Carta 11

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Santiago de Chile a 25 de septiembre de 2014

Papá,

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablamos, aquella vez en tu casa. La verdad es que ya no siento la rabia y el odio que me generaron tus palabras en aquel entonces, pero eso no significa que quiera intentar tener una relación de padre e hija. Creo sinceramente que esa oportunidad ya pasó y no hay nada que se pueda hacer.

En la fiesta de aniversario de los abuelos nuevamente, trataste de entablar una conversación conmigo. Sin embargo, una vez más te escudaste detrás de tu dolor.

Pensé que en este tiempo que había pasado podrías haber reflexionado sobre el hecho de que nunca pensaste en el dolor que yo pasé con tu indiferencia, solo te has escondido detrás de tu dolor para justificar tu ausencia en mi vida.

Este hecho ya no me sorprende, solo confirmó que nunca aceptarás la responsabilidad de tus acciones.

Se despide,

Anastasia.

Cartas para la Sombra de un Padre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora