Mi historia con los Sardellis

Capítulo 18

Al día siguiente me despierto con Guido durmiendo sobre mi pecho, era tan hermoso cuando dormía con esos rulos con frizz, con esa naricita, esos labios. Me desprendí de él tratando de no despertarlo y fui a la cocina para preparar el desayuno, en eso siento que me abrazan por atrás:

- Buen día hermosa - dijo.

- Buen día hermoso - dije, me respondió con una sonrisa y un beso.

- La pasé re bien ayer - me dijo.

- Yo también.

- Me alegro.

Terminamos de desayunar y nos fuimos a la playa, hoy estuvimos todo el día en la playa. A la noche él se encargó de cocinar unos fideos y después nos pusimos a ver una película en su pieza.

Cada día que pasaba me enamoraba más de él, conocí otra parte de él una parte tierna, sensible, protectora, hermosa.

Llegó el día de irnos, cargamos todo y nos volvimos para nuestras casas. Después de dejar a Lulens y Cuty fui a la casa de Guido, antes de bajar el rubio me dijo:

- No hables con Pato todavía, mañana arreglamos para hablar los tres, me parece lo correcto - yo asentí con la cabeza, nos despedimos con un beso y me volví a mi casa.

Mientras ordenaba la ropa, me suena una llamada de Pato:

-Hola - dijo.

- Hola.

- Me parece que vos y yo nos merecemos una charla.

- Pienso igual - la llamada era muy fría.

- Guido me dijo que querían hablar los dos así que vengan mañana a mi casa ¿te parece?

- Si, nos vemos mañana - corté. No podía creer que estaba a punto de enfrentar todo.

Y así fue, al día siguiente me levanté y fui a su casa:

-Hola, Guido todavía no llegó - me dijo Patricio.

- Hola, si igual me parece que nosotros dos tenemos que hablar solos también.

- Bueno, calculo que ya sabes, estoy intentando algo con Melisa - me reí no sé de qué.

- Te felicito, ella siempre quiso estar con vos así que los felicito a los dos.

- ¿Y vos qué onda? Me resultó extraña la llamada de Guido ayer - sentí los nervios crecer dentro, el timbre me salvó de responder, era Guido.

- Bueno ahora que estamos todos, cuéntenme - dijo Pato.

- Bueno, la cosa es que nos pasó algo - dijo Guido.

- Era obvio igual - dijo Patricio, los dos lo miramos desentendidos.

- ¿Qué era obvio? - dije.

- Que ustedes se gustan, a ver nunca conocí a dos personas que se quieran tanto como ustedes, o sea tienen una relación que vale oro en serio y se merecen lo mejor, yo sé que me mandé una cagada con vos Guido pero ahora hagan lo que quieran - dijo. Yo entré en un estado de no entender absolutamente nada, sentía que algo me faltaba.

- Bueno gracias - dijo Guido y se abrazaron.

- Espero que podamos seguir siendo amigos - me dijo Pato.

- ¿Qué? - dije.

- ¿No querés seguir siendo amigos? - dijo Pato.

- No, digo si, pero hay algo que no me estarían contando ustedes dos, Guido ¿en qué te cagó Patricio?

- Es una larga historia - dijo.

- Tengo tiempo.

- Bueno la cosa es que él siempre sintió algo por vos pero nunca tuvo los huevos para decírtelo y un día yo también caí en tus redes - se metió Pato.

-¿Qué? Paren pasen en blanco todo por favor - dije algo molesta.

- La cosa es así, desde la adolescencia que me gustás y un día le conté a Pato entonces él vio lo que yo veía y veo en vos, entonces se enganchó con vos también - explicó Guido.

-Pero vos me ayudaste a estar con él, o sea te conté todo y nunca dijiste nada - dije.

- Porque sentía que no tenía los huevos suficientes pare decírtelo y cuando vi que vos también estabas enganchada decidí correrme a un costado.

- Yo no puedo creer - dije.

- Fue así, así que creelo - dijo Pato.

- Ok, necesito pensar sola - agarré mis cosas y me fui.