Santiago de Chile a 11 de abril de 2011.
Papá,
Hoy, en el día de mi cumpleaños número 18, me encuentro llena de alegría y emoción al alcanzar esta nueva etapa en mi vida. Por fin soy mayor de edad, y esto significa mucho para mí, ya que podré perseguir mis sueños y estudiar lo que realmente me apasiona.
Estoy feliz de tener la oportunidad de seguir mis propios pasos y tomar decisiones importantes por mí misma. Sé que los desafíos vendrán, pero también sé que con dedicación y esfuerzo podré alcanzar todo lo que me proponga.
Recuerdo cuando hoy te acercaste para felicitarme. Me sorprendió, dado que en la mayoría de mis cumpleaños anteriores, apenas me dirigías la palabra. Me pareció extraño, pero valoré el gesto. Sin embargo, cuando intentaste entablar una conversación conmigo, decidí hacerme la desentendida. A pesar de haber deseado durante mucho tiempo comprender por qué no me amabas, no quería abordar ese tema en un día tan especial para mí.
Se despide,
Anastasia.
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Cartas para la Sombra de un Padre
Short StoryTodo comenzó cuando apenas tenía 10 años y esperaba con ilusión tu presencia en mi fiesta de cumpleaños. Pero el día transcurrió sin tu llegada, y el vacío que dejaste se convirtió en una herida en mi corazón infantil. Recuerdo con nitidez el torren...