Perfecta Imperfección

SEGUNDO ROUND...DESEO

SEGUNDO ROUND

*Jiuliana*

—Es por eso que encontrarán gran variedad de vinos y por supuesto las mejores marcas a su disposición. Está de más decir que cada lote de vino adquirido tiene respaldo directo de nuestra marca, así en caso de tener algún inconveniente será resuelto de manera inmediata por sus proveedores, es decir nosotros.

—Claro que con los procesos y estándares altos de fabricación el índice de error es nulo. —Reedus termina la exposición, frente a los ingleses interesados en exportar varios lotes de vino a su país.

—No me queda más que decir que el contrato es un hecho señor Reedus—Andrew Robston estrecha su mano con la de mi socio, hasta que su fija mirada se posa sobre mí—Además quién podría negarse a la exposición tan asertiva de esta hermosa mujer—Un cuerpo enfundado en un traje Hugo Boss de al menos metro noventa se planta delante de mí con claras intenciones que obtener de algo más que un apretón de manos, sus ojos acerados perforan descaradamente en mi escote.

—Entonces señor Robston, solo queda poner fecha a la firma de nuestro contrato—Reedus intercepta su seguro paso hacia mí.

—Claro Norman, pero de eso se encarga mi abogado, es más porque no últimas detalles con él ya que me gustaría cruzar unas palabras con la señorita Buccianti—se desplaza a un lado abriéndose paso hacia mí, detrás de este Reedus tensa su mandíbula, asiente y se retira al extremo de la sala con el abogado de Andrew.

—Señorita Buccianti —toma mi mano caballerosamente dejando un beso en ella—es usted una mujer absolutamente hermosa e implacable en cuanto a los negocio.

—Gracias Andrew, es mi trabajo y es importante para mí que esta compañía crezca y si puedo aportar con ello es mucho mejor—sonrío observando de vez en cuando a Reedus.

—Me pregunto si será así de implacable en lo que respecta a su vida personal.

—Señor Robston en ese sentido puedo llegar a ser muy flexible—sonrío de lado al ver que la pluma resbala de los dedos de mi pesadilla sexual.

«Toma esa» Celebro mentalmente.

—Créame Jiuliana... ¿Puedo llamarte Jiuliana?—asentí sin prestarle mucha atención ya que mi atención era casi en su totalidad a las reacciones de aquella pesadilla. —Bien Jiuliana, entonces me encantaría poder conocer un poco de su flexibilidad en su vida diaria, ¿me daría el placer de contar con su compañía esta noche?

Dos semanas...dos estúpidas semanas sin sexo, para que tenerlo si la última vez que había tenido sexo había sido muy poco satisfactorio.

Demonios, inclusive me había negado a estar por segunda vez con Josh, y no es porque fuera malo en la cama que a decir verdad es bastante bueno... no tanto como su hermano pero es bueno.

Ahora tengo frente a mí a un bello espécimen de hombre y juro por mi madre que no pasaré una noche más sin sexo.

—Andrew para mi será un placer...

—Ella no puede, precisamente al terminar esta reunión tenemos un almuerzo con otros posibles comparadores—mis palabras quedaron suspendidas en el aire por la interrupción de Reedus.

—No estaba informada de esa reunión. —suelto sorprendida por la tensión que emana de sí.

—Lo siento fue algo de última hora.

—Bien pues solo un almuerzo, no creo que dure tanto así que...

—Demoraremos—enarco una ceja mirándolo sin creer lo que hace, se encoge de hombros—mucho—acentúa— son rusos y han extendido su invitación a probar las bebidas autóctonas de su país, no sería muy cortes de tu parte si no asistes. —tomo una respiración larga y enojada.