10 razones para amar a Min Yoongi » Yoonmin [#2].

Razón para amarlo #6 (2/2)

— Entonces, ¿te veo luego?

— Seguro, puedes enviarme un mensaje también.

— ¡En serio siento no poder acompañarte, no sabía que tendría visitas hoy! — se disculpó Taemin por enésima vez desde que su madre lo había llamado para decirle que regrese cuando antes a su casa.

— No pasa nada, Taemin. — dijo de manera sincera y el otro lo miró con los ojos tristes. — Además, puedo ir solo.

— Sí, pero...

— Pero nada. —interrumpió Jimin, con una tierna sonrisa. — Ahora debes ir a tu casa, te están esperando.— usó un tono de voz tan suave que Taemin finalmente cedió luego de oírlo.

Así es como tenemos a un Jimin caminando solo por la acera rumbo a su casa, tratando de no distraerse en el camino, pues era un chico que fácilmente podía ver un insecto pasar frente suyo y lo seguiría feliz para saber de dónde había salido.

Pasó por una calle que reconoció casi al instante y se detuvo para observar el lugar con detenimiento.

Era el mismo lugar donde había visto a Yoongi un día y lo que lo había impulsado a escribir otra razón más en su tonta lista.

Recordar ese día lo hizo sonreír sin razón aparente.

6.— Estaba caminando de regreso a casa cuando vi a Yoongi en una calle que casi nadie transita. Nunca lo había visto por allí, así que me escondí para que no pudiera verme, sin embargo yo sí pude ver lo que él hacía.

Realmente no me sorprendió lo que vi.

¡Había un perrito allí! De lejos no podía observar mucho, pero vi que estaba tiritando de frío y que estaba completamente solo.

Me contuve de ir a abrigarlo cuando Yoongi lo tomó en brazos y se lo llevó apresurado, dándole calor con el polerón que traía puesto.

¿Es que Min Yoongi era un ángel?

No importa lo que los demás digan, ni lo que crean de él, tiene un gran corazón.

Ah, cuánto me gustaría tener al menos un pedacito de ese gran corazón.

Y como si de un sueño se tratase, frente suyo se encontraba el mismísimo Min Yoongi con una tímida sonrisa en sus labios y mirándolo fijamente.

A Jimin casi le da un ataque al tenerlo tan cerca.

La impresión fue tanta que trastabilló un poco hacia atrás. Felizmente Yoongi notó eso y se apresuró en sujetarlo de la cintura para que no caiga.

Si la cercanía con Yoongi antes no lo había matado, eso de seguro lo haría.

— ¿Estás bien? — preguntó el mayor, ayudándolo a pararse pero aún con su brazo rodeándolo.

— Y-yo, sí, lo siento. — se disculpó y Yoongi negó con su cabeza, dándose cuenta de repente de dónde estaba su brazo y soltando a Jimin nervioso.

"Contrólate, Min"

— ¿Vas a tu casa, cierto? — preguntó Yoongi, mirándolo dudoso y Jimin asintió. — ¿Puedo acompañarte?

— Yo no creo que... — dijo Jimin, algo desconfiado pero feliz a la vez. No todos los días el chico que te gusta se ofrece a acompañarte.

De la emoción casi olvida la lista que Yoongi escribió, la que lo hizo sentir mal y la razón por la que había dejado de intentar algo con Yoongi.