Capítulo 24

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Camino por el apartamento de Isaac en su búsqueda, quiero decirle que hoy quedé con Azael, para que no se sorprenda por mi vestuario demasiado arreglado, o porque tarde en llegar a casa... Dios a quien pretendo engañar, sólo lo hago porque no quiero que se moleste conmigo.

Cuando los escucho los pasos de Isaac acercándose al salón me acelero y me dirijo al lugar de donde provienen.

Isaac se choca conmigo y me mira extrañado, posteriormente recae en mi figura. Un vestido rojo ajustado a mi cuerpo a juego con unos zapatos de salón color dorados. Mi pelo tiene pequeñas ondas, y mi cara deja entrever unos resquicios de maquillaje en mis labios, ojos y mejillas.

-Guau, te ves hermosa, ¿teníamos algún plan?

-No, Isaac la verdad es que me vestí así porque quedé con otra persona.

Los ojos de Isaac se abren exageradamente. Luce asombrado pero también en parte molesto. Genial, y aún no sabe con quien voy a ir.

-Quedé con Azael, cenaremos juntos, es una cita.

Isaac rueda los ojos y se aparta de mi camino para comenzar andar. Me preocupa su actitud, y más después de lo insensata que fui al generar en el una serie de ilusiones que nunca llegaría a cumplir.

-Isaac, por favor, dime algo.

-¿Qué quieres que te diga Serena?- se gira enfadado y se acerca a mi.

Toma mis brazos con sus manos y me agita de una manera agresiva. Comienzo a sentir miedo, nunca vi a Isaac de esta forma, siempre estaba tranquilo, me respondía de una forma cariñosa, e incluso cuando se enfadaba...

-Me haces daño...- digo en un susurro.

-Y tu me lo haces a mi, y a tu madre, por dios Serena está embarazada, ¿dónde queda tu jodida moralidad? Igual es que nunca la tuviste.

Me suelto de su agarre y mi mano impacta contra su mejilla de una forma muy sonora. La cara de Isaac se gira con el impacto, y su mano corre a acariciar su mejilla.

-Mi madre no está embarazada, se toda la verdad, y se que lo que hice en el pasado no está bien, sé que me convierte en una mala hija y en una mujer sin ningún tipo de escrúpulos, pero uno no no controla lo que siente.

Isaac me mira de forma arrepentida y toma mi muñeca, sus ojos buscan decirme un lo siento, pero su boca es demasiado orgullosa para hacerlo.

-¿Lo sabes?

Su pregunta me pilla por sorpresa. ¿Se refiere a lo de mi madre? Espera, el...

-¿Tu lo sabías?

Por la mueca que hace Isaac me confirma que si. Genial, otra decepción más. Lo peor de todo es que el lo sabía y hace apenas unos minutos estaba tratando de convencerme con la misma mentira. Patético, todo esto es patético, no puedo creer que personas que habían ganado mi confianza me estén haciendo esto.

-Recogeré mis cosas cuando vuelva.- digo de forma cortante.

Camino hasta la puerta y veo como Isaac no hace ningún esfuerzo de venir. Y lo prefiero así, porque la realidad es que dudo mucho que lo pueda perdonar.




Llego al hotel a eso de las 22:00, por el camino no he podido dejar de llorar, por lo que parte de mi maquillaje se iba con mis lágrimas. 

Bajo del taxi y me introduzco en la recepción. Ni si quiera hace falta que pregunte por el, porque el mismisimo Azael se acerca a mi sin ni si quiera llamarlo. Su sonrisa es grande y preciosa, pero cuando recae en mis facciones su rostro cambia por completo.

Cayendo en la tentación [Libro 1 Trilogía Cayendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora