Changbin ha tenido dudas acerca de su sexualidad pero no va a aceptarlo por nada del mundo, o por lo menos eso piensa hasta que Felix aparece en su vida.
•Portada por @squishyongbok
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Seungmin no suele estar sólo en casa jamás pues su abuela siempre está ahí. Sin embargo, una o dos veces al año ella y su madre viajan a Busan para visitar a su tía Minji. Desde los catorce años que le permiten quedarse, porque los asilos de ancianos le deprimen. Cuando el milagro de la soledad en casa ocurre, el chico no duda en invitar a sus amigos a quedarse con él. Los chicos son desordenados pero no vándalos, no beben y su diversión sólo depende de comida y televisión. Tienen el récord que pasar siete horas recostados viendo videos en YouTube ¿Qué mejor compañía podría pedir?
—¿Cuánta ropa debería llevar entonces? —pregunta Felix atándose los cordones, sentado en uno de los escalones de cemente de la entrada de la escuela.
—Sólo lleva ropa interior —Jeongin se encoge de hombros . Tiene en su mano un pequeño espejo en forma de corazón que ha tomado de su madre para observar el pequeño grano que ha aparecido en su frente. —Siempre terminamos poniéndonos la ropa de Seungmin hyung.
—Eso me recuerda... —Seungmin frunce el ceño y señala a Jisung, quien se acerca junto a Chan y Changbin con una caja de jugo de manzana entre sus manos —¡Devuélveme mi camiseta de Doraemon, ladrón de guardarropas!
—¡Jamás! —exclama Han. —Respecto a mañana, Hyunjin debe decirles algo que les va a a encantar.
Los ojos de los otros siete van en dirección a Hwang, cuyas mejillas se vuelven rojas de manera rápida. Aunque últimamente suele ser el centro de atención, todavía no logra acostumbrarse a ello. Es difícil pasar de ser un perdedor inadaptado a ser el amor platónico de las chicas de la escuela.
—¿Y bien? —Seungmin, que detesta los contratiempos y planes inesperados, levanta una ceja a modo de interrogación.
—Uh...Jennie me...nos, invitó a una fiesta en casa de unos de sus amigos —Habla Hyunjin, sintiéndose incómodo. —Y es hoy, así que...Uhm, sería divertido que fuéramos.
—¿Fiesta? —Jeongin frunce el ceño, llevándose a la boca su sándwich para darle una mordida. —¿Para qué queremos ir a una fiesta?
—¡Eso es lo que yo le dije! A ustedes no les gustan esas cosas...
Para ser sincero, la idea de mezclar en una fiesta a sus amigos y a los chicos geniales con los que Jennie se relaciona le parece incómodo. Sus amigos son unos perdedores y todos lo saben, y no quiere que la gente popular lo relacione con perdedores o alguno de los chicos lo avergüence.
—A mí me parece una buena idea —opina Minho, quien está sentado muy cerca de Chan con sus piernas casi pegadas. —Jamás vamos a fiestas, podría ser divertido.
—¡Fiesta coreana! —apoya a Felix con entusiasmo. En Australia no era fanático de las fiestas, pero quizá en Corea son distintas y más divertidas.
Luego de clases, todos corren a casa a buscar su ropa y luego van hasta casa de Seungmin para prepararse para la dichosa fiesta. Para la mayoría, como Felix, Hyunjin, Seungmin y Jeongin, es todo un acontecimiento nuevo; los mayores se comportan más relajados, limitándose a vestirse con lo más decente que tienen. A pesar de ser todos chicos, eso realmente no impide que decidan separarse para cambiarse de ropa, estando algunos en el baño, las habitaciones o sólo la sala de estar.