Santiago de Chile a 25 de enero de 2020.
Papá,
Esta carta, al igual que las otras, jamás llegarán a tus manos; solo será una más de las cartas escritas en la sombra de nuestra relación distante, una relación que siempre ha estado envuelta en la oscuridad de tus silencios y mis preguntas sin respuesta.
Sin embargo, quiero compartirte una noticia agridulce: estoy embarazada. Esta noticia, llena de alegría y esperanza, también me llena de temor y preocupación. Le he hecho prometer a mi esposo: que ante cualquier complicación durante mi embarazo, jamás culpe ni ignore a nuestra hija. Que entienda que cualquier eventualidad que surja no será culpa de ella. Esta promesa es una muestra de nuestro amor y compromiso con nuestra futura familia.
En medio de este torbellino de emociones, la vida sigue su curso implacable y fue mi hermano quien me compartió la noticia más difícil de todas: tu fallecimiento. Al escuchar esas palabras, un profundo dolor por tu partida se apoderó de mí, mezclado con la tristeza de no habernos podido reconciliar, de no haber tenido la oportunidad de cerrar ciertos capítulos pendientes entre nosotros. Son esos momentos en los que anhelaba tu presencia y tu amor, pero que, lamentablemente, nunca llegaron.
La nostalgia por los recuerdos compartidos se mezcló con un peso abrumador, recordando que siempre fuiste como una sombra en mi vida, una presencia constante, pero nunca confortante.
Descansa en paz, papá.
Se despide para siempre,
Anastasia.
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Cartas para la Sombra de un Padre
Short StoryTodo comenzó cuando apenas tenía 10 años y esperaba con ilusión tu presencia en mi fiesta de cumpleaños. Pero el día transcurrió sin tu llegada, y el vacío que dejaste se convirtió en una herida en mi corazón infantil. Recuerdo con nitidez el torren...