Changbin ha tenido dudas acerca de su sexualidad pero no va a aceptarlo por nada del mundo, o por lo menos eso piensa hasta que Felix aparece en su vida.
•Portada por @squishyongbok
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Su madre es una trabajólica que suele llegar a su oficina hasta una hora antes de la hora normal, obligando a Changbin a llegar demasiado temprano a la escuela. Jamás ha sido un problema en realidad, porque no es un adolescente con problemas para madrugar y suele usar ese tiempo para dormir o hacer la tarea que ha olvidado; sin embargo, Minho suele tener la misma costumbre, y estar ambos en un salón vacío durante media hora hasta la aparición de los demás estudiantes no le parece una buena idea.
—Creo que me duele el estómago —miente, apoyando los codos sobre la encimera de la cocina y mirando a su madre que bebe café desde su taza de "Mamá n° 1". —De todas formas el primer día es una pérdida de tiempo, no pasa nada si no voy...
—¿Y arruinar tu record de asistencia perfecta? —La mujer enarca sus cejas. Acaba de cumplir cuarenta y seis pero aparenta diez años menos. —Es el único diploma que recibirás en tu graduación, no lo arruines. ¿Qué te asusta? Ni siquiera es tu último año como para que te sientas intimidado por el futuro.
En eso tiene razón. Él no es una persona con calificaciones extraordinarias y su fuerte es no haber faltado a clase desde la primaria. Se supone que si sigue así recibirá un reconocimiento en su graduación al año siguiente, y no puede creer que esté dejándolo de lado por no enfrentar a Minho.
—Mierda, tienes razón.
—¡Vocabulario! —exclama la mujer dejando la taza sucia en el fregadero y tomando su bolso lista para salir de casa.
El camino hacia la escuela es normalmente silencioso y demora alrededor de quince minutos. En todo ese tiempo, Changbin usa auriculares para que la música le ayude a empezar su día de buena forma, pues ha comprobado que no usarlos lo pone de mal humor.
Cuando llega al salón aún falta media hora para que la campana de ingreso toque y las únicas personas dentro son Minho, sentado en el pupitre que suelen compartir todos los años al fondo de la habitación, y un grupo de chicas hablando y arreglando sus uñas que no serán de mucha ayuda si quiere evitar un momento incómodo. Tomando una gran bocanada de aire, entra al lugar evitando todo contacto visual con Lee y eligiendo uno de los pupitres de en medio, lo que le ayudará a no voltear a ver al chico y no ser demasiado obvio. De alguna manera no estar en su lugar normal lo hace sentir extraño y nostálgico, pues fue en ese asiento de la esquina que Minho tomó su mano por primera vez meses atrás en medio de una clase de inglés.
Felix entra a la escuela sintiéndose aterrado y aquello no cambia cuando llega a la puerta del salón. Cree que el uniforme negro con detalles rojos luce terrible en él, y ni siquiera entiende por qué está ahí cuando no maneja el coreano de manera decente. Desde que ha puesto un pie fuera de su cama esa mañana ha sabido que ese será el peor año de su vida, y ha tenido años horribles antes.
Jisung ni siquiera va a su misma clase, pero sí algunos de sus amigos que conoció en el café el día anterior, lo que lo hace sentir un poco menos indefenso. Muy bien, debe ser valiente y ver aquel extraño cambio como una oportunidad de empezar de cero y olvidar todas las cosas malas por las que ha pasado.
