Capítulo 13

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Serena


-Y este hueso que veis aquí pertenece a un velociraptor, fue encontrado en Asia Central, por uno de los miembros más importante de nuestro equipo. No sé si lo sabéis, pero el velociraptor fue un carnívoro bípedo, con una cola larga y rígida, y tres garras, una alargada y curva en cada pata, la cual usaba para matar a sus presas. A diferencia de otros dromeosáuridos el Velociraptor poseía un cráneo bajo y alargado, y un hocico chato, dirigido hacia arriba. Poseía patas traseras de gran longitud, lo que expresa (al igual que el nombre) su aparente gran velocidad. Debido a su destacada aparición en la novela de Michael Crichton, Parque Jurásico, el velociraptor es uno de los géneros de dinosaurios más conocidos por el público general, a ver, ¿cuánto de ustedes lo conocían?

El público más pequeño comienza a levantar la mano y sonrío.

-Bien, parece que contamos con un público muy aficionado a Parque Jurásico- todos comienzan a reír y yo me uno a ellos- bien, prosigamos.

El móvil comienza a vibrar en el bolsillo de mi pantalón, lo saco y puedo ver el nombre de mi madre en la pantalla. Desde que me fui no ha dejado de llamarme y yo nunca fui capaz de responderle. 

Ignoro la llamada como en otras ocasiones y me giro con un gesto sonriente a mis clientes.

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Camino con paso agitado hasta la parada del bus para ir a casa de Isaac. El largo día de trabajo ha terminado y como aún no cuento con mi propio vehículo tengo que ir en transporte público. Observo las llamadas perdidas de mi madre y me debato o no en devolverle la llamada. Han pasado 2 días, 2 días sin verla ni hablar con ella, 2 días sin verlo a él. Es difícil sacarse esta culpa que me carcome, me acosté con el marido de mi madre, el que ella puede llegar a considerar el hombre de su vida, y me siento la persona más horrible del universo. ¿Por qué hice eso? Me deje llevar por una vez en mi vida y todo se fue a la mierda.

Miro de nuevo el móvil y me atrevo a devolverle la llamada, de todas formas conversar con ella me hará el camino a casa mucho más ameno.

-¿Serena? Oh dios mío cariño me tenías demasiado preocupada, ¿por qué no respondías el teléfono?

-Hola mamá, emmm...., bueno, digamos que Isaac me tenía demasiado ocupada, y la verdad que necesitaba tranquilizarme, por todo lo sucedido, ya sabes...

-Entiendo- se forma al otro lado un largo silencio y yo comienzo a preocuparme- ¿podríamos quedar para hablar? Necesito contarte ciertas cosas y verte, dios mío Serena no sabes...- escucho el sollozo al otro lado de la línea y me siento todavía peor, mi madre está llorando por mí.

-Mamá...

-Es que hija, te tuve toda mi vida a mi lado, y ahora te vas, y todo por culpa de una relación y..., no sé Serena, siento que te estoy perdiendo por Azael y no quiero eso, tu eres mi hija cariño, no quiero perderte.

Y ahí está mi madre otra vez, demostrándome que yo de verdad le importo y que ella nunca interpondría un hombre sobre nuestra relación, en cambio ¿que hice yo?, pues todo lo contrario.

-¿Serena sigues ahí?

-Si mamá, tranquila, te avisaré cuando pueda, ahora estoy muy liada con el trabajo.

-Por favor, piénsalo.



Meto la llave en la cerradura y me abro paso en el enorme duplex de Isaac. Escucho la televisión de lejos así que me dirijo hasta el salón y saludo a Isaac con la mano, pero me ignora completamente, está demasiado centrado en el partido que baloncesto que echan en estos momentos en la televisión.

Cayendo en la tentación [Libro 1 Trilogía Cayendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora