Primera División: Comienzo

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"Somos aquellos que aprendemos, personas capaces de razonar más allá del instinto natural con el que nos diferenciamos de los demás mamíferos, al menos, es lo que te enseñan desde la infancia. Un animal, por más rasgos evolutivos similares que tenga contigo como humano nace para ser domado bajo tu mano, compartiendo objetivos secuenciales generalmente comunes, como dejar herencia, la capacidad de reproducirse y la estratégica manera en que buscamos sobrevivir en un mundo hostil, pareciera no importar, pareciera ser otro acto más tierno y humorístico, el egoísmo humano se desarrolla a base de esta extraña capacidad distinta a ellos, aunque yo, honestamente, veo que solo nos hemos amarrado a las cadenas del "pensar" creyendonos superiores a nuestras especies, aparentando sobresalir cuando mantenemos apagado nuestro cerebro.

¿Habrá alguien que logre domar al humano? Lo primero que se le viene a la mente a una persona común es que efectivamente, pero quien es capaz es solo otro humano, a base de manipulación emocional, un juego insano para aprovecharse del otro, no lo niego, de hecho lamento que exista esa clase de gente. Pero el punto es otro ¿Será "algo" o "alguien" estandarizado capaz de domarnos? ¿Estaría manipulandonos a todos tan minuciosamente, que no somos capaz de protestar? Es una cuestión hasta perturbadora si nos ponemos a pensar que habrá un tipo de "Dios" (no el convencional, no el que le rezabas cuando niño) que se burle de nuestra supuesta destacada superioridad por sobre el reino animal, cuando "eso" nos ve como ellos, incluso inferiores.

Pero también puede haber otro caso, quizá los animales desarrollan una inteligencia tenua e invisible para que nosotros la reconozcamos, incluso puede ser que ellos sepan de la estupidez humana, y aún sabiendo el peligro se mantienen en la línea preparados a un ataque silencioso y sangriento. El humano común, sabiendo un poco de cultura general sabe que ciertas especies se destacan por sus distintas habilidades, olfato, visión, caza, refugio, mimetización.. Etc.

¿Vale la pena que el humano se sienta orgulloso por su capacidad de pensar o razonar? Si cuando hay un oso en frente de aquel, su mínimo instinto, olvidado por confiarse en el pensar, no actúe como corresponde, haciendo la única acción que le favorece acentuar es el saber morir, mientras que una liebre, sobrevive escapando habilidosa de sus estrategias?

Muchos creen que la sabiduría lo es todo, pero tipos de inteligencias hay muchas, el problema del ser humano es que se confía en creer saberlo todo, cuando necesita tener un oído supersónico, una vista capaz de ver en la oscuridad y el saber sobrevivir para que recién, a base de su soberbia diga orgulloso "Soy superior"

En conclusión el razonar es solo una habilidad más enfatizado en el humano, y no lo veo una gran cosa para creerse una especie superior. Menos cuando el humano triunfa en su propio mundo de humanos, mientras los leones siguen descansando en sus moradas sin interés en nosotros (A menos que tengan hambre)."

Tras un suspiro agotado soltó aquella pluma embalsamada de aspecto antiguo sobre el escritorio forrado en tela de terciopelo después de escribir sus acápites, en la superficie, reposaban pilas de hojas bien ordenadas como acaparadas, tinteros vací...

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Tras un suspiro agotado soltó aquella pluma embalsamada de aspecto antiguo sobre el escritorio forrado en tela de terciopelo después de escribir sus acápites, en la superficie, reposaban pilas de hojas bien ordenadas como acaparadas, tinteros vacíos como otros llenos y una antigua lámpara dentro de un cubículo metálico donde yacía la ampolleta decorada con joyas brillantes, dándole un cariz elegante, era la reliquia de su generación, junto al lápiz forrado en cuero marrón, en él se levantaba una pomposa pluma con un uno de lazo rojo.

Los Von Woffgan conservaban varios objetos antiguos de los cuales Demeter guardaba y cuidaba con recelo, esa era su pluma favorita, la había renovado bajo el sauce de su jardín trasero cuando tenía trece años, en un frío día de otoño con el esmalte de su madre e hilo rojo. El objeto guardaba una carga de sentimientos como la nostalgia, la curiosidad y algo de paz, ya que fue el obsequio de su abuelo antes de quedarse internado en un hospital popular, razón por la cual murió.

Lamentablemente los hospitales públicos de Stuttgart, tras haber tenido largas remodelaciones, el personal poco a poco pedía la renuncia repetitivas veces culpando la demora del recinto, por lo que el colapso de horas y camillas dificultó la sanidad del viejo Jen, falleciendo de un shock toxico en la camilla, donde sus órganos dejaron de responder, resistiendo cualquier carga eléctrica sobre su pecho.

El abuelo tenia a Demeter como el nieto consentido, siempre halagaba al pequeño por su gran interés en el arte y la capacidad de dudar, opinión que contrastaba con la de su padre, puesto que como su hijo, quería que heredara la fortuna de las futuras acciones que le pertenecían dentro de la empresa dedicada a manofactura.

El abuelo había criado a tres Von Woffgan, siendo Ernesto, el padre de Demeter, uno de sus mejores aficionados en el negocio - Como también el único varón - cosa que las dos hermanas imitaron trabajando como contadoras de oficinas en la empresa Blut-Mutt, actual trabajo del hijo mayor.

Ernesto nunca estuvo de acuerdo con los intereses de Demeter y culpando esto se alejó de su único hijo. Las humanidades no traían prosperidad a la casa.

" -No se puede vivir del arte-"

Replicaba el hombre de negocios una y otra vez cuando Demeter conversaba en medio de la cena acerca de lo que sería su futuro, ya que quería estudiar Bellas Artes o Filosofía, algo enfocado estrechamente al estudio de las humanidades.

Quienes se hacían llamar tutores en ese tiempo, lamentablemente vivían bajo la ilusión común entre todas las familias de clase alta, de querer un buen abogado, un ingeniero o un médico. Pero nunca un pintor, un famoso escritor y nada que englobara la emoción humana, pero Demeter tenía una mente impresionante y su madre o el abuelo no dejarían que se fundiera en cenizas olvidada por un trabajo forzado.

Demeter Von Woffgan De Litibio, como único progenitor varón de la pequeña generación diecinueve, heredaba los bienes de su padre, Ernesto Von Woffgan, que enumeraba la casona en la capital del estado federal alemán Baden Wurtemberg, Sttugart, en este documento se titulaba la oficina de trabajo y sus archivos de acciones sin finiquitar. Ya que tras la muerte de su abuelo, el matrimonio del primer hijo -Progenitor del anciano -tomaba la propiedad a su nombre, mientras que Demeter, cumpliendo la edad de veintitrés años podía firmar el documento bienes raíces de su actual hogar, a su nombre, con el compromiso de formar una familia y que su próxima generación número viente trajera un progenitor varón quien tomara a su nombre la actual propiedad cuando Demeter muriera.

Los Von Woffgan eran familias de tradiciones, no contaban con una religión que ligara sus fiestas, si llevaban sangre católica y eran protestantes por historia, pero sus tradiciones como familiares de honor eran más respetadas y celebradas que un rezo antes de cenar. Por lo que, tras un costoso funeral masivo entre todas las generaciones, debía continuar la ceremonia para el próximo patriarca y entidad mayor dentro de los Woffgan, quien sería uno de los hermanos del difunto abuelo Jen, pero, al haber sido el único hombre en la família, la hermana de setenta y nueve años Musa Von Woffgan sería la que tomaría el título de más anciana, volviéndose la Matriarca que llevaría el lazo color rojo tradicional en su muñeca izquierda. Este por lo tanto, sería una de las fiestas más importantes tras el acontecimiento, puesto que marcaría el árbol genealógico de los Von Woffgan.

A P A R T A D O

Hola, esta es una de mis nuevas creaciones, agradezco mucho que votaran y comentaran, eso aportaria a las ganas de continuar.

El Banquete de los Dioses existencialistas  [Homoerotica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora