Los días pasaron y decidí hablar con Guido, todos me dijeron que tenía que estar con él pero yo no me sentía bien en ese momento para estar en una relación:
- Hola - dijo en la puerta de mi departamento.
- Hola - le dije, nos saludamos con un beso en la mejilla y entró.
- Mirá, te la voy hacer corta, te pido perdón desde ya por todo lo que pasó menos por lo de la costa, de eso no me arrepiento y quiero que lo sepas.
- Pero... - dijo.
- Pero no me siento bien en este momento para estar en una relación - dije con mucha tristeza, nunca antes había sentido algo así.
- Bueno, te respeto, sabé que cuando quieras y me necesites yo voy a estar para vos - se levantó y se fue.
Los meses pasaron y llegó mi cumpleaños, por la mañana suena el timbre y veo a Pato:
- Hola, feliz cumpleaños - me dijo.
- Hola, gracias. Pasá.
- ¿Todo bien?
- Si ¿vos?
- Bien, por suerte bien. Igual no te creo que estés bien - dijo.
- Puede ser, no sé.
- ¿Por qué lo dejaste ir? Vos sabés que él es lo que necesitás.
- No sé si es lo que necesito y tampoco quiero hacerlo perder el tiempo.
- No lo hacés perder el tiempo. Mirá, las relaciones son como los encendedores, en un momento dejan de funcionar y hay que cambiar de encendedor, por ahí un día la necesidad de cambiarlo desaparece y encontrás una relación que funcione para siempre.
- ¿Y eso de dónde lo sacaste? - dije riendo.
- De una piba que hace videos en Instagram, se llama mangogutierrez; pero tiene razón y yo creo que el encendedor que necesitás ahora es Guido.
- No sé - dije.
- Vos porque no te ves cuando estás con él, sos la persona más feliz que hay, la que todos se voltean a ver, y a él le pasa lo mismo, andá a preguntarle para quién está dedicada "Relámpagos" , "Algo personal", el chabón vive por vos básicamente - me reí ante su comentario - ¿Ves? Tus ojos tienen ese brillito hermoso cuando escuchás hablar o hablás de él. Andá a buscarlo haceme el favor.
Terminó de decir esto y agarré las llaves del auto, le di las gracias a Pato y me fui para la casa de Guido, toqué el timbre y esperé varios minutos lo llamé y nada. En eso se me ocurre ver Instagram y veo que subió una foto con un par de minas, me puse a llorar. Me subí al auto y me fui para el estudio ya que estaba la banda:
- ¿Pero qué te pasó? - dijo Augusto preocupado. Les conté todo.
- Pero por ahí te está tratando de olvidar - dijo Felipe.
- Hermosa manera de olvidarme - dije.
En eso suena mi celular, era Pato:
- ¿¡Y qué pasó!? - dijo contento.
- Está con dos minas - dije llorando.
- No, pero no puede ser.
- Sí puede ser, fijate en Instagram. No tendría que haber ido - corté la llamada.
ESTÁS LEYENDO
Mi historia con los Sardellis
Hayran KurguEsta es la historia de cómo una chica que por medio de una relación termina conociendo al amor de su vida.