6. I Need To Feel Something Else

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Diciembre, 2002.

-¿Qué es? -Gerard tomo el paquete con delicadeza, mirando a su hermano con fingido recelo.- Si me estalla en la cara pateare tu tra...

-¡Solo ábrelo, joder! -Rompió una esquina del papel de regalo con estampado navideño, mirando hacia el interior.

-¡Woah, Mikey! -Abrazo al menor con fuerza, sonriendo enormemente.- ¿Donde lo encontraste?

-No puedo decírtelo... Gerard, no respiro. -Soltó a Michael y guardo su ejemplar de "El Perfume" en el bolsillo del abrigo. Donna los miraba desde el sofá, con una copa de vino en la mano. Gerard se paso las manos por el pelo. Lo había dejado crecer y su madre le había ayudado a aplicar una tintura color negro azabache. 

-¿Quien toma vino a las 11 de la mañana? -Su hermano se las arreglo para hacer que la mujer soltara la copa, entregarle una pequeña cajita con forma ovalada y darle un beso en la mejilla- Feliz navidad, mama.

-Esperen, déjenme tomar una foto. -Gerard le sonrió a su abuela. Ella le hizo una seña para que se acercara.- ¿Puedes ir a la tienda por mi? 

Gerard asintió y minutos después iba caminando por la acera, sus pies se enterraban en la nieve a cada paso lento que daba. Se puso la capucha de la sudadera que llevaba bajo el abrigo, el aire frío colándose por sus pulmones. Entro al local, haciendo sonar una campanilla al abrir la puerta de vidrio. Se dirigió a la sección de bebestibles, caminando encorvado, como si todo el tiempo tuviese miedo de que alguien advirtiera su presencia. Tomo una caja de leche, suponiendo que las pastillas habían comenzado a hacer efecto. Lo supo cuando el nombre de la marca de lácteos quedo garbado en su cabeza y pensó en lo bien que sonaba.

Una figura pequeña salio como de la nada, apoyándose en el estante. Le dedico una sonrisa y fijo sus ojos avellana en el.- ¡Hola!

-Feliz navidad, Frank. -Hablo sin devolverle la mirada. El menor ladeo la cabeza, llevaba un pack de latas de cerveza en las manos.- ¿Todo bien?

-Eh, si, seguro. -Le dio la espalda, caminando hasta la caja. Frank se puso junto a el en la fila.

-Le dije a mi madre sobre lo de la Universidad.

-¿Que dijo? -La mujer que atendía parecía moverse lento a propósito. Y no es que Gerard tuviese mucha prisa.

-Se puso como loca, estaba incluso mas enojada que cuando vio mi tatuaje. -Señalo su cuello. Gerard admiro el dibujo mas tiempo de lo que hubiese deseado y se sintió enfermo.- Al menos mi padre no reacciono tan mal. Eso es algo, supongo.

Frank se encogió de hombros, mirando en silencio mientras Gerard pagaba, metía todo en una bolsa y salia para esperarlo afuera. Había un grupo de chicos allí, formando un circulo, fumando y hablando fuerte. Frank lo llevo con ellos cuando salio.- Oigan, este es Gerard. El vocalista y mi mejor amigo.  

Todos saludaron a coro, una chica soltó una risita y se acerco a besarle la mejilla. "¿Por este me cambiaste?"  Bromeo otro chico casi tan bajo como Frank.

-¿Conoces a Jamia, no? -Gerard la recordaba de la fiesta de cumpleaños de Frank y de varios conciertos. Ella le sonrió amablemente, estrechando su mano.- Frank no para de hablar de lo genial que eres.

-¡No es cierto! -El chico la miró con los ojos muy abiertos y ella sólo se echo a reír. El pelinegro no pudo evitar sonrojarse.- ¿Vienes? -Pregunto Frank, mirándolo con ojos brillosos. Se había cortado el cabello y a Gerard le pareció que lucía más joven que nunca. 

-No, me quedaré en casa hoy.

Frank entendió lo que eso significaba. Iba a quedarse en casa a tratar de aparentar ser bueno. Aunque fuese sólo por unas horas.

-Iré con Gee. Los alcanzo los luego. -Recorrieron juntos el camino a su casa. Frank giraba el rostro en su dirección de vez en cuando y le dedicaba una sonrisa confortadora.- ¿Estás realmente seguro de querer dejarlo?

-La verdad es que no. -Respondió con sinceridad. Alzó la vista al cielo con los labios fruncidos.- Digamos que tengo una corazonada.

Gerard metió las manos en los bolsillos, asintiendo.- Espero que no te equivoques.

-Estaré bien. -Frank dejaba la Universidad para poder dedicarse únicamente a tocar música. Habían estado dando conciertos durante los últimos meses, tocando en bares y clubes locales. Geoff estaba a punto de conseguirles una gira con The Used.

Llegaron a la entrada de la casa de los padres de Gerard.- ¿Vas a invitarme a tu habitación?

-Voy a invitarte a mi habitación. -El de ojos esmeralda le guiño un ojo. Frank lo siguió hasta la puerta, contemplando mientras el mayor introducía las llaves en la cerradura. Gerard había vuelto a vivir con sus padres. Junto con Mikey.

-¡Soy yo! -En la sala estaba sentada la madre de Gerard. Exactamente en la misma posición que había estado cuando toda la jodida mañana. Su padre había se había ido a trabajar hace poco. Michael había salido con uno de sus amigos. Elena estaba en la cocina.

La anciana saludó a Frank con un cariñoso movimiento de mano.- ¿Quieres tarta, Frank? Acabo de prepararla.

-Me encantaría. -Gerard rodó los ojos mientras el bajito chico tatuado tomaba asiento con la expresión de un niño. Aún así no pudo evitar sonreír.

-Al fin alguien que aprecia mi comida. ¿Sabes que le pasa a Gerard? Últimamente apenas come. -Dijo en susurros, mirando a Gerard con los ojos entrecerrados. Él rió, Frank respondió con una broma y la conversación fue zanjada.

Pero podía sentir como sus ojos se posaban en su persona, intentando pasar desapercibidos.

Frank se arrojó sobre su cama desordenada de un salto apenas entraron, sin notar el desastre que había por todo el suelo y los estantes.- Deberías ordenar un poco aquí. -Sacó cigarrillos de su bolsillo, agitando el paquete frente a sus narices.

-Cállate. -Gerard se acercó, Frank le encendió el cigarrillo y luego cayó rendido a su lado. Abrió la ventana para que el lugar no se llenara de humo.- Mi madre me mataría si fumase en casa.

-Donna fuma todo el día.  -Frank se recosto en un costado. Dio un calada a su cigarrillo y todo el humo fue a parar al rostro de Gerard.- He estado pensando en llenarme de tatuajes.

-¿Lo dices en serio?

-Si no te asustaran las agujas, ¿Te harías un tatuaje?

-Ajá. -El mayor tenía la vista fija el el techo. Al menos, el techo de su habitación estaba en mejores condiciones que su apartamento. Seguía extrañando la privacidad de ese jodido nido de ratas.

-¿Que te tatuarías?

-Tu nombre. -Frank alzó su mano por inercia y la posó sobre el rostro pálido y sin rastro de barba de Gerard. La palma presionó levemente sus labios. Frank sintió el aliento cálido.

Su boca tendría sabor a nicotina.

Admiró sus ojos verdes durante lo que parecieron horas. Gerard se sintió violento. Y sin decir una palabra, Frank se fue.

Blood Infections {Frerard}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora