Capítulo 19

104 7 0
                                    

Los días pasaron y decidí hablar con Guido, todos me dijeron que tenía que estar con él pero yo no me sentía bien en ese momento para estar en una relación:

- Hola - dijo en la puerta de mi departamento.

- Hola - le dije, nos saludamos con un beso en la mejilla y entró.

- Mirá, te la voy hacer corta, te pido perdón desde ya por todo lo que pasó menos por lo de la costa, de eso no me arrepiento y quiero que lo sepas.

- Pero... - dijo.

- Pero no me siento bien en este momento para estar en una relación - dije con mucha tristeza, nunca antes había sentido algo así.

- Bueno, te respeto, sabé que cuando quieras y me necesites yo voy a estar para vos - se levantó y se fue.

Los meses pasaron y llegó mi cumpleaños, por la mañana suena el timbre y veo a Pato:

- Hola, feliz cumpleaños - me dijo.

- Hola, gracias. Pasá.

- ¿Todo bien?

- Si ¿vos?

- Bien, por suerte bien. Igual no te creo que estés bien - dijo.

- Puede ser, no sé.

- ¿Por qué lo dejaste ir? Vos sabés que él es lo que necesitás.

- No sé si es lo que necesito y tampoco quiero hacerlo perder el tiempo.

- No lo hacés perder el tiempo. Mirá, las relaciones son como los encendedores, en un momento dejan de funcionar y hay que cambiar de encendedor, por ahí un día la necesidad de cambiarlo desaparece y encontrás una relación que funcione para siempre.

- ¿Y eso de dónde lo sacaste? - dije riendo.

- De una piba que hace videos en Instagram, se llama mangogutierrez; pero tiene razón y yo creo que el encendedor que necesitás ahora es Guido.

- No sé - dije.

- Vos porque no te ves cuando estás con él, sos la persona más feliz que hay, la que todos se voltean a ver, y a él le pasa lo mismo, andá a preguntarle para quién está dedicada "Relámpagos" , "Algo personal", el chabón vive por vos básicamente - me reí ante su comentario - ¿Ves? Tus ojos tienen ese brillito hermoso cuando escuchás hablar o hablás de él. Andá a buscarlo haceme el favor.

Terminó de decir esto y agarré las llaves del auto, le di las gracias a Pato y me fui para la casa de Guido, toqué el timbre y esperé varios minutos lo llamé y nada. En eso se me ocurre ver Instagram y veo que subió una foto con un par de minas, me puse a llorar. Me subí al auto y me fui para el estudio ya que estaba la banda:

- ¿Pero qué te pasó? - dijo Augusto preocupado. Les conté todo.

- Pero por ahí te está tratando de olvidar - dijo Felipe.

- Hermosa manera de olvidarme - dije.

En eso suena mi celular, era Pato:

- ¿¡Y qué pasó!? - dijo contento.

- Está con dos minas - dije llorando.

- No, pero no puede ser.

- Sí puede ser, fijate en Instagram. No tendría que haber ido - corté la llamada. 

Mi historia con los SardellisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora