El secreto de Anubis (Anubis y tu)

15.- La cita

J

A

N

E

El fin de semana llegó más rápido de lo que imaginaba y cumplía una semana desde que vivía dentro del nomo de Brooklyn. Las cosas parecían más tranquilas ahora que Sadie solo se dedicaba a ignorar mi presencia y me hablaba solo lo necesario. Intuía que eso era debido a la ausencia de Anubis, quién al parecer había optado por no aparecer en el resto de la semana.

He de admitirlo, me aliviaba un poco su ausencia también, era como que las cosas estaban semi tranquilas sin nadie que le recordase a Sadie sus razones para detestarme o sin que me recordaran a mí que, al parecer, había nacido para ser la compañera de un dios, y no cualquier dios, sino mi dios patrón. Sin lugar a dudas eso era algo con lo que aún no quería lidiar.

Di un último vistazo a mi apariencia en el espejo y salí de mi habitación rumbo al salón en busca de Félix. No olvidó la salida que acepté y tan pronto la noche del viernes cayó se acercó a mi habitación solo para recordármelo.

Iba escalera abajo cuando me encontré con Walt yendo en la dirección contraria

- Jane, te ves muy bien - me sonrió - ¿vas a algún lado?, no estoy al tanto sí conoces la ciudad o no

- La verdad es que no - sacudí la cabeza - pero Félix se ofreció a guiarme el primer día que nos vimos. Como la idea era adaptarme a mis clases tan pronto como llegué, decidimos dejarlo para el fin de semana

- Oh, entiendo - arrugó un poco la frente y le escuche susurrar algo como "la cita" - ¿irán solo ustedes dos? - preguntó antes de que pudiera pensar en lo que decía

- Ese es el plan - me encogí de hombros, lo cierto era que hasta a mí me ponía nerviosa la idea - Jaz y Cleo no están muy interesadas en salir

- Sí, está bien, solo...confió en que serás prudente, ¿de acuerdo? - me miró - sé que Félix puede ser muy contagioso, pero también sé que, si alguien puede ponerle los pies en la tierra, eres tú

- Sabes, Walt, no puedo evitar verte como el hermano mayor que nunca tuve - sonreí en verdad sintiéndolo - volveremos dentro de un par de horas - le aseguré

- Espera - me tomó del brazo antes de que caminara - está a revés - se acercó al ver que le veía confundida y acomodó la bufanda que llevaba en el cuello sin mirarme

- Cierto - reí en cuanto se alejó -gracias, te veré luego

Asintió sin decir más y seguí mi camino hacía el salón, donde Félix ya estaba esperándome. Llevaba una camisa gris junto con jeans negros y vans, su cabello lucía igual de desordenado, pero bien en una forma extraña

- Una bufanda incluso en verano - sonrió al verme - tiene gustos muy raros Srta., me gusta

- Bueno, nunca se sabe cuando estás de humor para hacer nevar un poco

- Me conoces muy bien - me señaló - aprendes rápido -me ofreció su brazo - en cuanto estés lista

Entrelacé su brazo con el mío y salimos en busca de lo que él llamo "un subway"

Fuimos hasta un subterráneo y tomamos lo que se parecía a un tren, pero mucho más moderno, y eso nos llevaría hacía el centro de la ciudad en donde comeríamos

- Bueno, he de decirte que a esto también le llaman "subway", pero a lo que yo me refería era a una de esas hamburguesas increíblemente grandes que llevan el mismo nombre - sonrió una vez estuvimos viajando - nunca puedo terminarla solo, pero estoy seguro que me ayudarás