Recuerdos

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Había pasado un mes y medio desde que el admirador de Lucy había comenzado a mandarle cartas, no había habido día en que no las recibiera, aveces llegaba acompañada de flores o chocolates, un día llego con un lindo peluche de un gato color azul, un color para nada común en animales de peluche lo que lo hacia mas original y único.

Habían surgido pequeños problemas con el nuevo socio de la empresa Dragneel por lo que Zeref y Mavis tuvieron que quedarse mas tiempo logrando que la unión entre Lucy y Mavis creciera mas al grado de convertirse en mejores amigas; les encantaba pasear e incluso cada miércoles por la tarde se iban a tomar un café en lo que Natsu y Zeref llegaban para cenar.
Mavis demostró ser una chica muy amable e inteligente, no parecía tener problemas a la hora de socializar por lo que era fácil quererla pero en donde mas destacaba era en las estrategias; todos los martes iba al parque a jugar ajedrez con quien tuviera el valor de enfrentarla pues rápido se hizo conocer su habilidad y con quien mas le gustaba jugar era con Jellal, un hombre amable e inteligente a quien la vida había maltratado demasiado dejándolo solo en el mundo, mas su pasado nunca fue un impedimento para que Mavis lo tratara como a un igual, lo consideraba un gran amigo ademas de un oponente digno; admiraba su fortaleza y sus ganas de salir adelante para tener una vida mejor para él y su novia Erza quien paso por lo mismo que él. Quería ayudarle pero lo había llegado a conocer tan bien que sabia que su orgullo no le permitiría aceptarle ningún tipo de apoyo económico de su parte por lo que la única opción que tenia era mover influencias con su esposo para darle trabajo en la empresa Dragneel.

-¿Sabes? tienes muy buen corazón, Mavis- le decía Lucy mientras caminaban por las calles caminó a su casa.

-Solo quiero ayudarlo... se que tiene lo que se requiere y la capacidad para estar en la empresa, merece la oportunidad- decía Mavis- la empresa se expande por lo que necesitaran mas gente y es ahí en donde necesitaran a Jellal.

-Tienes suerte de que Zeref no te niegue nada- la miro Lucy con una sonrisa.

-Tu misma lo dijiste, Zeref, la empresa es de Natsu también así que debo hablar con él-dijo Mavis con seguridad, realmente quería ayudar.

-Bueno te deseo suerte con ello- dijo Lucy pensando en la posible reacción de su marido.

-¿No te gustaría ayudarme?- le pregunto Mavis juntando sus manos en forma de suplica.

A Lucy se le escapo una carcajada.

-Creo que es mas probable que te diga que sí a ti-dijo Lucy segura de ello, no es como que Natsu le negara lo que quisiera pero una cosa era algo material y otra era meterse en asuntos de su preciada empresa.

-Lucy ¿puedo preguntarte algo?-dijo seria.

-Claro que si- Lucy le sonrió.

-Disculpa mi atrevimiento por lo que voy a preguntarte pero ¿por qué te casaste con Natsu?- dijo Mavis seria.

Lucy se paro de golpe, sabia que era demasiado obvio que Natsu la trataba con indiferencia ademas de que nunca se daban muestras de amor; ella en un par de ocasiones había tenido que salir al corredor sonrojada tras encontrar a Zeref y Mavis "besándose" si es que a eso se le consideraba beso. Aun así su pregunta la tomo por sorpresa.

-Es una historia... complicada- dijo Lucy con la mirada hacia el suelo.

-¿Te apetece tomar algo? Ahí esta la cafetería, podemos adelantar nuestro día, yo invito-le dijo Mavis a lo que Lucy solo asintió.

Entraron a la cafetería y como era costumbre subieron al segundo piso y se sentaron en la mesa que estaba cerca del borde de la pequeña terraza que daba vista al parque que, debido a la hora, resplandecía lleno de luz por los faroles. Sin duda era una vista hermosa.

El admirador secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora