaba pasando, parecía de película. Después de que Gastón me pase la dirección llegué al hospital y me dijeron que estaba en terapia intensiva. Lo que había pasado fue que se subió a un taxi y el chofer no vio que de la mano derecha venía un camión y los envistió, Pato perdió mucha sangre y se había fracturado la pierna, además de tener varios golpes.

Después de que lo enyesaran y lo llevaran a otro lugar, dejaron que los más allegados entraran. Después de unas horas Guido me dijo que pase. Y ahí fue cuando lo vi, conectado a una máquina que contaba sus pulsaciones, con los ojos cerrados, con su cara golpeada, su pierna enyesada y un respirador en su nariz y boca. Me senté a su lado y no pude evitar llorar, estuve 5 minutos y me fui, no soportaba verlo así; lo peor era que lo último que habíamos hecho era discutir.

Estuve toda la noche ahí hasta que en un momento el doctor dijo que se había despertado y que pedía ver a Katja, se me puso la piel de gallina y una alegría me invadió. Después de unas horas me dejaron entrar.

- Mirate como estás -dije.

- Hecho mierda - dijo sonriendo. Ya no estaba conectado a ninguna máquina.

- Perdoname - dije llorando.

- No fue tu culpa, yo soy muy mandado y no escucho a los demás cuando estoy enojado.

- Igual todo esto me ayudó a reconocer algo.

- ¿Qué?

- Que quiero estar con vos para siempre, y que nunca te voy a dejar solo, te amo.

- Yo también quiero estar con vos para siempre, y yo también te amo - terminó de decir esto y entra una enfermera diciéndome que me tenia que ir porque Pato tenía que descansar, nos despedimos con un beso y me fui.

Al salir Cuty y Guido me preguntaron qué onda y les conté, me dijeron que me vaya a mi casa y que cuando le dieran el alta me iban avisar.

Llegué a mi casa y me dormí hasta el día siguiente.

Durante la tarde iba a ir a ver a Pato, pero Guido toca a mi puerta:

-¿Como estas? - dice al entrar.

- Bien, qué se yo - dije media deprimida.

- Bueno andá cambiando la cara porque nos vamos a la casa de Pato -dijo con una sonrisa en la cara.

- ¿Para?

- Para hacerle una bienvenida, muy familiar igual.

- ¿En serio? - se dibujó una sonrisa en mi cara.

- Si, así que cambiate y vamos.

Y así fue, llegamos a la casa y organizamos un poco el lugar y llegan los papás de ellos con Cuty y Pato.

- ¡Sorpresa! - dice Guido, nunca lo había visto tan feliz.

Estuvimos un rato y los padres se fueron, después de un rato, Guido y Cuty se estaban preparando para irse:

- Entonces yo también me voy con ustedes - dije.

- No, quedate un rato más - me dijo Pato y accedí.

Estuvimos tirados en el sillón hablando y riendo.

- Me alegro que estés mejor, no podía estar tranquila con vos así - dije.

- Bueno, pero no pensemos más en eso, ahora pensemos en nosotros, en el ahora. Te quedás a dormir por supuesto - dijo.

- Si no te molesta sí, pero tenés que dormir - dije y nos besamos después de esto fuimos a la cama y una vez acostado se quejó por el dolor en la pierna y dijo:

- Pero nada importa porque vos estás a mi lado - reímos, nos besamos y nos dormimos.

Mi historia con los SardellisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora