"El amor es una locura, un Dios maniático o un conjunto de Dioses que se manifiestan sobre el humano de distintas formas, según Platón, existen tres clases o maneras de amar. La capacidad de amar en alma, amar en cuerpo y la hibridación entre ambas menciones.
Se dice además, que existen dos caminos en los cuales se puede dirigir este poderoso sentimiento, el sendero del amor legítimo correcto o el camino del ilegítimo malo.
El amor ilegítimo es cuando el amante no puede ver en la pareja su alma, las ideas de su cuerpo o sus virtudes, una persona que no ama no puede ver los valores de una persona, puesto que no importa su alma, más que solo la idea de su cuerpo.
En cambio el amor legítimo, es el más poderoso y maravilloso de contraer, el amor correcto permite que ambas personas puedan ser un reflejo de su alma en cuerpo, el amante permite dirigirse a lo amado para recrear la belleza que fulmina en cuerpo y alma la emoción humana, sin duda, una explosión de sentimientos inmersos en la pareja, una expresión de armonía y equilibrio sano entre el placer y la guerra, el disturbio donde el amor, al ser real puede contemplar lo ideal y lo eterno.
El amor se puede relacionar con la regalía de Eros, donde el amor es instinto de vida, es un impulso necesario directamente relacionado a la lujuria, el placer y la satisfacción carnal, lo que hace sentir vivo a quienes aman, oponiendose a la muerte.
¿Somos capaces de amar? Lo somos, somos capaces de amar,adorar y apreciar, somos seres que aman la conciencia, el alma y la inteligencia de una persona, una persona sabia es virtuosa por instinto, por lo tanto tiene derecho de amar y ser amado incondicionalmente."
Demeter terminaba de escribir en la ultima hoja del cuadernillo viejo, necesitaba distraerse y no había nada mejor para el susodicho que la escritura, su hermosa y querida capacidad de expresar todo con lapiz y papel, habilidad que desarrolló desde muy pequeño comenzando con garabatos insignificantes.
Obviamente, después de lo sucedido con su madre y el incidente de la pelea, la palabra que le quedo medoreando por su cerebro fue cuestionarse qué era realmente el amor, menospreciando a su padre por la monstruosa actitud que había tomado contra su madre, el despiadado aún no volvía desde aquel acaecido.
Lizbeth se encontraba durmiendo en el sofá cubierta por la manta roja de lana que Argos trajo por el frío que pasó afuera, Demeter se había ido a su cuarto por petición de su compañero al verlo angustiado y estresado, este aceptó y agradeció de su preocupación dándole un tierno beso en los labios. Desde que se fue hacia su habitación no supo más de Argos ni de su madre, pero confiaba plenamente que él, la cuidaría hasta que cayera dormida en los brazos de Morfeo.
Demeter se reacomodó sobre la mesedora y se quedó pensando un buen rato, seguía tenso y estresado, aún temía que Ernesto volviese a por revancha contra los tres, no le importaba salir lastimado por defender a sus dos almas queridas, aunque papá no sabía que Argos estaba aquí, por lo que idear un plan era fácil, mandar a Argos a esconderse en la alcoba mientras defendía a su madre de la ira ajena, con solo pensarlo la rabia carcomía su poca paciencia. Demeter se había comprometido por si solo a no odiar a nadie, porque era un sentimiento que terminaba de ensuciar el alma de quien odia, no de quien es odiado, por lo que se envió las manos a la cara y lanzó un resoplido largo y tosco evitando que la tensión lo llegara a convertir.
Necesitaba un baño, o distraerse en el silencio del bosque ya que así lo prefería, por lo que bajó las escaleras hacia el salón donde dormía su madre después de ordenar un poco el desastre que habia dejado, Lizbeth parecía una hermosa ninfa dormida sobre la morada de un lago, el castaño le cubrió el pecho y miró a su alrededor sin encontrar a Argos. En un gesto neutro dedujo que había salido a caminar como Demeter solía hacerlo, esperaba encontrarlo ahí y sabía ciegamente que iba a estar.
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El Banquete de los Dioses existencialistas [Homoerotica]
RomanceLa filosofía es un estilo de vida, un motivo de sabiduria, de reflexión y protesta, hay que entender que el pensar se extiende de manera ambigua con el paso del tiempo, de pequeño nos acompaña la inocencia, la capacidad del descuido y la curiosidad...