Egoísta

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Yuya suspiró mientras se sentaba en una de las habitaciones blancas de ese espacio tan complicado que parecía ser su mente. Había tantas cosas complicadas que estaban pasando en su vida, sin embargo no podía desanimarse, no cuando tenía en su equipo a sus compañeros Yugo, Yuri y Yuto, aun así no podía evitar sentirse demasiado cansado a veces.

Con un suspiro se tendió en el suelo blanco inmaculado y sin darse cuenta se quedó dormido.

No pasó mucho tiempo para que Yuto se materializara en el lugar, su mirada suavizándose cuando aterrizó en la persona tendida en el suelo, sin pensarlo se acercó y se arrodilló a su lado llevando su mano a esos mechones de colores que tanto le gustaban, eran tan suaves como recordaba.

Estar atrapado en el cuerpo de Yuya no siempre era una cosa buena, sobretodo cuando Yuya parecía atraerlo como una lámpara a una polilla, era demasiado brillante, demasiado cálido. Cada vez que lo miraba le daban ganas de mimarlo, de envolverlo en una burbuja para mantenerlo a salvo del mundo, de mantenerlo solo para sí, no podía evitar sentirse egoísta y codicioso, no cuando se trataba de Yuya.

Por eso, mientras estaba ahí contemplando el sueño del dueño de su corazón se inclinó sobre él, debía de aprovechar ese pequeño lapso de tiempo en el que estaban solos los dos sin Yugo o Yuri que interfirieran con sus deseos egoístas.

Se apoyó con su mano derecha en el suelo mientras que con la izquierda acariciaba esa suave mejilla antes de acercarse aun más y robar un beso de esos suaves y dulces labios, sabían a azúcar y caramelo, disparó una cálida sensación justo a su pecho antes de que se retirara observando ese rostro que tanto amaba.

-Te quiero tanto Yuya- susurró a unos milímetros de los labios ajenos –Y te quiero solo para mí, pero sé que mi deber es solo cuidar de ti por lo que nunca lo sabrás, este sentimiento lo mantendré solo para mí porque soy egoísta después de todo-

Le dio un último beso antes de retirarse, su mirada llena de anhelo cuando desapareció de la habitación.

Cuando Yuya despertó más tarde no pudo evitar tener esa sensación en su pecho de que se había perdido algo importante, también se preguntó vagamente porque sus labios sabían más dulces que antes.

My demonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora