10. Don't You Wanna Come To My Motel, Honey?

287 57 32
                                    

Gerard se remueve en la cama, estirando los brazos por encima de su cabeza y soltando una maldición. Entierra el rostro en la almohada, dando patadas para quitar las mantas que se apegan a su sudoroso cuerpo. Gerard suelta un quejido, apoyándose en las palmas de las manos para intentar levantarse, pero solo termina ahogando un gemido al frotarse contra el colchón.

Rueda para quedar boca arriba, despegando el cabello de su frente antes de mirar hacia abajo y ver la erección que se forma en su pantalón de pijama, instantáneamente mirando hacia la cama individual junto a él, para asegurarse de que su compañero de cuarto no está.

-Joder, -gime despacio entre dientes, poniendo un brazo sobre sus ojos mientras intenta ignorarlo. Dios, solo... Él no puede hacer esto de nuevo, maldita sea.

Se levanta para abrir la ventana, maldiciendo un millón de veces cuando solo se queda allí, apoyado en el marco con el aire fresco de la mañana golpeando sus mejillas rojas. Y polla sigue allí, como un peso entre sus piernas que lo hace gemir cuando presiona por sobre la tela.

Gerard se quita la camiseta, dejándola caer al suelo y yendo a sentarse a la cama con las piernas abiertas. Bien, Gerard chilla suavemente como una estrella porno barata al meter finalmente su mano dentro de sus pantalones y envolver su puño al rededor de su polla. Es un caso perdido. Gerard comienza a masturbarse con un suspiro aliviado, la boca entreabierta y los ojos cerrados.

Se deja caer sobre las almohadas, sin poder evitar que su mente divague. Se acaricia el pecho, pasando por los duros botones rosas y pellizcandolos mientras suelta una risa ahogada. No iba a durar nada, lo sabe cuando sus bolas se tensan y sus dedos se dirigen necesitados a acariciar su agujero, sintiéndose totalmente complacido al tocar la sensible zona y eso lo hace arquear la espalda y sentir la electricidad recorrerlo cuando se viene ahogando un grito.

Se queda inmóvil unos segundos, temblando después de haber acabado así. Gerard quita una mano húmeda de sus pantalones, limpiándola en su muslo. Se gira para ver la hora en la mesita de noche, dándose cuenta de que son más de las 12 del día. Cierra los ojos, quitándose la prenda sucia para dejarla a un lado, tomando ropa limpia para ponérsela encima.

Unos toques insistentes en la puerta lo sacan abruptamente de su estado post-orgasmo, haciéndolo levantarse para abrir la puerta de su pequeña habitación de motel, donde está Frank allí de pie, con una sonrisa sorprendida al encontrarse a Gerard con las mejillas rojas, y una expresión jodidamente orgásmica. Piensa en decir algo al respecto solo para fastidiarlo, sabiendo lo pudoroso que es Gerard.

-Hey, -dice en cambio, adentrándose en el cuarto y cerrando la puerta tras él, acercándose a Gerard con las cejas arqueadas viendo como frunce el ceño.- ¿Todo bien?

Gerard asiente y Frank se inclina para besar la comisura de su boca, sobresaltándolo.

-No hagas eso, -murmura Gerard con voz decaída, pero Frank lo ignora, arrugando la nariz.

-Apestas. -Lleva una mano a tocar el rostro caliente de Gerard, que irradia calor con esa sudadera con capucha que se rehusó a quitarse en todo el invierno.- Deberías darte una ducha.

-No quiero. -Gerard gruñe, haciéndose bolita sobre su cama, sintiendo el peso de Frank a su lado.

-¿Y si te doy un baño de esponja? -dice en su oído, aferrándose a su cintura mientras Gerard pone las manos en su pecho para guardar distancia, mirándolo sonrojado.

-¿Te vestirás de enfermera?

-Si quieres. -responde manteniéndose en su posición, con las palmas de Gerard presionando en su pecho para mantenerlo en su lugar, hasta que su agarre se afloja, rindiéndose y dejando que Frank lo acune contra su cuerpo. Se dan un abrazo apretado, Gerard envuelve sus brazos al rededor de su cuello, y Frank sujeta su cintura redonda, dejando pequeños besos en su mejilla solo porque sí. Porque Gerard es jodidamente cálido y lo hace sentir mejor.

Entierra la cara en su cuello, besando tras su oreja, simplemente quedándose acurrucados en busca de calor después de haber dormido en camas separadas la noche anterior. Enfadados por alguna tontería.

Finalmente habían tenido un pequeño espacio para ellos dos cuando decidieron que las bandas se quedasen en un motel por una noche antes de partir a Detroit y no había extrañado tanto una cama desde los campamentos en la escuela de verano. Además de tener una ducha de verdad. Joder, lo que más extrañaba eran las duchas.

Los labios de Gerard buscan los suyos a tientas, y están en medio de un beso intenso (jadeos y tirones de pelo incluidos) cuando los golpes en la puerta los interrumpen.
Gerard no quita los dedos de la cabeza rapada de Frank, presionando sus labios contra su mejilla.

-¡Gerard, te necesitan aquí afuera! -La voz de Bert se hace oír a través de la puerta. Frank mantiene los dedos enredados en los mechones grasientos del cabello de su compañero de banda, sin mostrar ningún interés en aflojar su agarre.

-Creo que debo ir. -susurra Gerard, su aliento haciéndole cosquillas.

Frank resopla,- Te amo.

-Yo también te amo. -contesta con sinceridad, yendo a abrir la puerta con cansancio.
Cuando abre la puerta ve a un par de chicos frente a ella, entre ellos su hermano menor, que lo mira detrás de sus gafas inexpresivo.- Brian dice que nos vamos en 5 y si no estás listo te dejamos aquí.

-Bien. -Sonríe de lado, dirigiendo su mirada a Bert, que está haciendo contacto visual con Frank dentro de la habitación.

Sus ojos azules se enfocan en Gerard, dándole una calada a su cigarrillo.

-Hola, bonito. -Gerard saluda con la mano, aceptando el cigarrillo cuando Bert se lo ofrece.- Esta será una buena noche.

-Pareces muy seguro.

-Lo estoy. -Bert le sonríe justo en el momento en que Frank pasa por su lado al salir del cuarto, rozando su hombro ligeramente, sin mirarlo.

Gerard se siente algo mareado, mirando a Mikey a los ojos. Lucía bastante tranquilo, y emocionado, considerando que era el tour más largo que habían tenido alguna vez, y que acaba de dormir en una cama después de, más o menos dos semanas.

***

Bueno, tal vez haberse dado una ducha en el último hotel era una buena idea al fin y al cabo, pero Gerard solo piensa en eso cuando ya está a minutos de salir al escenario. Y es que, él olor nunca había sido un problema para él siempre estando solo y mientras pudiera soportarlo y créanme, Gerard siempre podía soportarlo. Realmente parecía no tener ninguna clase de olfato o sentido de la higiene en absoluto, Frank podía decir, con la cabeza apoyada en su hombro.

La ansiedad colectiva sobre el espectáculo inminente realmente se estableció entonces. Frank comenzó a saltar arriba y abajo, Mikey finalmente dejó su celular y puso su 'cara de tocar', Ray intentó una última vez domesticar su cabello, y Matt se quedó en la esquina girando sus palillos. Se alinearon para salir al escenario y, de repente, Gerard se sintió ofendido por el olor asqueroso de todos ellos, amontonados en un espacio estrecho. Claro, lo peor procedía de él y Matt, pero los otros chicos no olían exactamente como un lecho de rosas. Gerard temía lo que sería dormir esta noche en la furgoneta.

Gerard toma otro trago de cerveza, limpiándose la boca con la manga de su chaqueta antes de finalmente ir arriba, mirando la relativamente numerosa multitud que se arremolinaba dentro del club. Gerard toma el micrófono, dando un corto saludo al público y espera los primeros acordes. Siente la mano de Frank acariciar su espalda, nada demasiado íntimo, solo para hacerle saber que está allí.

Gerard no se siente bien hoy.

Blood Infections {Frerard}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora