Capítulo 34

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- Karen -

Llegamos rápido a casa, Cancún es grande pero no se compara con New York. Mi padre bajó mi maleta y mi hermano ayudó a Villa con la suya. Entramos a la casa y corrí a abrazar a mi pequeña gatita que tanto extrañaba.

-Villa amm, dormiremos en la misma habitación- dije esperando que no se molestara o le incomodara.

-Lo sé, tu padre me lo dijo- contestó con una tranquilidad enorme.

-¿Lo sabías? ¿desde cuándo?- pregunté cruzando los brazos.

-La noche en la que fui a tu departamento, tú te quedaste dormida y tu celular sonó, eran tus padres, contesté y me dijeron que el cuarto de huéspedes no se podría usar y tendría que dormir contigo. Y acepté.- dijo calmado.

-¿QUÉ?- grité llamando la atención de mis padres- ¿ahora van a conspirar contra mí? ¿Ustedes quieren guerra? guerra tendrán- dije en tono burlón haciendo que todos comenzaran a reír.

Llevamos nuestras maletas hasta mi habitación y me tumbé en la cama haciendo que algunos cojines cayeran al suelo.

Sentí que la cama se hundió a un lado de mí y cuando giré la cabeza vi a Villa acostado en mi cama.

-Oh no, tu dormirás en el sillón- señalé el sillón que no tenía muy buena pinta.

-Vamos Karen, al sillón se le salen los resortes- contestó Villa mirándome serio.

-Eso pasa cuando declaras la guerra contra mí- dije exagerando una carcajada "malévola"

-Solo acepté dormir en tu cuarto.

-Suficiente para mí.

-Está bien- dijo alzando los brazos- pero terminaré contigo en esa cama.

Subí las cejas por su comentario y solté una enorme carcajada.

-No en ese sentido, creo que no pensé bien lo que dije- dijo Villa disculpándose.

-Si... creo que es mejor que ambos descansemos un rato- dicho esto ambos nos acomodamos en nuestras respectivas cama y sillón. Luego de varios minutos caí rendida.

El olor a mole hizo que me despertara y corriera a la cocina, eran ya la 3 de la tarde. Villa estaba sentando en la sala jugando  FIFA con mi Hermano, cosa que me causó una ternura enorme.

-Te estábamos esperando para comer, íbamos a despertarte pero Juan Pablo dijo que era mejor dejarte dormir pues no habías descansado mucho- dijo mi mamá mirando a Villa jugar con mi hermano.

-Punto para Villa- dije sonriendo.

Mamá nos llamó a todos a la mesa y nos sentamos a comer todos juntos. Se sentía como una verdadera familia, los malos momentos que había pasado con Villa habían desparecido por completo, sentía como si ambos estuviéramos juntos aún.

Sentí una mirada en mí, subi la cabeza y crucé miradas con Villa. En sus ojo veía felicidad, una alegría tremenda, cosa que nunca vi cuando él estaba con Fernanda.

Luego de la deliciosa comida que había preparado mi mamá, todos fuimos a cambiarnos de ropa para salir a dar un paseo.

Villa se había puesto unos pantalones cortos hasta las rodillas y una camisa de rayas que lo hacía ver bastante bien. Mientras yo había decido usar un vestido floreado que encontré en mi habitación.

El día estaba hermoso, el Sol calentaba la arena y una liegra brisa de viento hacía que no se sintiera sofocado el día.

Caminábamos por la playa mientras mi padre nos contaba historias. Miré a Villa y él estaba atento a lo que mi padre decía, lo escuchaba con muchísima atención.

FLICKER (Segunda Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora