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-¿Jason?

Él se sobresalta y se gira a ver a Gail que entra en su despacho, va con ropa casual y deja una copa que llevaba en la mano sobre el escritorio.

-Se supone que sigues en periodo de vacaciones, no te has tomado un descanso en semanas.

-No he podido hacerlo, con todo lo que pasa por aquí...

-El señor Grey no estará feliz cuando se entere -ella se sentó sobre el escritorio bloqueando su vista del monitor de la pantalla.

-El señor Grey ni siquiera sabrá quién soy cuando me vea -se pasó las manos por el cabello, iba con la camisa blanca por fuera de los pantalones y varios botones por fuera. -Además, tú también deberías estar de vacaciones.

-No es verdad, me faltan algunas semanas para eso -ella estiró una mano y se la pasó por una mejilla cubierta de barba de varios días. -Estás agotado, necesitas un descanso desesperadamente.

-No puedo ahora Gail, con todo lo que pasa, no me fio del todo que los Grey hagan con los bienes de Christian, siento que pueden aprovecharse de eso y de la situación con Ana, tengo que estar al pendiente más que nunca.

-Deja que el resto te echemos una mano, Sawyer puede ayudarte ahora en llevar y traer a todos, yo me encargo del Escala y tú puedes ir a la empresa a revisar todo.

-Creo que puede funcionar -dijo luego de un momento.

-Bien, ahora iré a preparar algunos emparedados -se levantó y lo besó en la frente. -Sophie llegará pronto de la escuela y le prometí que le prepararía sus favoritos.




Christian

Estoy hecho una mierda.

Si de verdad han pasado doce años de ayer a hoy, seguro le he entrado a las drogas o algo por el estilo, o quizá sea cosa del accidente, la mitad de mi cara se ve de la forma en la que me siento: hinchado y destrozado, está algo enrojecida con zonas de color violeta profundo, mi labio inferior tiene puntos de sutura y una barba oscura me ha crecido de la nada pero cubre mi rostro, mi cabello está diferente, mis hombros más anchos, tanto que casi no puedo ver a la chica detrás de mí hasta que se acerca más, alza una mano y me pongo tenso pero la posa en una zona segura y la miro por el espejo.

-Siéntate, tienes que ducharte.

Su voz me calma de inmediato, de alguna forma extraña, tiene la fuerza para hacer lo que me pida, pero no me siento, me duele la espalda y las piernas y tengo la sensación de que es solo por falta de movimiento, los médicos dijeron que tenía unas cuantas vértebras lesionadas y haría algunos ejercicios que me ayudarían con eso, voy medio arrastrando las piernas hasta la silla de plástico de la ducha, Anastasia va detrás de mí todo el tiempo, me ayuda a desatar mi bata por detrás y me la quita del todo, de inmediato me cubro con las manos. Puede que sea mi esposa en el futuro, pero no me siento listo para que me vea así, me tiende el cabezal de la ducha, parece divertida al verme cubierto, veo que lleva unos paquetes plásticos en las manos, de ellos saca unos parches para cubrir las heridas del agua, me pone una en el costado donde tenía la herida del tubo que me drenaba.

-Iré por algo de ropa limpia, si necesitas ayuda llámame.

Me dirige una sonrisa y corre una cortina para darme privacidad, ajusto el agua y con cuidado comienzo a lavarme, joder sino duele moverme, pero la sensación me alivia un poco, escucho la puerta abrirse y cerrarse, la chica asoma la cabeza por la cortina y me cubro de inmediato.

No mires atrás | Christian y AnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora