J
A
N
E
Cuando todos acabamos de desayunar y cada uno se fue a sus respectivas actividades, respiré un par de veces y me preparé mentalmente para encontrarme con Sadie en la piscina.
Una vez estuve lista, salí por uno de los ventanales corredizos y caminé hacía ella, encontrándola recostada sobre una de las sillas frente a la piscina y con lentes de sol puestos.
- ¿Sadie? - hablé llamando su atención - ¿Qué se supone...
- Es Srta. Kane para ti - habló subiendo los lentes hasta su cabeza - esto es lo que haremos, la piscina necesita una barrida alrededor y luego que alguien quite las hojas que han caído dentro - explicó - filipino de Macedonia no está muy contento con hojas alrededor
- Lo siento, pero, se supone que estamos aquí para hacer entrenamiento físico - intenté no sentirme enfadada porque quisiera tratarme como su sirvienta personal
- Y eso es lo que estamos haciendo -me miró como si fuese tonta - la limpieza te dará un buen rendimiento físico para cuando el verdadero entrenamiento llegue, tómalo como un calentamiento
- Si tuviera 12 años tal vez, pero ya he sido entrenada con lo básico, no creo que sea necesario...
- Querida Jane, soy yo quien ha estado en una guerra, e incluso quién se ha enfrentado a dioses y monstruos de lo peor - sonrió - se de lo que hablo, y no estás en posición de quejarte, has venido a aprender de tus superiores, deberías sentirte afortunada
Dicho esto, volvió a colocarse los lentes y se recostó sobre la silla tomando sol
- Los utensilios de limpieza están en el cobertizo cerca al jardín - fue lo último que dijo
Salí de ahí muy enfadada, habría aceptado que se pusiera agresiva conmigo durante los entrenamientos, por lo menos podría aprender técnicas de defensa con eso, pero ni en mis peores pesadillas se me hubiera ocurrido que me pusiera de sirvienta.
Reuní las cosas necesarias para limpiar y regresé a la piscina con ella ahora mirando una revista en su sitio. Resoplé y decidí ignorarla, puede que tuviera razón en eso de que no podía quejarme, pero no le daría el gusto de verme sufriendo. Haría un buen trabajo al igual que con Walt en necromancia.
Y así fue, primero barrí todo lo que había alrededor de la piscina, metiendo lo que recolectaba en bolsas y poniéndolas dentro de un contenedor. Lo siguiente era recoger las hojas que caían a la piscina, si bien es cierto que Filipino era intimidante, me parecía a mí que no era totalmente real, sino un Shabti. Por eso mismo no tuve problemas cuando me puse a pescar hojas con uno de los utensilios, pero los brazos me dolían por el peso, y era peor cuando las hojas estaban lejos de mi alcance.
Estaba teniendo dificultades para sacar una de las hojas en medio de la piscina, cuando escuché la puerta corrediza abrirse y por ella entró Walt, luciendo confundido al verme luchando para mantener el atrapa hojas en posición sin caerme al agua consigo.
- ¿Qué le estás haciendo? - se detuvo al lado de Sadie - esto no es parte del entrenamiento
- Por favor, si vas a defender a tu pequeña aprendiz al menos usa tu forma original y no la de mi novio -Sadie se quitó los lentes viéndole enfadada
Walt no dijo nada, pero a los segundos ya no era su apariencia la que estaba presente, sino la de Anubis
- Te pido de buenas maneras que trates a Jane como una verdadera aprendiz - siguió hablando - creía que habías madurado
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El secreto de Anubis (Anubis y tu)
Hayran KurguHola chicas, mi nombre es Zafirina y esta es la primera novela que hago sobre Anubis, espero les guste y comenten. Si están interesadas en Nico di Angelo o Dominik Santorski, pueden ver novelas sobre ellos en mi perfil :D