CAPITULO X

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¿Qué debo hacer?

El nerviosismo no ha abandonado mi cuerpo ni por un momento, volteo hacia la puerta del baño y luego hacia el pasillo para salir de este maldito lugar, sin decidirme ¿Cuál tomar?

Sé que las palabras de Azael no son en un juego y si pongo mi dignidad por delante me va a destruir, tiene dinero, poder y un gran sentimiento de egoísmo, solo hizo falta ver la forma en como me trato para saber que hablaba en serio.

Decido aguantar y sacrificarme por mi hija, no me puedo dar el lujo de ser valiente cuando su futuro esta en riesgo.

Aguanté un año de tortura y aunque suene masoquista (porque lo es) creo que una noche de humillación quizás no sea nada.

Camino hacia el baño cuando una voz me hace detenerme.

—¿Amelie?—Doy media vuelta y me encuentro con unos ojos azules tan hermosos como el mar.

Seco rápidamente las lágrimas que han caído y empañado mi rostro, seguro mi maquillaje ya es un desastre.

—¿Esta bien? ¿Qué le pasó? ¿Qué hace aquí?

—Señor Marco, sí estaré bien no se preocupe.

—¿Azael le hizo algo?

Me encojo de hombros y le doy una leve sonrisa desganada.

—Digamos que caí en una trampa de su amigo y tomé la decisión de seguir con el show.

No dice nada, su rostro se ha endurecido y solo asiente con su cabeza—¿Puedo hacer algo por usted? Esta temblando y de verdad no se ve nada bien.

Niego con mi cabeza—Si me disculpa iré al baño.

Lo dejo ahí y me doy media vuelta.

En el baño observo mi rostro en el espejo y efectivamente esta hecho un desastre, trato de arreglarme con un poco de polvo porque a decir verdad no traje nada más, no me imagine que terminaría llorando en este maldito lugar.

Aprovecho de hacer pipí, lavo mis manos, coloco un poco de labial y reviso mi celular, Chloe me ha escrito que todo marcha bien en casa y me quedo más tranquila, son las 9:15 pm y no sé cuánto tiempo más me queda de tortura.

Salgo y camino hacia la puerta, tomo un respiro y me ánimo abrir.

El panorama ha cambiado, algunas personas hablan, otras están bailando y algunas me observan, noto Azael levantarse de una de las mesas y acercarse a mí.

Lo odio.

—Buena decisión—Vuelve hacer el gesto con su brazo y de muy mala gana lo tomo.

Nos acercamos a la mesa dónde estaba sentado y aparta la silla en un gesto caballeroso para que yo pueda sentarme y con toda la verguenza del mundo lo hago.

Levanto la vista para ver quién más esta sentado aquí y justo en frente tengo a su madre que me mira como si quisiera matarme y no es para menos. Una chica muy bonita esta a su lado y no deja de mirarme ni un segundo, no es nada agradable su mirada debo admitir, así que la esquivo, junto a ella esta un chico muy parecido Azael también tiene ese color de ojos profundamente azules como los de su madre, seguro son familia, Azael y Marco están a mi lado, así que la única intrusa aquí soy yo.

El silencio reina por unos segundos hasta que es interrumpido por mi despreciable jefe.

—¡Vaya! Nada como tener a la familia perfecta reunida ¿No es así? —Su madre toma un poco de la copa que tiene y le da una mirada de reproche.

No se tiene que convivir con estas personas para darse cuenta que la palabra familia les queda grande.

—¿Vas a comenzar?

Hurting [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora