JUEGOS DEL DESTINO

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Juegos del Destino

— ¿Porque no me avisaron anoche?—mi padre trataba de calmarme mientras yo por enésima vez marcaba a la casa de los Buccianti en Italia.

—Norman no quería molestarte ya estás pasando por suficientes cosas, es más Marcus ni siquiera debió decirte nada.

— ¿Cuándo se fue Jiuliana?

—Ella se fue anoche a las nueve, para esta hora ya deben estar llegando a Italia.

— ¿Deben?—pregunte.

—Josh está con ella, yo mismo le pedí que la acompañara.

— ¡Josh!

—Sí, estaban cenando con unos amigos cuando le avisaron a Jiuliana

— ¡Melissa!—demande a través de la puerta entreabierta de la oficina. Por ninguna maldita razón permitiría que mi hermano le pusiera un dedo encima nuevamente.

—Sí señor.

—Resérvame un vuelo a Italia, mientras más cerca haga escala en Montalcino mucho mejor.

—Norman... ¿Qué haces? Hijo ella esta con tu hermano, va a estar bien...

—Ella me necesita, necesito que sepa que cuenta conmigo—el ceño de mi padre se frunce.

— ¿Norman qué es lo que ocurre aquí?—su voz sonó bastante molesta.

—Papá.

— ¡Papá nada Norman, es que desobedeciste mis órdenes y te involucraste con Jiuliana!—No respondí. —No puedo creerlo Norman a pesar de que lo pedí directamente.

—Papá, no ha pasado nada, ella y yo ahora somos amigos.

—Amigos, Norman estás aquí apunto de cruzar medio mundo para ir donde esta ella y me dices que solo es tu amiga, ¡es que me crees idiota!

— ¡Necesito estar con ella!—casi grite.

— ¡Norman Reedus, necesitas estar con la mujer que necesita un tratamiento contra su enfermedad y que además está esperando con tu hija, y créeme que no pienso repetirlo!—En ese momento mi padre despedía mirada molestas hacia mí— Dios sabe que Elena no es lo que quiero para ti pero lo quieras o no, es quien más te necesita en este momento, ella y tu hija, Norman no sé lo que alejo a ella de ti pero si ahora está aquí, si la trajiste y te hiciste responsable de ella cuídala.

Él tenía razón, por más que me doliese no estar con Jiuliana el tratamiento de Elena esperaba.

Mi razón me exigía quedarme pero parte de ser gritaba que estuviese con Jiuliana.

—Lamento haberte fallado—Mi padre me miró con decepción— solo te puedo decir que las cosas con Jiuliana fueron diferentes.

—Y crees que no lo sé, por Dios hijo estás queriendo correr a su lado como un loco...—con una mano en mi cadera y con la otra revolviendo mi cabello rehuí de su mirada conocedora— ¿Qué es lo que sientes por ella?

—Aún no lo descubro. —quería partirme la cara por darle esa respuesta.

—Lamento ser cruel hijo, pero aunque lo descubrieras tienes una gran responsabilidad con Elena y mi nieta, al menos por ahora.

Ella estaba con Josh, en el fondo sabía que mi hermano era un buen tipo, un cabrón pero un buen tipo...ella estaba en buenas manos.

«¡¡Maldita sea Norman!!»

Bufé cabreado conmigo mismo, sé que Jiuliana y su padre no tenían la mejor relación pero era su padre y ahora ella estaba sola.

—Hijo...—mi padre palmeo mi hombre.

Perfecta ImperfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora