Capítulo 12: Esperanza de primavera.

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Una flor fuerte que espera la esperanza de la primavera.  

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Sakura se encontraba de rodillas frente a la Godaime, su ayudante Shizune y su propio sensei quienes la miraban decepcionados. Ella fue más lista, confesó la verdad evitándose problemas en el futuro como el enfrentarse a los Yamanakas.

– Me siento decepcionada de ti Sakura – dijo Tsunade, las lagrimas de Sakura terminaban en el suelo en donde justo se encontraba su frente conectada– levántate.

Ella se levantó con la humillación en su rostro y los ojos hinchados, había llorado toda la noche al igual que en estos momentos. Sentía que las lágrimas ya no eran suficientes, se había secado por completo.

– Traicionaste a Konoha por un amor no correspondido, eso es lo que más me decepcionó – continuó regañando la Godaime, Sakura observaba el suelo con las manos juntas escuchando los sermones.

– Lo siento Tsunade-sama – dijo con voz ronca, se había quebrado desde la noche anterior.

– ¿Él te obligó? ¿te amenazó? –Sakura negó con la cabeza, Tsunade-sama miro hacia otro lado disgustada– la discípula de la Tsunade no puede estar en malas bocas.

Sakura alzó la mirada sorprendida escuchando esas palabras duras, había perdido su oportunidad de enorgullecer a Naruto, Sasuke y a ella misma.

– Retírate – dijo la Hokage con la mandíbula dura.

Sakura se retiró en silencio sintiendo los ojos pesados y su corazón latir a gran velocidad, las piernas le temblaban y sentía su cuerpo temblar como si tuviese frío a temperaturas tan neutrales. Un nudo se creó en su garganta y nuevamente sus ojos se estaban cristalizando, eso era duro para ella incluso más que las miradas que todos le dedicaban con tanto desprecio en la aldea.



– Estoy muy decepcionada de ti, Sakura. ¡Somos la vergüenza de toda Konoha y ahora perdiste la oportunidad de ser entrenada por una Sannin! Dime ¿¡en qué estabas pensando cuando dejaste ir a ese muchacho!? – su madre si era estricta, la regañaba sin piedad concentrándose en la situación actual de su familia en Konoha por culpa de su única hija.

– Lo siento mamá... – susurró con un nudo en su garganta con la cabeza agachada, ya no podía mirar a nadie al rostro ni siquiera a sus padres.

– Sakura, ¿podrías retirarte de la sala? Tú madre y yo tenemos que hablar a solas – interrumpió su padre con el semblante serio, cosa rara de él ya que es un hombre muy risueño.

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