Perfecta Imperfección

EXCLUSIVIDAD

EXCLUSIVIDAD

*Norman*

—Y entonces a que debo el honor de tu visita—Josh centra su mirada en el vaso de licor en su mano.

—Debe existir un motivo para que visite a mi hermano menor.

—Siempre la hay—tomo asiento frente a él con la mirada fija sobre él, si de algo estoy seguro en esta vida es de que Josh Reedus jamás me buscaría si no necesitara nada.

— ¿Desde hace cuánto exactamente Jiuliana trabaja contigo en la empresa?—los músculos de mi mandíbula se tensan.

—Porque sería eso de tu interés, jamás te has preocupado por nada que tenga que ver con la vinatería. —ríe burlón.

—Hermanito no es la vinatería lo que me interesa sino tu hermosa socia, me acosté con ella—la sangre pulsa en mis venas.

«Ella lo hizo, se acostó con el»

—Esa mujer es una cosa increíble en la cama. —dejo el vaso de licor en la mesa poniéndome de pie.

«Y pensar que quería que fuese mi maldita amante recurrente»

—Y se supone que me dices todo esto porque...

—Estuve con ella toda la mañana por eso faltó hoy a su trabajo—rasco mi ceja derecha con mi pulgar tratando de controlarme.

—Bien por ti, pero en realidad no entiendo porque me lo dices, lo que la señorita Buccianti haga me tiene sin cuidado.

—Sí, sé que papá te pidió que no te la follaras, pero no te preocupes ya lo hice yo y créeme te pierdes algo delicioso.

«Que Día me de paciencia»

—Josh, si vas a follar a una mujer hazlo, pero cierra la maldita boca y no hables de ello. —el ríe burlón.

—Tan caballero como siempre, pero no te preocupes—se estira despreocupado en el sofá—a mi madre le cae muy bien, creo que jugare con ella un rato.

Cierro mis puños con fuerza, esta era la parte que mis padres no conocían del perfecto Josh Reedus. Una parte que yo personalmente llegue a conocer muy bien.

— ¿Por qué diablos me dices todo esto?

—Porque la encontré en un bar el día domingo, bastante ebria por cierto—alzo su bebida bebiéndola toda—y dijo algunas cosas que me dieron curiosidad—se puso de pie encaminándose hasta la puerta—una de ella fue tu nombre.

— ¿Qué?

—Oh si, te nombro muchas veces incluso cuando la follaba.

— ¡Eres un hijo de puta!

—Lo soy, hermanito una advertencia esa mujercita dulce alérgica a las bragas es mía...así que no te le acerques.

Eso fue lo último que dijo antes de salir, mientras yo me quedaba muerto de rabia, una cosa era pensar que Buccianti se había acostado con él y otra muy distinta era saberlo.

Y pensar que estaba pensando en hacerla mi maldita amante.

—Imbécil, soy imbécil, las mujeres como ella solo sirven para el rato.

No la volvería a tocar aunque la vida se me fuera en ella, jamás tocaría a alguien que Josh haya tocado.

Un viejo recuerdo me golpeo con fuerza y me retuerce la vida.

—Estas fuera para mi Buccianti—lance el vaso en mis manos contra la pared, este se hizo añicos— ¡malditamente fuera! Aunque me muera de ganas de follarte no lo hare—mi respiración era pesada por la furia.