Había comenzado a llover, así que corrieron la mitad del camino. Frank reía con naturalidad, casi tropezando con una montaña de nieve que cubría una piedra.
Sujetaron el impermeable de Gerard sobre sus cabezas para cubrirse hasta llegar a la casa del avellana. Frank metió la llave en la cerradura y empujo, buscando a oscuras el interruptor. Gerard dejo su chaqueta en el perchero junto a la puerta, quitándose los zapatos. Escucho como Frank saludaba a su perro y el animal brincaba con emoción.
-Linda esta en casa de mis abuelos, creo que no llegara hasta mas tarde. -Gerard asintió nerviosamente, mirando el diseño de la alfombra, sin moverse de su posición. Bufo, sintiéndose jodidamente raro.- Necesito alcohol. -Mascullo finalmente cuando tuvo el valor de alzar la vista hacia Frank. Este le hizo un seña con la cabeza para que lo siguiese, caminando con las manos en los bolsillos.
Había estado antes en la habitación de Frank. Varias veces. Había visto los posters en las paredes, los discos, la montaña de ropa que jamas ordenaba, unos cuantos libros, su escritorio lleno de partituras , algunas recientes, otras arrugadas y otras que tenían dibujos de pollas (Generalmente las de canciones de la banda)"No se que demonios tiene Matt en la cabeza". Pero cuando entro se sintió como un forastero, extrañamente mas ansioso de lo usual. Su mente repetía una y otra vez lo sucedido, sentía el rastro de sus labios y el tacto de su palma en la mejilla.
Frank se arrodillo en el suelo, metiendo la cabeza bajo la cama y luego los brazos, extrayendo un par de botellas de whisky.-Fueron un regalo de cumpleaños. -Explico girando la tapa y abriéndola con un chasquido. Tomo un trago, arrugando la nariz y dejando el envase en manos del pelinegro. Gerard ni siquiera lo pensó dos veces antes de tomar un sorbo grande y obligarse a si mismo a tragarlo a pesar del sabor. Después de haber tomado casi la mitad, era mas fácil digerirlo. Pudo hablar y mirar a los ojos a Frank, aun sintiendo escalofríos.
Terminaron condenadamente ebrios, sentados juntos con la espalda apoyada en la cama y las piernas medio entrelazadas. Y Frank casi no podía concebir la calidez que sentía en el pecho, mirando la figura tenebrosa de Gerard y sus ojos fríos. Le sonrió de lado, tratando con todas sus fuerzas de buscar un tema de conversación interesante para el artista. Y un par de horas después Frank reía a carcajadas, pero había olvidado que era lo que le causaba tanta risa. Gerard casi le escupió en el rostro.- No soy un psicópata, solo me gustan las cosas psicópatas.
-¡Mierda! -La botella se volteo, derramando un poco sobre el suelo. Frank tomo una camiseta sucia para limpiarlo, volviendo a sentarse con un sonido de protesta. Una canción de Pulp sonaba en despacio en la radio. La tenue luz de la pequeña lampara de noche era la única iluminación y Gerard estaba tan perdido mirando como los ojos del castaño literalmente brillaban que apenas se percato de la mano en su cintura. Frank se acerco sin vacilar, juntando sus labios. El mayor soltó algo parecido a una risa.- Quítate.
-¿Eso quieres? -Susurro arrastrando las palabras, su mano deslizándose torpemente hacia abajo, tocando la tela de sus jeans. Presiono con suavidad, ubicando una pierna sobre su cadera. Gerard estaba demasiado ebrio como para oponer mas resistencia. Llevo una mano a la cabeza del menor, pasando los dedos por entre su cabello corto, se separó para mirarlo a los ojos. Las orbes esmeraldas acuosas y cristalinas. Frank lo atrajo hacia si con un movimiento rápido y desprolijo, dejando a Gerard sentado a horcajadas sobre el, jadeando en su boca.
El cabello del mayor caía sobre su rostro. Frank lo apartó, sujetándolo mientras acariciaba su mejilla con el dedo pulgar. El pelinegro llevó una mano hacia abajo, tocando su entrepierna por sobre el pantalón. Frank estaba medio duro y soltó un suspiro al sentirlo, luchando con la cremallera. Gerard metió su mano fría y suave dentro de los pantalones de su mejor amigo, rozando su polla y sus bolas.
Frank gimió. Un autentico gemido, y Gerard deseo con todas sus fuerzas que ningún recuerdo se borrase por la mañana. Quería saber para siempre lo que era tener sus manos tibias bajo su camiseta y su polla dura en la mano. Solo por que si.
El menor respiraba fuertemente contra su cuello, sus manos temblorosas acariciando su pecho mientras Gerard lo masturbaba, observando sus muecas como un puto novicio. Frank levanto su camiseta hasta los hombros, besando su piel y presionando la lengua contra sus pezones.
Gerard le tiro el pelo, quitando su mano y comenzando a frotarse contra el, rápido y descuidado, el castaño jadeando, con las manos en su espalda baja, hasta sentir la humedad dentro de su ropa interior, susurrando un apagado "Mierda, Frank" y tratando de recuperar el aire, besando el escorpión en su cuello, jadeante.
Se quito de encima, cayendo a su lado con una expresión confundida en la cara. Se acomodo el cabello hacia atrás, algo sudado. Frank se acomodo la ropa con movimientos lentos mientras que Gerard se echaba a reír con esa desagradable risa de borracho.- Tengo que irme.
-¿No te quedaras? -Pregunto finalmente Frank, mirándolo con despreocupación mientras encendía un cigarrillo.- No lo creo. Tengo que... dormir.
-Como quieras. -Gerard le dedico una mirada vacía por el rabillo del ojo, removiéndose con incomodidad. Probablemente porque tenia los pantalones llenos de fluidos. Apoyo la cabeza sobre su mano y el codo sobre la cama, mirándolo de lado.- Vamos. -Se levanto de golpe y estuvo a punto de perder el equilibrio.- ¿Seguro que puedes llegar a casa solo?
-Oh Frankie, he estado peor. -Le dio un beso en la mejilla, su aliento apestando a whisky.
Gerard tomo su muñeca cuando llegaron a la puerta, pasando la yema de los dedos por su brazo tatuado con delicadeza.- Creo que este es mi favorito. -Mascullo. Frank apenas pudo entender lo que decía hasta que vio como se inclinaba a besar su antebrazo, donde había una frase pequeña y apenas legible. "I'm so sorry"
-Te veo mañana, supongo. -El pelinegro asintió, tomando aire e inclinando se hacia adelante para hablarle en el oído con una expresión risueña: Llámame si necesitas que te haga otra paja.
***
Gerard a veces imagina su vida como una película. Una de muy bajo presupuesto, con malos actores, que nadie querría ver, pero un película al fin y al cabo.
-La abuela pregunto todo el día por ti ayer. -El cuerpo menudo de Michael estaba tendido sobre la cama de su hermano. Apenas había comenzado a oscurecer y las cortinas estaban cerradas. El Way mayor había dormido casi todo el día, y ayer y antes de ayer también. Se la había pasado encerrado en su cuarto, saliendo únicamente por la noche para ir a tocar y a veces volvía al día siguiente, jodidamente intoxicado.- Le dije que uno de los chicos te llamo de improviso.
-Mierda. -Soltó mientras se colocaba una camiseta limpia, agarrándose a cabeza con ambas manos.
-Descuida, creo que ella ya ni lo recuerda. -Mikey le dedico una mirada agria.- Oye, si no quieres contarme lo que haces, esta bien, es tu problema. Pero, joder Gerard, te va a dar una jodida sobredosis...
-Lo se, Mikey. Gracias.
-Gracias a ti por bañarte. Apestabas. -Gerard cerro los ojos, asintiendo, dándole la espalda con las manos en las caderas.- ¿Estas bien? -El mayor asintió, tomando su chaqueta negra del respaldo de la silla y colocándose la capucha de la sudadera del mismo color.
-¿Nos vamos? -Pregunto con una ceja arqueada, mirándolo desde la puerta. Esa noche tocarían en Electric Factory, un auditorio en Filadelfia, a una hora de casa. Tenían varias presentaciones a lo largo del mes y de marzo también, así que Gerard supuso que era tiempo de tomar una vez mas la vieja y sucia furgoneta rentada y largarse de allí. había dejado demasiado tiempo el tour.
Y la cinta sigue rodando. Escena numero 13, viaje hasta Pensilvania. Luces, cámara, acción. Música triste de fondo y... Por el amor de dios, alguien calle a ese niño, intento filmar una puta película.
La cámara enfoca el rostro de Michael, muy escuálido y malhumorado y luego el suyo, pálido e indiferente, sentados codo con codo en el autobús. Y su rostro mantiene ese toque indiferente incluso cuando sus ojos avellana lo observan y no se siente lo suficientemente ebrio como para soportarlo. Se había mantenido indiferente todos los días, incluso cuando vio como Jamia acercaba su rostro al de Frank y lo besaba, breve y amistosamente en la boca. A Gerard le era indiferente.
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Blood Infections {Frerard}
Fanfiction"Every night's our night, baby So stay with me, be with me Until the end of this world". Tal vez debería volarme la cabeza en pedazos, o pasar el resto de mi vida escribiendole poemas de amor a un vampiro.