Capítulo 25

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- Karen -

Después de que Chris salió de mi habitación, entre al baño, estuve varios minutos bajo la regadera, dejando que el agua cayera por todo mi cuerpo, salí y me puse un pantalón cómodo y la playera de Metallica de Simón. Estaba por prender la televisión cuando escuché la puerta.

- ¿Puedo pasar?
- Claro.
- ¿Como sigues? - dijo Chris acercándose a mi cama.
- Mejor, muchas gracias y perdón por despertarte - sonreí.
- No te preocupes - sonrió, su sonrisa era encantadora.
- Creo que necesitas bañarte - dije para cambiar de tema.
- Si, eso creo.
- Anda ve a bañarte, yo estaré en la sala - dije mientras me levantaba.

Sali de mi habitación, encendí la televisión de la sala y me acosté en el sofá, estuve varios minutos viendo la tv, cuando escuché que mi celular estaba sonando. Diablos, lo había dejado olvidado en la habitación, pero Chris estaba bañándose, así que decidí entrar lo más rápido posible por el.

Abrí la puerta esperando que Chris aún estuviera en el baño y así fue, logré ver mi teléfono cuando estaba por salir de la habitación escuché que se abrió la puerta del baño, lentamente me di la vuelta y ahí estaba Chris, con sus pantalones, pero... Pero sin playera, su cabello estaba mojado.

- Hmm, lo siento - logre decir - mi celular estaba... ammm, este, estaba sonando - señale con la mirada mi celular.
- Descuida.

Mantuvimos la miraba un par de minutos.

- Karen...
- ¿Si?
- Tu, tu celular esta sonando.
- Oh si, ammm, voy a responder.

Después de mi pequeño incidente contesté mi celular sólo para escuchar como Villa me reclamaba por Chris, como si él fuera un santo e hiciera todo bien. Colgué el celular enojada y caminé hasta la sala para sentarme y tratar de relajarme.

Sentí que alguien me miraba así que giré mi cabeza hacia la puerta de mi habitación y ahí estaba Chris sonriendo recargado en el marco de la puerta. Ya se había puesto una camisa, cosa que agradecí porque me había puesto bastante nerviosa cuando lo vi sin camisa. Tiene un buen cuerpo, hay que admitirlo, y un cabello que pareciera tener vida propia pero lo hacía ver demasiado bien.

-Karen, ¿me estás escuchando?- preguntó Chris haciéndome salir de mis pensamientos. Y es que, ¿en que rayos estaba pensando? Chris es... un amigo, si así lo puedo llamar.

-Eh sí, ¿qué decías?- contesté tratando de concentrarme en la conversación cosa que me parecía imposible pues su sonrisa me tenía hipnotizada.

Me levanté del sillón y caminé hasta la cocina para tomar un vaso de agua, necesitaba dejar de verlo un momento.

-¿Estás bien?- casi suelto el vaso del susto, pero traté de disimularlo- te noto algo nerviosa.

-Estoy bien, gracias- contesté

-Te estaba preguntando si querías ir a desayunar, cerca de aquí hay un lugar donde venden waffles y saben deliciosos.

Ambos comenzamos a caminar hasta mi habitación donde estaba el armario.

-Es buena idea, aparte necesito distraerme un momento. Solo espera para ir por un abrigo, ¿tu estás bien así? Puedo jurar que tengo una chamarra de hombre por aquí- dije mientras husmeaba en el armario en busca de algo para mí y para Chris- Aquí está.

Le tendí la mano a Chris con un abrigo que era de Mike, agradecí nuevamente porque gracias a él tenía muchas cosas que aunque en cierto momento pensé que eran pérdida de espacio, ahora habían resultado demasiado útiles.

-Gracias- sonrió y sentí como si me derritiera por dentro.

-No hay de que- contesté y salimos del departamento.

Saludamos de nuevo al guardia que ayer nos había advertido sobre la tormenta, me fijé en su gafete para ver su nombre y casi tropiezo con Chris, al parecer él se había puesto delante de mí para abrir la puerta y yo por ir distraída no lo ví.

Me tomó de la cintura evitando que cayera y sonreí en forma de agradecimiento, el solo negó con la cabeza riendo y se enderezó de nuevo para quedar en mejor posición.

Mi cabeza fue en la dirección del guardia quien nos miraba de una manera tierna como si no hubiera visto en mucho tiempo algo así.

-Mi nombre es David, señorita. Tiene mucha suerte de que el joven estuviera ahí para detenerla- dijo el guardia riendo un poco.

-Sí que la tiene- contestó Chris y me solté rápido de su agarre.

-No es para tanto- reí y me despedí de David.

Comenzamos a caminsr juntos por las calles de New York, Chris me iba diciendo los nombres de las calles para ir memorizando un poco, a pesar de ser ya tarde por la mañana, las calles seguían llenas de gente, era difícil caminar sin chocarse con alguien.

Cuando menos lo pensé había perdido de vista a Chris. La gente caminaba empujándome hasta que terminé alejándome de la avenida principal.

Me había puesto bastante nerviosa, comenzaba a temblar, miraba hacia todos lados en busca de Chris pero no lo lograba encontrarlo.

Sentí unas manos en mi espalda y sonreí al saber que Chris ya estaba de nuevo conmigo, me di la vuelta y sentí que el mundo se me venía abajo cuando me di cuenta que no era él. Era solo un señor ya de edad avanzada que estaba tratando de pasar, me sonrió disculpándose por haberme incomodado y le sonreí de nuevo.

Ya habían pasado varios minutos y seguía sin encontrar a Chris, caminaba en cualquier dirección posible hasta que sentí que alguien me tomaba del brazo, esta vez, supe que era Chris.

-No te separes de mí, por favor- le dije atrayéndolo hacia mí para darle un abrazo.

Y es que nunca había estado tan feliz de verlo, no quería caminar sola por las calles de la ciudad y Chris me daba cierta confianza.

-No lo haré, nunca- contestó.

El momento se volvió un poco incómodo por la cercanía de nuestras caras. Ambos nos miramos de nuevo y luego agachamos la cabeza.

-Es decir, sabes que no conozco bien la ciudad y no me gustaría perderme- ambos reímos y continuamos caminando, pero esta vez, mi brazo iba agarrado del suyo por encima de su hombro, con la justificación de que así no nos separaríamos de nuevo.

El camino fue en silencio para nada incómodo, algunas veces nuestras miradas se cruzaban y rápido volteaba a ver a otro lado. Chris no era tan malo como lo hacía ver él, tal vez estaba pasando la barrera que él ponía ante las personas, porque aparentaba ser un chico frío y sin sentimientos, pero por suerte en este momento estaba conociendo el lado cálido y amable de Chris.

FLICKER (Segunda Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora