Capítulo 19

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Hoy estaba demasiado inspirada, así que aquí os dejo otro capítulo más.

Azael sigue tirando de mi mano, llevándome a no se donde hasta que yo decido hacer fuerza y tirar para que se detenga.

-¿Qué ocurre?- pregunta

-Quería hablar contigo, pero no acabar en la otra punta de Hawai.

-Bueno, pues por eso mismo, para que tengamos privacidad.

Vuelve a tomar mi mano pero yo la separo de la suya de nuevo. Comienzo a reírme mientras niego con la cabeza.

-Vaya, pensabas que con que hablemos en otro lado me refería a follemos en otro lado, ¿no?

Azael me mira asombrado y se acerca a mi.

-No se que pretendes pensando así de mi, no se que buscas con esta jodida actitud Serena, pero no, yo no pensaba en eso.

-No sé Azael, ¿qué actitud pretendes que tenga? Me abrí a ti, te dije lo que sentía, lo que deseaba, y tu me dejaste en claro que para ti no era así, que querías estar con mi madre y no contigo, por lo que supongo que todas las veces en las que me buscabas y me regalabas los oídos era tan sólo por buscar puro placer, para follarme y desecharme, como si de una jodida muñeca inflable me tratase.

Azael niega con la cabeza y alza los brazos hacia el cielo como signo de frustración. Algunos de los huéspedes del hotel nos miran extrañados ante tal escándalo que estamos montando, por lo que decido relajarme por miedo a que mi madre decida intervenir en algún momento a causa de esto.

-¿Sabes una cosa Serena? Iba a ir a buscarte, jodidamente iba a ir a buscarte y decirte que está bien, que dejaba a tu madre por ti, ¿pero de qué me entero? De que te vas de vacaciones con Isaac a Hawai. ¿Y qué hago? Pues comprar un billete de avión para venir aquí y decirte todo, todo lo que realmente pienso y siento.

Me río.

-Claro, como no, ¿y entonces que hace mi madre aquí?

-Tu madre descubrió lo del viaje y se puso como loca, no se como cojones lo hizo pero se compró un billete de avión para venir, arregló todo para venir conmigo, en ningún momento salió de mi que tal cosa sucediese.

Lo miro a los ojos y pretendo creerlo, pero algo en mi se activa, ese yo del pasado que me recuerda las palabras de mi madre en bucle "No confíes en nadie."

-Mientes- digo mientras froto mis brazos, de repente hace frío en este lugar.

Azael se acerca a mi y coloca sus manos sobre las mías, acariciando también mis brazos pero no de una forma directa.

-No miento Serena, te digo la verdad, realmente vine hasta aquí para decirte que si, que si que aceptaba dejarlo todo por ti, que deseaba que tu fueras la persona que caminase de mi mano por el largo camino que es la vida.

-Para..., por favor, me estás lastimando con estas palabras- digo con los ojos llenos de lágrimas.

-No es lo que pretendo Serena, te lo juro.

Sus manos abandonan las mías y ahora se dirigen a mi rostro. Comienzan a acariciarlo de una forma delicada y yo no puedo evitar sentir que mi corazón saldrá de mi pecho en algún momento.

-¿Realmente quieres esto? ¿Estar con él?- pregunta cerca de mi rostro.

No se en que momento se produjo esta cercanía, pero puedo sentir su aliento sobre mis labios. Mis manos van hacia su pecho y se quedan ahí, sintiendo el latido de su corazón, el cual parece estar totalmente desbocado, ¿produzco tal sensación en él?

-Isaac ha estado todos estos días demostrándome lo importante que soy para él, me ha cuidado, me ha hecho sonreír cuando yo ni quiera tenía ganas de hacerlo. Me rompiste el corazón en tu oficina Azael...

-Y no sabes lo que me arrepiento de eso Serena, se que fui un cobarde, pero estoy dispuesto a dejar de serlo por ti.

Ambos nos miramos a los ojos, deseando que sus palabras sean verdad, que todo lo que nos separa se termine y ser únicamente el y yo.

-Me muero de ganas de besarte Serena- dice cerca de mis labios.

Mi piel se eriza ante tal declaración. No voy a mentir, yo también lo deseo, con todas mis ganas, desde que lo vi en la playa, desde que miré a esos profundos ojos verdes, deseé con todo mi corazón volver a sentir sus labios sobre los míos.

-Yo...

-¿Qué pasa aquí?

Azael y yo nos apartamos de golpe. Me giro y me encuentro con la figura de mi madre, la cual nos observa con los brazos cruzados.

-Claire por favor, dejanos a solas, tenemos que hablar- dice Azael con un tono de voz bastante molesto.

Mi madre nos observa a los dos casi con la boca abierta y comienza a negar con la cabeza.

-No creo que deba irme, es más, creo que debería de quedarme para saber de una vez por todas que es lo que ocurre, porque sabéis, llegué a creerme la historia que Serena me contó, pero luego comencé a atar cabos, y ya había cosas que no me cuadraban.

-Mamá déjame que te explique...- intento acercarme a ella pero se aparta de mi.

-No hija, deja que te explique yo a ti una cosa, ese hombre que tienes detrás de ti ha estado jugando con las dos, se ha estado acostando con la hija y la madre, y ninguna de las dos se atrevía hacer nada. ¿Sabes que después de acostarse contigo la primera vez lo hizo después conmigo?

-Claire, ¡cállate! No te permito que mientas así- dice Azael acercándose y tomando su brazo.

Observo la escena consternada. ¿Es verdad lo que está diciendo mi madre?

-No estoy mintiendo, es la verdad, lo hacía siempre Serena, yo sospechaba que estaba teniendo algo contigo, pero me quise hacer la ciega, porque en el fondo deseaba que mi propia hija no me traicionase así. Pero cuando veo que tuvo la desfachatez de comprarse un billete de avión para venir aquí, pues entonces ahí si, ahí si dije que era todo verdad.

<<Seguramente ahora esté tratando de regalarte los oídos, de decirte que quiere estar contigo, pero no lo creas hija, porque no es así. Antes de venir aquí con el nos acostamos, y varias veces.

-No la creas Serena, está mintiendo, calla tu jodida boca Claire- dice mientras aprieta su brazo.

Mi madre se queja y yo me acerco a Azael.

-Suéltala- digo con un tono de voz cortante.

-Serena...

-He dicho que la sueltes

Azael la suelta y mi madre me agradece con una sonrisa.

-Sigue hablando- le digo.

-Vine hasta aquí con el porque no podía permitir que cayeses en su trampa hija.

-Serena por dios, no creas nada de lo que te dice, es una mentirosa, una jodida mentirosa, está haciendo todo esto porque sabía que la iba a dejar, y antes de permitir que tu y yo fuésemos felices haría todo esto.

-¿Estoy mintiendo Azael? ¿De verdad? Bien, entonces que es esto- mi madre saca un sobre de su bolso y lo deposita en mis manos- Léelo Serena.

Abro el sobre y compruebo que son los resultados de una analítica, al final de la hoja pone algo que hace que encienda el chip, que descubra que al fin y al cabo lo que decía mi madre era cierto, nunca debemos de confiar en nadie.

-¿Serena?- pregunta Azael preocupado.

Cojo el sobre y la hoja y lo estampo contra su pecho.

-Enhorabuena, vas a ser padre.

Y me voy corriendo de ese lugar, rota en lágrimas, rota por dentro, porque al fin de cuentas, iba a volver a caer, iba a volver a confiar.

Cayendo en la tentación [Libro 1 Trilogía Cayendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora