Santiago de Chile a 15 de octubre de 2010.
Papá,
A mis 16 años, me encuentro reflexionando sobre nuestra relación y siento la necesidad de expresar algunos pensamientos que han estado pesando en mi corazón.
A lo largo del tiempo, he llegado a una dolorosa realización: ya no te considero mi padre. Para mí, eres simplemente el hombre que ayudó a engendrarme.
Mi abuelo ha desempeñado un papel fundamental en mi vida, siendo para mí mucho más que un abuelo: es mi figura paterna. Él ha estado siempre presente, llenando el vacío que tú dejaste en mi vida como padre. Es por esta razón que, a pesar de mis sentimientos encontrados, he decidido asistir a tu cumpleaños, no por ti, sino por el deseo de mi abuelo.
Con sinceridad,
Anastasia.
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Cartas para la Sombra de un Padre
Short StoryTodo comenzó cuando apenas tenía 10 años y esperaba con ilusión tu presencia en mi fiesta de cumpleaños. Pero el día transcurrió sin tu llegada, y el vacío que dejaste se convirtió en una herida en mi corazón infantil. Recuerdo con nitidez el torren...