Capítulo 4

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4: Parte de mi

Coco seguía creciendo, ya contaba con diecinueve años, su madre empezó a enseñarle a hacer zapatos, quería que ese trabajo siguiera en la familia.

Imelda notaba la felicidad de su hija de formar parte del negocio, sin embargo, sabía que algo le pasaba y no se equivocaba.

Coco no olvidaba a su papá, seguía detrás de la puerta esperando a que llegará a pesar de la edad, aunque Imelda creía que ahora con su novio se le iba a quitar.

--No lo se Julio, tengo años de no recibir cartas ni noticias de que vuelva-- le menciona.

--No quiero ser pesimista Coco, pero, ¿si ya murió?-- comenta.

--Yo no lo creo-- responde.

--¿Segura?-- vuelve a preguntar-- ¿prefieres creer que esta vivo y las olvido?--

Ella se queda callada por unos momentos mirando hacia abajo.

--Lo que quiero decir, bella, esque no creo que tu papá, no sería capaz de olvidarte a ti, teniendo a una hija tan hermosa-- comenta acariciando la mejilla de su novia-- el no se olvidaría de ti, aunque no es bonito oír que esta muerto--

--No lo creo-- sigue asegurando Coco.

--Aun así, me parece raro-- continúa Julio.

--¿Ah?-- queda Coco extrañada.

--Me contaste que tu padre se fue con un tal Ernesto de la Cruz, el se hizo famoso, pero, ¿tu padre?-- analiza.

Ella lo pensó un poco pero aun no le encontraba sentido.

--No importa, tal vez enserio ya no le importamos, Ernesto proclama suya la canción Recuérdame-- recuerda con un suspiro pesado-- era la que me cantaba siempre--

--¿Quieres que te la cante yo?-- pregunta Julio tratando de sacar una sonrisa a su novia.

--¿¡Estás loco!?-- pregunta dándole un ligero golpe-- mamá no solo te aventaría la bota, no me dejaría seguir contigo... y tal vez te perseguiría de por vida, ya le paso a un chico que salió conmigo--

Él suelta una pequeña risa nervioso.

--Creí que a quien le tendría más miedo era a tu papá, pero creo que tu madre querrá asesinar me si hago algo mal, he visto como le pega a tus tíos con la bota-- menciona.

--Lo se, debes convertirte en zapatero si sigues conmigo-- le recuerda.

--Y así será-- toma su mano y la besa-- pero aun tengo miedo de pedirle tu mano a tu madre--

Ella solo ríe y le da un beso en la mejilla.

--Aun falta para ello-- recuerda Coco-- pero lo espero con mucho anhelo--

Toma su mano y comparten un pequeño beso.

Escucharon pequeños sollozos detrás de ellos.

--Si tío Felipe y tío Óscar, sabemos que están detrás de la ventana-- comenta Coco en vos alta desde afuera de la casa donde se encontraba con Julio sentado.

Ambos salen.

--Esque es tan hermoso-- menciona Felipe limpiando se las lágrimas.

--Cantarías para ella sin importa lo que diga Ime, solo para hacerla feliz-- continúa Óscar llorando.

--Pero no lo digas alto, luego me tira su bota-- recuerda Julio.

--Además, no me ha cantado-- recuerda Coco riendo un poco-- ¿quieres que pase lo mismo lo de aquel noviazgo?, el pobre no me volvió a dirigir la palabra--

--Pobre chamaco, pero no te preocupes Julio, en más de una ocasión teníamos que escondernos de Imelda para que no supiera que le leíamos las cartas de Héctor a Coco-- menciona Felipe.

--Espero que no nos oiga-- comenta Óscar-- esta muy ocupada, solo para que nosotros te vigilemos--

Coco se ríe.

--No te preocupes Julio, como dijo mi tío Felipe, no te delatarán por decir eso-- menciona Coco tratando de quitar el nerviosismo de su novio.

--Eso espero y gracias-- menciona con una sonrisa.

Coco reía con ellos, sin embargo no dejaba de pensar en su papá y en lo que Julio propuso.

En la noche...

Coco se encontraba acostada, aun pensando, solo daba vueltas.

Dio un pequeño suspiro, se sentó y abrió la gaveta de su mesita de noche, para sacar un pequeño diario.

Lo abrió y saco de el, las cartas de su padre y su foto.

Toc toc...

Al oír el toque de su puerta, escondió su diario con las cartas y la foto de su papá debajo de las cobijas.

--¿Sí?-- murmuró.

Se abrió la puerta y vio a su tío Felipe detrás de ella.

--Oh, eres tu tío-- suspiro aliviada.

El soltó una pequeña risa.

--¿No puedes dormir?-- pregunta sentándose en la cama-- auch--

--¡Oh!, levantate un momento-- le pidió.

Ella sacó el diario debajo de la cobija.

--Ah, era eso-- ríe un poco-- ¿aun pensando en tu papá?-- pregunto volviendo se a sentar.

--Sí-- responde abrazando su diario-- esque, tengo miedo que le haya pasado algo, o que... el simple hecho que tal vez nos termino olvidando y tuvo otra nueva familia--

Felipe puso su mano izquierda en la espalda de su sobrina y le dedico una pequeña sonrisa.

--Mira Coco, tu papá en una ocasión, en una carta dirigida para mi y Óscar-- menciona sacandola-- dijo que estaba considerando volver y que sería sorpresa--

--¿Hace cuánto fue?-- pregunta Coco viendo la.

Él suspira.

--Hace más de dieciseis años-- responde él algo triste.

Coco borro su sonrisa.

--Él va a volver, estoy segura-- murmuró con su voz empezando a quebrarse.

--Coco, hace muchos años que no sabemos nada sobre él, olvidalo-- comenta Felipe-- yo quisiera pensar lo mismo, por Imelda y por ti, pero ya no se puede hacer nada, hay que dejar ese asunto ya, debes olvidarlo--

--No lo haré, estoy segura que vendrá de nuevo-- dice a punto de llorar.

--Coco no empieces, tu mamá nos matará si sabe que estuvimos leyendo y contestando las cartas de Héctor-- recuerda Felipe-- por eso no quisimos leerte esa carta--

Ella lo vio decepcionada.

--Gracias-- menciona molesta.

--Coco, ¡es verdad!, ¿qué querías?, ¿romperte las esperanzas?-- empieza a cuestionar.

--Pasa buena noche-- cerró su diario y lo guardo en la gaveta-- no quiero discutir--

Él suspiro resignado, pero era lo mejor.

--Descansa Coco-- se acerca y le da un beso en la mejilla.

Cuando salió, Coco volvió a tomar su diario y la foto de su padre, mientra susurraba la canción "Recuérdame", mientras recordaba como lo hacía.

Abrazo la foto de su papá y quedó dormida...

No pude olvidarte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora