- Karen -
Christopher y yo íbamos caminando por los pasillos de esa gran escuela, varias chicas nos miraban, parecían sorprendidas.
- Tenias razón - por fin hable.
- ¿sobre que? - me miro.
- la escuela es muy grande, me hubiera perdido yo sola.
- Te lo dije - se rio.
- Me costará acostumbrarme a esto.
- Lo harás - me miro - bien llegamos, iré a sentarme, tienes que esperar al profesor para que te registre y te asigne un lugar.
- Gracias Chris.
- Buenos Días alumnos, oh miren una alumna nueva ¿cuál es su nombre señorita?
- Hola, soy Karen.
- Muy bien Srita. Karen, puede tomar asiento alado del joven Christopher.
- Esto debe ser una broma - susurre.
- ¿tiene algún inconveniente? - pregunto el profesor.
- No, ninguno - me senté alado de Chris.
-Muy bien chicos, esta vez tendrán un proyecto que contará la gran parte su calificación del parcial. Lo harán el parejas.
- ¿no lo podemos hacer individual? - pregunto Chris.
- No, su pareja será su compañero de mesa, en este caso usted joven Robinson, le tocara con la Srita Karen. - dijo el profesor.
- Bueno, no es tan malo- dijo Christopher.
- El proyecto se entregará en 2 semanas, así que tendrán mucho tiempo para hacerlo, y les sugiero que vayan eligiendo su tema y comiencen ahora.
- ¿y bien de que podemos hacer el proyecto?
- Mmm, que te parece sobre la electricidad estática.
- me pare bien - dijo Chris - primero tenemos que conseguir la cosas que vamos a usar.
- Claro podemos ir al supermercado.
- Si si, podemos empezar mañana, todos los días en las tardes, al salir de la escuela.
- Si, podemos ir a mi casa a hacerlo.
- Claro, me parece bien - sonrió.
La clase terminó, guarde todas mis cosas y salí del salón rumbo al estacionamiento, ahí estaban Camila y Any.
- ¿Que tal la clase de física? - Pregunto Any.
- tengo que hacer un proyecto, que contara la gran parte de mi calificación y es en parejas, adivina quien es mi pareja.
- No te lo creo - se rio- te toco con Christopher
- Si, creeme que estoy tratando de alejarme de ese chico.
- Pero parece que el destino quiere que estén juntos - Dijo Camila.
-Villa-
Por suerte la mañana había pasado bastante rápido y no me había encontrado con Fernanda más. Caminé hasta el estacionamiento y me encontre con Aleja ahí, al verme corrió hasta a mi para abrazarme y darme un beso en la mejilla.
-¿Cómo estás?- preguntó separándose de mi.
-Tranquila hermana, estaré bien-
-Solo me preocupo por ti Juan Pablo...-
-Lo sé y lo agradezco. De hecho esta tarde iré...- no pude terminar de hablar cuando Aleja ya estaba comenzando a hablar.
-Con los chicos- terminó lo que diría yo- Martín me lo dijo, me da gusto que ya no estén alejados y que te diviertas con ellos-
-Yo espero lo mismo, ¿nos vamos?- le dije haciéndole una seña para que comenzara a caminar delante de mi y ella asintió con la cabeza.
Estaba feliz por como mi relación con Aleja había mejorado, sentía que ella sabía que nl la estaba pasando bien y que no había terminado con Karen por gusto, hasta comenzaba a pensar que Aleja sospechaba de Fernanda. Decidí dejar mis pensamirntos de lado y decidí llevar a mi hermana a comer como muestra de mi agradecimiento.
Comencé a conducir y Aleja puso algo de música, ambos cantábamos a todo pulmón por la carretera, veía la felicidad en su cara y eso realmente me hizo sentir mejor.
Llegamos hasta un restautant de comida italiana que le encantaba a Aleja, ella sonrió al darse cuenta de donde estábamos y depósito un beso en mi mejilla.
Ambos nos bajamos del carro casi al mismo tiempo y una enorme sonrisa se dibujó de nuevo en la cara de Aleja. Le abrí la puerta oara que pasara y buscamos una mesa para sentarnos, por suerte encontramos una cerca de la ventana y tenía unas vistas increíbles que daban a la ciudad.
-Villa, ¿ahora vas a decirme la verdadera razón por la cual terminaste con Karen?- preguntó levantando el menú sin dejar de verme.
-Ya lo sabes, yo... ya no la quería- sentí un dolor en el pecho al pronunciar esas palabras
-Sé que te duele decir eso, te conozco tanto, no me vas a engañar- achinó sus ojos y me miró fijamente otra vez.
¿Ahora que hacía? Aleja sabía que algo pasaba e iba a ser difícil seguirselo ocultando pues siempre lograba que le dijera todo lo que sabía.
Recuerdo que de pequeños escondí su muñeca y ella me interrogó hasta que le dije que donde estaba y así había ocurrido algunas veces, incluso hace poco lo hizo de nuevo.
-Te lo diré, solo que no será ahora, ¿está bien?-
-Está bien- sonrió triunfante y le hizo una seña a la mesera para que nos tomara la orden.
Tenía tanta suerte de tener a Aleja a mi lado.
